Salud

Tabaco: Fotos y radiografí­as

La Ley Anti-tabaco, aprobada en el 2005, entró en vigor en enero del 2006. Especialmente, en el 2007, se puso en marcha la prohibición principal que introducí­a la Ley, la de fumar en lugares públicos en los que hasta ese momento estaba permitido. Otra de las polémicas ha venido porque la aplicación ha estado a cargo de las comunidades autónomas y, alguna de ellas – Baleares, Madrid, Valencia y La Rioja – ha preferido suavizar o directamente incumplirla. Ahora se pretende implantar una medida adoptada por la Unión Europea y aplicada en más de 20 paí­ses: poner imágenes de impacto en las cajetillas de tabaco.

Pese a que del 2007 al 2008 solo disminuyó un 0,1% el orcentaje de fumadores, que ronda el 24% de la población, cada vez más gente – el 70% según una reciente encuesta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo – está de acuerdo con que se prohíba fumar en todos los restaurantes, sin excepción ni zonas reservadas. Pero en este caso hablamos del etiquetado. Aunque no hay fecha, ya se está estudiando como introducir la medida, así como un catálogo con 42 imágenes de las consecuencias del consumo de tabaco. En realidad la Ley se supone una respuesta a la inefectividad de los textos en los paquetes de tabaco – “Fumar mata” -, porque dejan de provocar inquietud con el tiempo. Según las instituciones la efectividad reside en combinar textos e imágenes, cambiarlas periódicamente, aumentando su tamaño y dureza. "Los cigarrillos son una obra de ingeniería para aumentar la adicción. Las tabacaleras van años por delante de nosotros y aunque afirman que la mayoría de los compuestos son aroma, en realidad tienen otras funciones, muchas de las cuales las desconocemos", declaraciones de un experto del Laboratorio Agroalimentario de la Junta de Andalucía. En el 2007 el Gobierno español reclamó a las compañías el listado de aditivos añadidos al tabaco en forma de “salsa” en el proceso de producción. Un 4,2% son azúcares que producen acetaldehído en su combustión, multiplicando los efectos de la nicotina. Un 2,5% de los aditivos son derivados de la lactona, sustancia que inhibe la enzima encargada de metabolizar la nicotina, permanenciendo ésta mucho más tiempo en la sangre. Un 1,1% son derivados del cacao y del regaliz que actúan como broncodilatadores permitiendo que la nicotina llegue mejor a los alveólos. También incluyen productos anestésicos como el ácido salicílico o el mentol para evitar la irritación, la tos y, por lo tanto, la percepción de riesgo y las molestias que impidan aumentar el tiempo de consumo. Y otro paquete de compuestos buscan acelerar el paso de la nicotina de estado sólido a gaseoso, reducir la acidez y eliminar la irritabilidad del humo con efectos aromatizantes. El meticuloso trabajo de ingeniería les permite multiplicar los efectos de la nicotina de tal manera que con la combustión el resultado es enormemente diferente a lo que los propios análisis del cigarrillo dicen. También existen documentos internos filtrados de las compañías, en los que se detalla la inclusión de antioxidantes para reducir los riesgos de cáncer… claro, más tiempo de vida, más tiempo de consumo. ¿O es una exageración? Esta sería una radiografía interesante para incluir en una demanda interpuesta por el Estado. Mientras, que incluyan las fotos y se intensifiquen las campañas para que cada vez menos gente fume, por supuesto.

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