Televisión

Todos ahhh 100

Josep Tomás presenta un programa producido por El Terrat y cuya fiel audiencia ha garantizado su permanencia en pantalla desde que la joven cadena de Mediapro comenzara sus emisiones hace casi tres años. En él se habla de sexo con naturalidad, aunque también con total claridad, algo que se echaba de menos en la televisión en abierto. Reportajes, entrevistas y crí­tica cinematográfica centran los contenidos de este programa que combina la seriedad en los temas que la requieren, con el entretenimiento y el humor.

Su resentador afirma que este programa no pretende provocar ni romper tabúes, sino afrontar con naturalidad y humor un tema que interesa a toda la audiencia: el sexo, y del que pocas veces se habla de forma abierta –aunque en demasiadas ocasiones se trate de forma solapada para provocar “subidones” de audiencia-.Precisamente ahí es donde reside el mérito del programa, que huye de la provocación, el escándalo y la exaltación del porno gratuito, para abordar con profesionalidad todos los temas posibles relacionados con la sexualidad. Un ejercicio de libertad aplaudido por su fiel audiencia, que lo mismo disfruta de las confesiones íntimas de parejas anónimas que hablan de sus experiencias o descubre las novedades en el mercado de los juguetes sexuales.Especialmente interesante es el apartado que se dedica al cine. El programa aborda con profesionalidad la crítica y la reseña del mejor cine pornográfico del momento, o se atreve a hacer documentados reportajes sobre la historia del género. Pero también rebusca en el “cine convencional”, para investigar como influye la sexualidad en determinadas narraciones audiovisuales –como muestra, el brillante reportaje que ofrecieron sobre la importancia de la temática homosexual en el cine del gran Eloy de la Iglesia-.Un programa necesario, por educativo, entretenido y democrático, que basa su esquema en el entretenimiento inofensivo, pero también en la divulgación, en la socialización del conocimiento sobre un tema al que se recurre con frecuencia, pero que muy pocas veces se aborda de la manera adecuada. Este es el camino para el avance en libertades como la sexual, y no la proliferación de banales testimonios de relaciones de alcoba entre toreros y “modelos”, en horario vespertino, que se acercan mucho más al porno violento.

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