Elecciones gallegas

¿Triunfo arrasador del PP?

Casi todos los medios de comunicación presentaron la noche electoral como la del «triunfo arrasador» del PP en Galicia. «Abrumadora victoria de Feijóo», titulaba el ABC. «Aval absoluto a Rajoy», La Razón. «Barrida popular en Galicia», El Mundo. ¿Pero es tan «arrasador» el triunfo del PP como lo presentan? ¿Cuáles son sus puntos débiles? ¿Qué Feijóo haya aumentado en 3 escaños su mayorí­a absoluta significa que los ciudadanos no le han pasado factura al PP por su polí­tica de recortes?

Evidentemente que el PP gallego de Feijóo ha salido fortalecido de estas elecciones, porque no sólo ha logrado mantener su precaria mayoría absoluta sino ampliarla en 3 diputados. Y de paso ha logrado dar aire y ganar tiempo para el gobierno de Rajoy. Y sin duda que el hegemonismo y la oligarquía van a utilizar –ya lo están haciendo- estos resultados como si fueran un aval a su política de recortes al 90% de la población. «Demasiados puntos débiles para que el PP, a nivel nacional, se escude en los resultados de Galicia para justificar su política de sometimiento a los dictados de Washington y Berlín»

Sin embargo, un análisis de los votos de los gallegos demuestra que su mayoría no se asienta en un mayor respaldo popular, todo lo contrario ha descendido en votos y porcentaje en todas las provincias y especialmente en las grandes ciudades, tanto respecto a las autonómicas de 2009, como a las generales de hace apenas un año.

El PP de Feijóo pierde 135.500 votos –es decir el 17,16% de los votos que tenía- respecto a las elecciones autonómicas de 2009.. Y respecto a las generales del 20-N pierde casi 202.000 votos –el 23,58%- de los que tuvo hace un año. En porcentaje baja casi 7 puntos, del 52,52% a ese 45,72%.

Especialmente significativo es también el descenso de votos en las grandes ciudades –con una mayor concentración obrera y mayor conciencia política- como Vigo (donde obtiene el porcentaje de votos más bajo de toda Galicia, sólo el 34,22%), Coruña, Orense, Santiago, Ferrol y Pontevedra. En conjunto baja una media de 8 puntos respecto al conjunto de Galicia. Como voto directo de rechazo al PP hay que contabilizar, al margen de los votos de la izquierda, una gran parte de los votos de la abstención que crece 7 puntos, o de los más de 75.000 votos (más del 5,2% del electorado) que suman el voto en blanco y nulo, junto a los 17.116 de la candidatura Votos en Blanco o los 70.000 votos del resto de fuerzas extraparlamentarias.

Por otra parte Feijóo ha tenido que recurrir a una campaña de alejamiento y ocultamiento de los recortes de Rajoy para mantener su mayoría. El gobierno gallego se ha declarado en contra de eliminar la atención sanitaria a los inmigrantes, aplicar las tasas universitarias o los recortes al transporte público. Esta ha sido una de las estrategias de Feijóo para eludir el castigo de los electores en las urnas y “salvar los muebles” a Rajoy.

Demasiados puntos débiles para que el PP, a nivel nacional, se escude en los resultados de Galicia para justificar su política de sometimiento a los dictados de Washington y Berlín. Sin duda que el reflejo en las urnas –sobre todo por la falta de una alternativa- del rechazo popular a la política de recortes va por detrás de los resultados electorales, pero es sólo cuestión de tiempo y de desarrollo de las contradicciones y las alternativas. La mayoría absoluta del PP lleva en su seno su propia tumba.

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