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Tres generaciones salen a la calle por el mantenimiento de las pensiones

Rafael Carmona tiene 66 años, es pensionista y tras una vida de trabajo, cobra alrededor de 900 euros al mes. De ellos viven él y su mujer. Pero ahora también sus dos hijos, de 35 y 40 años, que no tienen trabajo, y sus tres nietos. Tres generaciones de una familia dependen de la pensión de Rafael y sobreviven con ella «no sé cómo realmente, nos vemos negros. Es gracias a mi mujer, que es la que administra lo que hay», explica este jubilado a eldiario.es/andalucia.

Más allá de los malabarismos que en casa tienen que hacer para llegar a fin de mes siete personas con esos 900 euros, Rafael cuenta su situación entre la indignación y la impotencia que le produce, pero no con resignación sino con el empeño de no quedarse callado y reivindicar «donde haga falta» que la reforma del Gobierno sobre las pensiones no debilite aún más su ya maltrecha economía familiar.

Y por eso, Rafael se ha manifestado en contra de los recortes en las pensiones, como uno más de los afectados por la revisión propuesta por el Gobierno, que aúnan fuerzas y alzan voces contra la reforma. Vamos a plantar cara», reza la pancarta tras la que este jubilado cordobés y otros tantos como él, además de trabajadores y estudiantes, se manifiestan por el centro de la ciudad.

«Conozco a compañeros de trabajo que cobran de pensión 500 o 600 euros y están desesperados», cuenta Rafael de quienes compartían con él trabajo años atrás. «Sus familias dependen de ellos. Cada uno de ellos vive un drama», comenta ante una situación en la que casi se siente «privilegiado» por cobrar algo más que ellos.

Con el desempleo sentado a la mesa

La reforma de las pensiones propuestas por el Gobierno les deja ahora con una jubilación que mengua con respecto al precio de los bienes de consumo. Su poder adquisitivo merma, y en plena crisis y con el desempleo sentado a la mesa en cada una de sus casas, se hace más inviable la subsistencia de estas familias.

«Cada vez hay más paro, los hijos están metidos en casa, dependen de nosotros», relata sobre su día a día, al que no ve una salida a corto plazo por culpa del desempleo. Uno de sus hijos le acompaña en la manifestación. Lo hace por la pensión que hoy recibe su padre, gracias a la que vive, pero también por la pensión que en un futuro quiere llegar a disfrutar.

«Yo sólo pido que la pensión suba según el precio de la vida. Soy consciente de la situación del país y hay que ser solidario, pero que no perdamos más», explica Rafael. Porque la situación, pese a vivirla cada día, le parece increíble. «Con mi edad, nunca esperaba que diéramos esta vuelta atrás. No sé cuál va a ser el futuro de mis nietos. Porque ya sé que no van a poder criarse como se criaron mis hijos», explica desolado.

A él y a otros pensionistas en su situación les llama poderosamente la atención el que «la gente está demasiado tranquila con lo que está pasando y lo que está por venir», dicen en referencia al recorte en el poder adquisitivo de los pensionistas. Y por eso, salen a la calle como protesta por la acción del Gobierno en este sentido.

«El futuro de los que se jubilen de aquí a unos años será no cobrar una pensión»

José Antonio Naz es profesor de instituto. Acaba de empezar su último curso como docente y espera jubilarse en junio. «Si me dejan», añade, como muestra de la inseguridad que muchos que como él están cerca de la jubilación sienten ante posibles reformas de última hora del Gobierno bajo el paraguas de la crisis.

Después de 38 años cotizando, se muestra «temeroso», no tanto por la situación personal en la que espera quedar con una jubilación digna, sino por el cariz que la reforma otorga a las pensiones pequeñas «de las que están viviendo muchas familias enteras».

Pero, sobre todo, advierte sobre las pensiones de futuras generaciones si el sistema persiste como la reforma del Gobierno lo ha presentado. «La reforma de las pensiones nos lleva a la pobreza extrema en una sociedad del siglo XXI con características del XIX. Y hacia atrás», señala tajante. Él también forma parte de la manifestación para «plantar cara» a la reforma del Gobierno y entiende que lo que ésta significa «es que el futuro de muchos de los que se jubilen de aquí a unos años será no cobrar una pensión».

Reparto del trabajo: trabajar menos para trabajar todos

Como él, muchos de los participantes en esta manifestación convocada por sindicatos como USTEA, CNT, CGT, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), Comisiones de Base (COBAS) y colectivos ciudadanos como el Frente Cívico o 15M, acuden a esta convocatoria para advertir de que «el nuevo recorte del Gobierno no pretende sino dar un paso más en el proceso de desmantelamiento del sistema público de pensiones, condenando a millones de personas sin recursos a no contar con una pensión digna al llegar su edad de jubilación», reza el comunicado de los convocantes.

Su movilización por una reforma de las pensiones «en el sentido opuesto al planteado por el PP», plantea así repartir el trabajo, «trabajar menos para trabajar todos» con la reducción de la edad de jubilación y de la jornada laboral sin merma del salario.

Se trata, dicen, de asegurar una pensión digna, independientemente de la vida laboral de cada cual, como un derecho básico que debe tener asegurado cualquier persona. De todo eso, han hablado en la manifestación Rafael y su hijo. Lo que puedan vivir sus nietos, dependerá de ello.

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