Cargando...Nace Green Molecular una empresa que auna la inversión de la sociedad de capital riesgo CRB, la Universidad de Valencia y un grupo científico de esta universidad. ¿Por qué no invierte Sanidad en estos proyectos?
Las "sin off" son empresas nuevas creadas por personal de centros investigadores universitarios, como es la Universidad Politécnica de Valencia en este caso, con el fin de transferir su conocimiento y proyectos de Investigación y Desarrollo tecnológico al campo empresarial. El Parque Científico de la Universidad de Valencia (PCUV) funciona desde enero del 2008 en el campus de Burjassot-Paterna y alberga a más de 20 empresas, algunas de ellas, como Green Molecular, spin offs de origen universitario trabajando en diferentes campos.La nueva empresa, Green Molecular, se crea a partir de la investigación en torno a las aplicaciones biomédicas de polifenoles, moléculas de origen natural, y de sus derivados. Cuenta ya con un primer producto patentado, que ha demostrado efectividad contra el melanoma y el cáncer de colón y que puede ser útil como tratamiento de ayuda en quimioterapia y radioterapia. EStá siendo investigado sus aplicaciones en cáncer de mama y de pulmón.Este tipo de empresas se suelen crear con la participación de grupos inversores de capital riesgo. En este caso el grupo CRB, un grupo dedicado a invertir en la transferencia de conocimiento tecnológico del sector público al privado y que ya tiene inversiones en otras ocho compañías biotecnológicas dedicadas a oncología, alzheimer, intolerancia a la lactosa o patologías del hígado entre otras.Es obvio que estamos hablando de un sector en el que hay que arriesgar, pero en el que los beneficios son muchos a todos los niveles, y más en tiempos de crisis. El propio Director del Parque Científico de la Universidad de Valencia, Juan Antonio Raga afirma el importante papel que juegan este tipo de empresas en el fortalecimiento y la diversificación del sistema productivo español. España puede, tiene condiciones para colocarse en puestos de vanguardia en sectores que tienen un gran valor añadido y aportan capacidad de resolución sobre grandes problemas sociales de nuestro mundo actual. Una vía que contribuye a salir de la crisis haciendo contribuciones. Precisamente por ello, el sector sanitario no debe quedarse fuera. ¿Cómo no va a invertir y, por tanto, beneficiarse, el sector que se supone destinatario de esta nueva producción? Sería la máxima expresión, el nexo a todos los niveles entre las nuevas empresas biotecnológicas y la investigación biomédica clínica, de que el objetivo final de estas empresas es servir a las necesidades nacionales y populares, sociales, no al mero beneficio económico en la gran jungla farmacéutica mundial.