Tres opciones independentistas y ninguna buena

Jordi Sànchez, el expresidente de la ANC preso en Soto del Real, da un paso atrás y anuncia que abandona la política, renuncia a su escaño y deja vía libre a un nuevo candidato. Con la dimisión de Sànchez se certifica el fracaso de la opción B del independentismo catalán por investir un candidato encarcelado.

La opción A ya había fracasado en su intento por investir por Internet como presidente de la Generalitat al fugado Puigdemont y en su corte de Waterloo.

El abandono de la política de Sànchez confirma el retroceso del independentismo frente a la mayoría social que lo rechaza y que no ha dejado de avanzar desde la estafa antidemocrática del 1 de octubre y tras los resultados de las elecciones del pasado 21 de diciembre, donde los independentistas lograron una exigua mayoría parlamentaria y una derrota en votos para su proyecto de separar a los catalanes del resto de los españoles.

La renuncia de Jordi Sànchez abre paso a la opción C. Los partidos soberanistas mayoritarios, Junts per Catalunya y ERC, habrían elegido a Jordi Turull como nuevo candidato a presidir la Generalitat, y así se lo comunicarán al presidente del Parlament, Roger Torrent, en la nueva ronda de contactos con las fuerzas políticas presentes en el Parlament y que podría llevar a una sesión de investidura, con Jordi Turull de candidato en plena Semana Santa.

Sin embargo, la puesta en marcha de la opción C llega en medio de nuevas contradicciones. La CUP ya anunció que no apoyaba la posible opción de Turull, al que consideran un hombre de Artur Mas. Con lo que solo hay una opción para que Junts per Catalunya y ERC tengan la mayoría suficiente para investirlo si la CUP no cambian de posición. Que los diputados electos huidos, Puigdemont y Toni Comín, renuncien a sus escaños para que corra la lista y así poder mantener la mayoría soberanista en el Parlament sin depender de los votos de la CUP.

Un hombre de partido… y del 3%

Si por algo destaca el nuevo aspirante a presidir la Generalitat de Catalunya, Jordi Turul -licenciado en Derecho y diputado autonómico desde 2006-, no es por ser un hombre especialmente carismático, sino por ser un superviviente. Uno de esos hombres grises de partido que ha sobrevivido -políticamente hablando- a los tres expresidentes a los que ha servido como el que más. Fiel escudero de Jordi Pujol, Artur Mas y en los últimos tiempos de Carles Puigdemont.

No logró su intento de ser elegido para liderar PdeCAT -el partido sucedáneo de la corrupta Convergencia- en el congreso de refundación- pero ha sido uno de los ideólogos de los sectores más radicales de la burguesía burocrática, no en vano, por eso Puigdemont lo eligió portavoz del Govern, como se ha dicho algún medio, “como el vocero agresivo para los meses más duros del preocés”.

Hasta ahora Jordi Turull puede considerarse también un superviviente del 3%. Los casos de corrupción que anegan a Convergencia y a los expresidentes Pujol y Mas a los que sirvió con devoción, no han logrado salpicarle lo suficiente para retirarlo de la política ni llevarlo ante ningún tribunal. Lo que no impide pensar que pudiera llegarle su propia hora del 3%.

Por su pasado como gerente del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès las investigaciones judiciales de los casos Palau de la Música y del 3%, está acreditado que algunos contratos que adjudicaba este Ayuntamiento generaron comisiones corruptas que iban a parar a CDC, a través de las fundaciones CatDem y Foro Barcelona. Así sale mencionado en la sentencia del caso Palau de la Música en relación con la adjudicación del pabellón PAV3 a Ferrovial.

La elección de Turull como Molt Honorable, con la frente marcada por la sombra del 3%, en la presidencia de la Generalitat sería una afrenta a todos los catalanes.

Si a eso se añade que tarde o temprano puede ser inhabilitado al estar imputado en el sumario que instruye el Tribunal Supremo contra los dirigentes del proceso independentista y los implicados en el referéndum estafa de1-O la opción C, nace con todas las cartas de un nuevo fracaso, tanto si se aborta en Semana Santa como si sale adelante y es investido.

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