Cargando...«Una nueva huelga de CCOO, UGT y CGT impide que Telemadrid pueda ofrecerles su información y programación habitual. La emisión se reanudará a las 10.00 horas de mañana lunes 20». Este es el mensaje que los usuarios de Telemadrid habrán observado en sus pantallas desde el domingo 19, a las 12:00. Los sindicatos UGT, CCOO y CGT han llevado una convocatoria conjunta de huelga, por segunda vez en un mes, debido a la precariedad en la que se encuentran los profesionales de la cadena y a los despidos que se están realizando. En medio de esta situación, la presidenta Aguirre presiona al gobierno para privatizar la cadena, ¿no será este un primer paso?
El asado día 14 tuvo lugar la primera convocatoria de huelga, que se ha reprtido durante este domingo, según sus responsables, “al no haberse alcanzado ningún acuerdo "que satisfaga mínimamente las reivindicaciones de los trabajadores.” La dirección de la empresa pública ha hecho manifiesta su indignación, afirmando que el paro se debe únicamente al despido de tres veteranos empleados fijos, aunque desde los sindicatos se señala que no se ha producido ni el más mínimo gesto de acercamiento, ni siquiera para negociar los servicios mínimos que pretendían ofrecer.El conflicto que los trabajadores mantienen con la dirección de la cadena se remonta ya a varios meses, y la serie de huelgas es el punto culminante después de las numerosas acciones que se habían producido, anunciándose una nueva convocatoria para el día 2 de Mayo, día de la Comunidad de Madrid. La actitud de la emisora pública sigue siendo sin embargo la del constante desprecio de sus trabajadores, cuya situación de precariedad aumenta día a día, sumada a la oleada de despidos que amenaza a un elevado porcentaje de su plantilla.Esta misma semana la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, responsable de la cadena en última instancia, hacía una reclamación al Gobierno solicitando libertad para privatizar la cadena ante la anunciada reducción de ingresos por publicidad. Esto sin duda afianzaría el desmesurado control que ejerce sobre el ente público, colocándolo en las manos de un empresario de su confianza y despreciando así el interés general que motiva la existencia de estas cadenas autonómicas.No debería ser de extrañar pues, que la insultante soberbia e intransigencia que los directivos de la cadena están mostrando con sus empleados fuera el primer movimiento de una estrategia orientada a este fin. Presentar cuentas deficitarias e inestabilidad en la plantilla es siempre el primer paso para justificar la privatización de una empresa pública, y de esto saben mucho las autoridades madrileñas.Los profesionales que hacen posible la existencia de este medio financiado por todos los madrileños son las primeras víctimas de esta gestión, en la que el único interés que prima es la utilización de la televisión como instrumento de propaganda política, sin tener un ápice de consideración con los trabajadores, que contemplan como su empresa se hunde. El próximo día 2 todos debemos de estar con los trabajadores de Telemadrid, aunque los convocantes deberán analizar los pormenores de su situación, e incorporar en sus reivindicaciones la oposición a la tan alabada privatización, de la que serían los primeros afectados.