Manifestaciones en Tailandia

Tailandia ante un estallido social

El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, se ha visto obligado a escapar en un automóvil de la sede del Ministerio del Interior, tras ser ocupado este por medio centenar de manifestantes, según han informado las cadenas de televisión locales.

El Gobierno tailandés declaró ayer el estado de exceción en Bangkok y cinco provincias vecinas para intentar poner freno a las desafiantes protestas de manifestantes opositores que persiguen la caída del Ejecutivo. Soldados y tanques tomaron la capital un día después de que los disturbios forzaran la cancelación de la cumbre que debía reunir a los líderes asiáticos en la turística ciudad de Pattaya, en el sur del país. El gobierno de Tailandia se vio obligado a cancelar una cumbre de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) luego de que miles de manifestantes irrumpieran en el centro de la reunión en Pattaya, donde se había convocado a 15 jefes de Estado y de gobierno asiáticos, entre ellos el primer ministro chino Wen Jiabao. La cumbre del este de Asia reuniría a los 10 miembros de la ASEAN y a China, Japón, Corea del Sur, India, Australia y Nueva Zelanda para discutir temas económicos, comerciales y de seguridad regional. Sin embargo, luego de que manifestantes invadieran el hotel en el que se celebraba la reunión, los invitados destacados que habían llegado a la localidad costera, ubicada a unos 130 kilómetros al sur de Bangkok, tuvieron que ser evacuados en helicóptero a una base aérea militar cercana. El primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, se ha visto obligado a escapar en un automóvil de la sede del Ministerio del Interior, tras ser ocupado este por medio centenar de manifestantes, según han informado las cadenas de televisión locales. Pocos minutos antes, mediante un comunicado hecho público en la televisión estatal, el Gobierno tailandés había declarado el estado de excepción en Bangkok y en otras cinco provincias vecinas de la capital, con la finalidad de restaurar el orden y acabar con las protestas antigubernamentales. El Ejército ha bloqueado todas las calles de Bangkok que conducen al Palacio del Rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, después de que el Gobierno declarara elestado de excepción en la capital y en cinco provincias vecinas. En torno a un millar de agentes antidisturbios, pertrechados con gases lacrimógenos, han sido enviados el Palacio de Gobierno, cercado desde hace dos semanas por los miembros del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, que exige la dimisión del primer ministro Abhisit Vejjajiva. El grupo de manifestantes irrumpió en la sede ministerial no ha encontrado ninguna oposición de los policías y militares que vigilaban el edificio en un primer momento. Posteriormente, las fuerzas de seguridad han realizado disparos al aire para dispersar a los varios centenares de manifestantes que se encontraban en los alrededores y disuadirles de intentar entrar en el ministerio. A la salida del coche del primer ministro, algunos testigos han asegurado que se han producido disparos contra el vehículo que han sido respondidos por las fuerzas de seguridad. En el tiroteo han resultado heridos varios manifestantes y policías según la radio estatal. Jatuporn Promphan, uno de los cabecillas de las protestas antigubernamentales, ha pedido a sus seguidores en todo el país a movilizarse en las calles y marchar hacia la capital. En un mensaje emitido por una radio afín al ex mandatario Thaksin Shinawatra, Promphan ha asegurado que el estado de derecho no rige ya en Tailandia y que loscamisetas rojas, como son conocidos los opositores por el color de las prendas que visten, tienen que echar abajo al Gobierno de Vejjajiva. Al menos 77 personas resultaron heridas cuando cientos de soldados del ejército de Tailandia y otros tantos manifestantes antigubernamentales se enfrentaron en Bangkok el lunes por la mañana, 14 horas después de que el primer ministro del país declarase el estado de emergencia en la capital, informó el departamento de Sanidad de Bangkok. Tailandia sufre una crisis política que ha paralizado la vida del país desde septiembre de 2006, cuando un golpe de Estado militar expulsó al entonces primer ministro, Thaksin Shinawatra. Desde entonces, sus partidarios, conocidos como los camisas rojas por el color de las prendas que visten, han pedido un cambio de Gobierno.Los manifestantes son seguidores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, de 59 años, quien en 2006 fue derrocado de su cargo por generales monárquicos y huyó del país para evitar una condena por corrupción.No obstante, este controvertido hombre de negocios sigue siendo muy popular, sobre todo en las regiones rurales del norte. Sus partidarios apoyan las políticas de Thaksin, como un seguro de salud y microcréditos para pobres.El ex primer ministro sigue siendo muy querido en las zonas rurales del norte, donde las acusaciones de abusos de poder eran una cuestión menor en comparación con el logro de Thaksin de universalizar la asistencia sanitaria. Ahora que la crisis acecha también al sureste asiático, sus conquistas están amenazadas y vuelven a las calles contra el nuevo gobierno liberal de Abhisit Vejjajiva, que llegó al poder además con el apoyo de varios tránsfugas. También defienden el sufragio universal, frente a la pretensión de la Alianza monárquica de un Parlamento con sólo un 30% de diputados elegidos por el pueblo y el resto sean de designación real o entre notables. El Transfondo político esconde un país manejado históricamente por los militares y la monarquía que es una de las mayores fortunas del mundo, aupada por todo un sequito de oligarcas que manejan el conglomerado “empresarial monárquico”, que se estima en unos 40.000 millones de dólares. El gobierno de Thaksin había resistido seis meses de asedio a cargo de una coalición formada por las élites conservadoras de Bangkok, sectores monárquicos, burócratas, militares y jueces, que fueron los que dieron la puntilla a un Ejecutivo populista -y extremadamente popular- que es visto como una amenaza por la aristocracia y los poderes fácticos del país.

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