El Rincón del Suscrito

The Road y la Escuela de Idiomas

The RoadSeguramente no descubro nada a los lectores cuando recomiendo la lectura del libro de Cormac McCarthy The road que se ublicó en 2006 y que aquel mismo año obtuvo el premio Pulitzer. La novedad es que su adaptación cinematográfica tiene previsto su estreno este año. El próximo estreno de la adaptación de la novela ha sido dirigido por John Hillcoat y cuenta con un elenco de actores de primera categoría como Viggo Mortensen, Charlize Theron y Robert Duvall. Como alguno de vosotros ya debéis saber, no es la primera vez que este autor atrae al mundo del séptimo arte, ya que los hermanos Cohen adaptaron su también afamada novela No country for old men (No es país para viejos) que protagonizó nuestro internacional Javier Bardem. Mientras esperamos el estreno en nuestro país y con el confesable deseo, que seguro que comparto con los amantes de la literatura y el cine, de que sea un fiel tributo a la novela, me permito recomendaros su lectura, especialmente si os gusta la ciencia-ficción con una gran dosis de psicología. Los personajes están dotados de una gran humanidad que se transmite a través de un lenguaje preciso y escueto. Con el ánimo de persuadiros os adelanto que la historia transcurre, tal como indica el título, en una carretera por la que los protagonistas, un padre e un hijo, viajan sin descanso ni tregua, en una lucha constante por la supervivencia, en una tierra devastada e impregnada de ceniza tóxica, después de un cataclismo. La historia nos llega a través del narrador, con la introducción bastante frecuente de diálogos, que le confieren a ciertos pasajes una gran carga emotiva y sobrecogedora. McCarthy hace gala de un estilo muy depurado de artificios, donde prácticamente no existen ni signos de puntuación. Otra cosa. Si tenéis conocimientos medios de inglés, la lectura del original resulta muy asequible. Un paso atrás en la enseñanzaSiempre se ha dicho que no somos precisamente los españoles gente que esté especialmente capacitada para el aprendizaje de una segunda lengua. Sin embargo, deberíamos echar una ojeada al panorama, en cuanto a centros oficiales para la enseñanza de otras lenguas se refiere, para darnos cuenta que no lo tenemos fácil. Cuando todavía es cuestión de suerte conseguir una plaza para nuestros hijos en uno de los escasos colegios bilingües públicos o concertados que existen, y la gran mayoría de padres y chavales ven sus expectativas frustradas a la hora de obtenerla, sería lógico suponer que las Escuelas Oficiales de Idiomas son una buena alternativa, tanto para los jóvenes que quieren complementar sus estudios con el dominio de una o más lenguas, como para cualquier adulto que esté dispuesto a intentarlo. Desgraciadamente, no es así. A la falta de plazas en la mayoría de las EOI para estudiar los idiomas más solicitados (inglés, francés y alemán, sobretodo), que hay que obtener, en la mayoría de los casos, por sorteo, se suma el nuevo plan de estudios de las EOI en el Marco Común Europeo de Referencia Para el Aprendizaje de Lenguas del Consejo de Europa (MCER). Y con él, cambios que afectan muy negativamente a la calidad de la enseñanza en estos centros. Pese a la recogida de firmas en contra, manifestaciones y quejas remitidas a los medios de comunicación por parte de alumnos y profesores, el nuevo Real Decreto 1629/2006, de 4 de enero de 2007 fue aprobado. Una de las principales quejas, tanto de alumnos como de buena parte del profesorado, se centra en la anulación de la convocatoria de septiembre, dejando una única en junio en la que el alumno deberá jugarse el esfuerzo de todo un año, sin que otra oportunidad le sea dada tras el verano. ¿Qué pasa si ese día está enfermo?, por ejemplo. Pero no sólo es eso. Siguiendo las directrices de dicho marco, el nivel de exigencia para aprobar cada uno de los seis cursos (antes eran cinco), baja tanto que podemos decir que las EOI ya no son lo que eran: una institución de difícil acceso, pero con un reconocido prestigio en la enseñanza de idiomas, con dos titulaciones, una básica y otra de aptitud, una vez terminados el tercer y quinto año, respectivamente. Con este nuevo plan, el nivel real que un alumno tiene al finalizar los seis años de estudios es prácticamente el que antes se obtenía al finalizar el tercero, restándole muchísimo valor al Certificado de Aptitud que se consigue. Tanto que, para obtener el ahora anulado nivel C, se deberá recurrir a otras instituciones no públicas que cobrarán sus tasas correspondientes, por suspuesto, tras pasar otras pruebas diferentes. ¿Es esta la enseñanza pública que queremos?

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