Mordejai Vanunu rechaza el Premio Nobel de la Paz porque lo tiene Simón Peres

Terquedad y principios a prueba de rodillo

Se atrevió a enfrentarse al poderoso Estado de Israel, a revelar la verdad al mundo y durante dos décadas lo confinaron entre cemento. Secuestraron su libertad, pero no han conseguido arrodillarle, no han podido arrancarle su dignidad. «No puedo ser parte de una lista de laureados que incluya a Simón Peres. í‰l es el hombre que estuvo detrás de toda la polí­tica atómica israelí­», afirma Vanunu -el hombre que reveló al mundo que Israel es una potencia nuclear- en una carta enviada al Comité noruego del Nobel.

Veterano candidato al Premio Nobel de la Paz or multitud de organizaciones pacifistas y de Defensa de los Derechos Humanos, Mordejai Vanunu ha dado las gracias, pero ha pedido que lo borren de la lista. No podría tener en sus manos un premio que ha obtenido Simón Peres, la mano blanca que está detrás de su infierno personal, y de todo contra lo que ha luchado. “Peres estableció y desarrolló el programa armamentístico atómico en Israel. Exactamente como el doctor (Abdul Qadir) Khan hizo en Pakistán; Peres fue el hombre tras la proliferación del arma atómica en Sudáfrica y otros estados. También estuvo, por ejemplo, tras la prueba del arma nuclear en Sudáfrica en 1978", insiste Vanunu en su misiva. El actual presidente del Estado de Israel es además el máximo responsable de la persecución y secuestro de Vanunu en Italia y de su juicio secreto. Tras su valiente paso adelante, la vida de este hombre se convirtió en una película de intriga, pero no hubo final feliz: ha pagado con 18 años de cárcel, y aunque ha salió de prisión en 2004, le está negado poder salir de Israel, también por una orden de Peres.Durante nueve años, Mordejai Vanunu fue sólo un técnico nuclear del Centro de Investigación Nuclear del Negev, en el desierto al sur de Simona. Allí le inquietó el desarrollo del programa nuclear israelí, que se alejaba del uso civil En 85 fue despedido y dejó Israel. Un año después revelaba a The Sunday Times en Londres su conocimiento del programa nuclear israelí, con fotografías que había tomado en secreto en el emplazamiento de Dimona. La respuesta del Mossad no se hizo esperar. Como en los filmes del género de espías, Vanunu fue seducido por “Cindy”, una agente del Mossad, que lo convenció para viajar de vacaciones a Roma. Allí fue drogado y secuestrado por los servicios secretos de Israel, y transportado como un paquete en un carguero.Así empezaron los 18 años de cárcel -11 de ellos en aislamiento casi total- en cárceles israelíes. Vanunu fue incomunicado para que no pudiera revelar nada a otros presos, y juzgado por cargos de traición y espionaje. Pero no consiguieron doblegarle: Vanunu consigió filtrar su historia a la prensa, y durante su encierro, se entregó conservar intacta su rebeldía: se negó a hablar con los guardias, leía periódicos sólo en inglés, veía exclusivamente la televisora BBC, y rehusaba tomar alimentos que le servían. "Es la persona más necia, con más principios y más recio que yo haya conocido jamás", declaró su abogado, Avigdor Feldman.Aunque la sentencia le condenaba a vivir en Israel al menos seis meses tras cumplir condena, el Estado de Israel –con Peres a su cabeza- ha ido renovando la prohibición: Vanunu no puede salir del país, tiene que informar a las autoridades en qué ciudad reside y de sus movimientos, no puede hablar con extranjeros, ni telefonear al exterior ni chatear por internet. Su valor ha permitido al mundo conocer que Israel tiene al menos 200 o 300 cabezas nucleares, aunque ningún gobierno israelí lo haya admitido. Su firmeza y determinación por enfrentarse al poder para defender la verdad es un ejemplo para millones de personas.

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