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Tres frentes crean incertidumbre económica

Los funcionarios de la Reserva Federal enfrentarán al menos tres frentes de incertidumbre económica cuando se reúnan este martes y miércoles: el alza de las tasas de interés de largo plazo en Estados Unidos, turbulencias preocupantes en el extranjero y nuevas batallas en la prolongada guerra presupuestaria en Washington.

Los tres factores podrían frenar la economía estadounidense en los próximos meses. La Fed puede ejercer influencia sobre sólo uno de ellos de forma directa.

La evaluación que haga el banco central de las más recientes amenazas definirá su decisión sobre si reducir su programa de compra de bonos por US$85.000 millones al mes, que ha impulsado los mercados y sectores clave de la economía de EE.UU. Eso hace que la perspectiva de la Fed sea particularmente trascendental, ya que la recuperación, que ya lleva cuatro años, no logró, una vez más, cumplir con las propias proyecciones de la Fed.

«Para ellos es una decisión muy difícil de tomar», indica la economista de BNP Paribas BNP.FR +1.06% Julia Coronado. «Emitieron un pronóstico de repunte del crecimiento. Pero no se está materializando».

En el caso de las tasas de interés —un factor parcialmente dentro del control de la Fed— la evidencia inicial podría generar cautela entre las autoridades.

Los indicios de la Fed respecto a la reducción de la compra de bonos han impulsado las tasas de interés de largo plazo. El retorno de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 10 años ahora ronda 3%, un aumento desde menos de 2% en mayo.

Las compras de títulos de deuda, diseñadas para estimular la creación de empleo y la inversión, ayudaron al mercado de la vivienda a recuperarse al llevar las tasas hipotecarias a mínimos históricos. La posibilidad de que la Fed se repliegue provocó un alza de estas tasas y perjudicó la recuperación del sector inmobiliario al menos de forma temporal.

Más allá del sector de la vivienda, hay poca evidencia de que un aumento de las tasas haya causado problemas. Las ventas de autos están creciendo. Las grandes empresas ya se aprovecharon de las menores tasas, y muchas ya contaban de todos modos con abundantes reservas de efectivo. No obstante, un repentino incremento podría restringir a otros, incluidas empresas pequeñas que podrían reconsiderar sus inversiones ante el alza de los costos financieros.

La subida de las tasas de largo plazo no es necesariamente mala, en particular si indica un fortalecimiento de la economía. Muchos funcionarios de la Fed consideran que el reciente aumento es en parte consecuencia de que los inversionistas dieran marcha atrás con apuestas poco realistas a una compra de bonos sin fin. Frenar esa expectativa es clave para una recuperación autosostenible.

Sin embargo, la forma en que se desarrolle esa recuperación podría depender de factores externos.

Hace una semana, funcionarios de la Fed afrontaban la posibilidad de que la reunión de esta semana se diera en el marco del lanzamiento de ataques aéreos de EE.UU. contra Siria. Representaba otra amenaza externa, además de los crecientes problemas en mercados emergentes que podrían limitar las exportaciones estadounidenses.

El acuerdo alcanzado el fin de semana entre EE.UU. y Rusia para encontrar una solución diplomática a la crisis de Siria disminuye la perspectiva de una intervención militar estadounidense inminente. No obstante, las continuas tensiones en la región probablemente mantengan altos los precios del petróleo, otra carga para la economía.

«En medio de toda esta incertidumbre, ¿qué hace un banquero central prudente?», preguntó el entonces presidente de la Fed de Nueva York, William McDonough, durante la reunión de marzo de 2003, antes de que EE.UU. invadiera Irak. «Me parece que un banquero central prudente piensa mucho, no hace nada, habla lo menos posible y deja muy claro que el banco central está muy atento y listo para tomar medidas cuando y si son necesarias», dijo.

Aunque la Fed puede estar más tranquila sobre la amenaza de una guerra, los riesgos políticos internos aún son importantes.A su vez, las batallas por el presupuesto amenazan a la economía por tercer año consecutivo.

El problema sugiere que podrían avecinarse tiempos dramáticos para lograr elevar el límite de endeudamiento federal antes de mediados de octubre para evitar una devastadora cesación de pagos de EE.UU.

Sin ayuda del Congreso, los funcionarios de la Fed volverían a quedar en la posición incómoda de intentar reanimar una frágil economía estadounidense mientras otras fuerzas fuera de su control presionan en la dirección contraria.

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