Trump amenaza con un cierre administrativo si no se aprueban los fondos para su muro

Tras el resultado de las pasadas elecciones legislativas, en las que los demócratas lograron hacerse con la mayoría de la Cámara de Representantes, el enfrentamiento entre las dos fracciones de la clase dominante norteamericana se agudiza. El último episodio de esta disputa se libra, una vez más, en torno a la política migratoria. Donald Trump ha amenazado con paralizar la Administración por falta de fondos si el Congreso no aprueba los fondos para construir su muro en la frontera con México.

Como si fuera un ‘reality show’, Donald Trump quiso escenificar delante de las cámaras de televisión un acalorado rifirrafe verbal con los líderes demócratas de la Cámara de Representantes y del Senado, Nancy Pelosi y Chuck Schumer.

La reunión era entre Trump y su vicepresidente, Mike Pence, y los dos líderes demócratas, que habían acudido a la Casa Blanca para tratar de negociar y llegar a un acuerdo sobre los presupuestos. El plazo para que se acaben los fondos expira el 21 de diciembre y si no se llega a un nuevo acuerdo entre republicanos y demócratas, podría repetirse el cierre temporal de todas la admnistración federal estadounidense, el llamado «government shutdown». Un episodio que ya se produjo a primeros de año, que afecta a unos 850.000 funcionarios, incluyendo las tres cuartas partes de Departamentos tan importantes como Defensa, el Tesoro y otros servicios esenciales.

El cruce de acusaciones entre Trump y los líderes demócratas se produjo mientras los reporteros tomaban fotos e imágenes mudas antes de la propia reunión, que debía transcurrir a puerta cerrada. Al acalorarse la discusión -con las cámaras delante- Nancy Pelosi pidió bajar el tono para “no tener la conversación ante la prensa”. Trump, hizo todo lo contrario. “No es malo Nancy, es transparencia”, dijo sonriendo.

El presidente norteamericano pretende que los nuevos fondos para la Adminsitración federal -que deben ser aprobados antes de la fecha límite del 21 de diciembre so pena del cierre administrativo- incluyan 5.000 millones de dólares para construir el muro en la frontera con México. Schumer y Pelosi habían acudido a la reunión con Trump con una oferta de aprobar 1.300 millones de dólares para seguridad fronteriza, pero decididos a no tragar con el Muro. «Es gastar mucho dinero y no resuelve el problema», dijo Schumer.

Trump insistió que la barrera era imprescindible para la «seguridad nacional», utilizando una retórica cada vez más incendiaria contra los migrantes, a los que llamó -delante de las cámaras- «delincuentes» y «portadores de enfermedades». Cuando Pelosi y Schumer se negaron de nuevo a financiar el Muro, el presidente norteamericano dobló su órdago, amenazando a la oposición con provocar el cierre de la Administración federal, bloqueando un acuerdo de financiación en las Cámara legislativas.

«Me colgaré con orgullo la medalla de haber provocado el cierre gubernativo. Me siento orgulloso de cerrar el Gobierno por seguridad en la frontera porque la gente de este país no quiere delincuentes, hay drogas y gente con muchos problemas entrando en nuestro país», dijo desafiante a los líderes demócratas. Tras la tormentosa reunión, Trump tuiteó: «Si los demócratas no nos dan los votos para proteger nuestro país, el Ejército construirá las secciones que quedan del Muro».

La nueva batalla está abierta y no es fácil preveer como se resolverá. Pero sea como sea, es una muestra más de que la pugna entre los dos sectores enfrentados dentro de la clase dominante norteamericana ha dado un salto cualitativo, pasando de realizarse entre sus representantes políticos a darse y exhibirse públicamente en los principales aparatos del Estado. Esta división afecta a la gestión de la hegemonía norteamericana, restándole capacidad de maniobra y socavando el liderazgo de la Casa Blanca. Pero Trump parece decidido a mantener el pulso hasta el final.

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