Cargando...Un estudio hecho por científicos norteamericanos y japoneses acaba de poner de manifiesto la relación entre el «rubor asiático» y el cáncer de esófago.
Hasta ahora se conocía que el hecho de ruborizarse con el alcohol era causa del déficit de una enzima llamada ALDH2 (aldehida deshidrogenasa 2), que ermite metabolizar el alcohol a sustancias menos tóxicas. El efecto: las mejillas se suben de tono, náuseas y palpitaciones. Ahora se ha demostrado que la mutación responsable de la carencia de dicha enzima está relacionada con el cáncer de esófago. Hasta 540 millones de personas tienen esta mutación en todo el mundo. Hasta una tercera parte de los habitantes de Asia, especialmente en Corea, Japón y China, padece esta falta, aunque también se observa en algunas tribus sudamericanas..Detectar esta anomalía puede permitir disminuir el resto de factores de riesgo que multiplican la posibilidad de padecer uno de las causantes de más muertes a nivel mundial. Los autores del estudio calculan que hasta el 53% de los casos de cáncer de esófago se podrían prevenir a partir de reducir la cantidad de alcohol en los portadores de esta anomalía. Además de que la detección precoz de estas lesiones las hacen operables, mientras que si pasan desapercibidas, la mayoría empiezan a dar síntomas (problemas para tragar, sangrados…) cuando ya la enfermedad está avanzada.Prevenir mejor que curar.