Ibarretxe amablemente entrevistado

Tengo una entrevista para usted

Dentro de su gira de entrevistas a los candidatos, El Correo se ha despachado con el Lehendakari en una larga entrevista de 23 preguntas de las que ¡ni una sola! indaga sobre la crisis, sobre su responsabilidad y soluciones.

Todos los incisivos, caninos y molares de la entrevista inchan, cortan y muerden en otros flancos como es “su dimensión humana” y en dos de los casos, en el flanco identitario del candidato peneuvista, donde este se limita a defenderse de una forma pobre y cansina, llena de lugares comunes manidos y remanidos. “-Distingue en su plan entre “ciudadanía” y “nacionalidad”. ¿Por qué esta diferencia? –La distinción se basa en las aportaciones del Instituto de Paz de Upsala, con el que estuvimos debatiendo estos matices… que las identidades no sean caballos de batalla. Cada cual se acredita como quiera, sin que de ahí se deriven ni derechos ni deberes diferentes.” Pretende que olvidemos aquello que dijo Arzallus de que los españoles vivirán en Euskadi como los alemanes en Mallorca, con una media de vida superior a la de otras comunidades y pudiendo votar a su alcalde. Pero no al Lehendakari. Porque esa es siempre la pregunta que se hace a quien disiente del “régimen” en Euskadi: ¿Acaso no vives bien aquí? Y el Lehendakari tiene claro, sino lo desmentiría, que “esa forma de ver las cosas (la del Plan Ibarretxe) está incorporada al sentir de la sociedad vasca”. En otras palabras. Si no lo ves como él no eres vasco. O no de los auténticos. “Más capacidad de decidir equivale a más autogobierno para vivir mejor”, dice Ibarretxe pero claro, el problema es capacidad de decidir qué. Ibarretxe votó junto a Zapatero y Rajoy el plan de rescate a los bancos que nos ha endeudado a todos para que tapen sus agujeros. Lo mismo que hace años su partido, junto al gobierno de Felipe González, sentenció el futuro de Altos Hornos en Vizcaya a favor de la siderurgia alemana para que en Europa se aceptaran sus planes secesionistas. O después sustentó un gobierno como el de Aznar que dio el pistoletazo de salida al modelo económico (ladrillo+servicios) que ha dado pie al estallido de la virulenta crisis actual. Y, pactó con ETA, en Lizarra, el plan que sigue coleando en su cabeza y en algún cajón del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.Sí, tenemos que decidir. Pero los que pagamos la crisis, que somos la gran mayoría. Los que viven del circo del enfrentamiento contra Madrid, de vender el futuro industrial en Bruselas, de engrandecer a la banca y los grandes monopolios como Iberdrola, y de dotarse de una red clientelar envuelta en la Ikurriña, la inmersión del Euskera y la exclusión (por cualquier vía) del que no acepta el modelo.

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