Japón toma medidas ante el órdago lanzado por Corea del Norte, que entre el 4 y el 8 de abril se dispone a lanzar un satélite de comunicaciones -según Pyongyang-. El ingenio -que Japón, Corea del Sur y EEUU sospechan que sea en realidad una prueba de misil de largo alcance-, cruzará el cielo japonés de este a oeste, y estará impulsado por un proyectil Taepodong-2. Tokio teme que pueda fallar en su funcionamiento, como pasó con la versión de medio alcance Taepodong-1, que en 1998 acabó precipitándose en el Pacífico tras describir la misma trayectoria y causar gran alarma en el país nipón.
El ejército jaonés ha desplegado baterías antimisiles en las prefecturas norteñas de Akita e Iwate, por cuyos cielos cruzará el proyectil norcoreano. Las unidades están cargadas con misiles norteamericanos PAC-3 (Patriot Advanced Capability-3) especializados en la defensa antimisiles. Las baterías Patriot servirán como refuerzo a los dos destructores equipados con antimisiles Aegis que partieron ayer hacia aguas del Mar de Japón. La eficacia del escudo antibalístico nipón ha sido en los simulacros de escasa eficacia, y más si se trata de proyectiles con funcionamiento fallido, con una trayectoria de caída errática. Aún así, las baterías terrestres, con un radio de acción de 20km, han sido colocadas cerca de las principales áreas urbanas de estas dos provincias: Akita y Morioka. El gobierno japonés se ha mostrado dispuesto a derribar el cohete a la primera señal de trayectoria fallida o amenazante. Pyongyang ha declarado que cualquier intento de disparar al cohete sería considerado como un acto de guerra.Queda saber si el régimen norcoreano –habituado a desplegar este tipo de actos para forzar cambios en su status quo con Seúl, Tokio o Washington- seguirá adelante con su pulso, y qué medidas tomará la “diplomacia inteligente” de Hillary Clinton al respecto, pues en última instancia el verdadero destinatario del agresivo mensaje de Pyongyang no está al otro lado del Mar del Este, que separa la península de Corea del archipiélago nipón, sino en la otra orilla del Océano Pacífico.