Se une a India y Brasil en su esfuerzo para lograr medicamentos más baratos

Sudáfrica no se rinde

En Sudáfrica las multinacionales farmacéuticas tienen un filón en cuanto a la venta de antirretrovirales. El paí­s africano alberga el plan de medicamentos antirretrovirales más grande del mundo. Pero el papel del paí­s de Mandela va más allá, un escándalo sobre las actividades corruptas de las farmacéuticas allí­ ha permitido conocer que Sudáfrica es esencial dentro del grupo de paí­ses emergentes (con Brasil o India) que cuestionan las leyes de propiedad intelectual para fabricar fármacos genéricos baratos.

Sudáfrica jugó un papel de vanguardia en la lucha contra el imperio de las farmacéuticas, tanto para impedir su política de precios abusivos, como en el cuestionamiento de que el SIDA en África tuviera que ver con el VIH, sino con la malnutrición y las infecciones repetidas. «Sudáfrica jugó un papel de vanguardia en la lucha contra el imperio de las farmacéuticas»El gobierno de Thabo Mbeki fue sometido a un tercer grado por parte de EEUU (que llegó a enviar al presidente del Tesoro norteamericano de la mano del cantante Bono para denunciar que Mbeki se negaba a dar a las embarazadas sudafricanas seropositivas un antirretroviral que la FDA prohibía a las embarazadas norteamericanas).Dentro del llamado imperio de las farmacéuticas debemos remarcar dos hechos.

Primero, En Africa viven cerca de 70 por ciento de los presuntos infectados por el VIH, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida.

Sólo cuatro de cada cien personas con VIH reciben tratamientos antirretrovirales debido a los precios abusivos impuestos por las farmacéuticas (estimado en 6.000 dólares por año y paciente). La rebelión de países como Sudáfrica, Brasil o India fue la que permitió la producción de genéricos.

Y segundo, la tendencia a ampliar el número de clientes rebajando los listones de su aplicación. En Julio de 2012 la FDA se lanzó a la piscina aprobando el primer medicamento para prevenir la infección del VIH. Truvada, así se llama.

Fue desarrollada por Gilead Sciences, la misma que desarrolló el famoso Tamiflú para la gripe aviar y de la que era consejero Donald Rumsfeld. Su coste, 10 000 dólares por paciente y año. Ninguna novedad, combina bajas dosis de dos agentes anti-retrovirales (emtricitabina y tenofovir) usados normalmente para tratar la infección, y algunos investigadores temen que su uso en individuos sanos podría tener inaceptables efectos colaterales y dispare el surgimiento de virus resistentes.

Wayne Chen, jefe de medicina en la Fundación Sanitaria contra el SIDA en Los Ángeles, California, lamenta la decisión de aprobar el medicamento, diciendo que los preservativos son más baratos y pueden ser más efectivos de forma preventiva.El cambio de gobierno en Sudáfrica ha traído una mayor colaboración con las ONG que trabajan por la universalización de los tratamientos, como Right to Care. Pero lo que no ha perdido Sudáfrica, como país emergente, es su orgullo nacional. Su resistencia a ser doblegado por los gigantes farmacéuticos.Se prevé que esta colaboración permitirá atender de forma gratuita a 2,5 millones de personas a finales de 2014 y que el tratamiento se universalice hasta alcanzar los 5 millones de pacientes, el 80% de la población infectada. Para ello, necesitan urgentemente la rebaja de los precios. De lo contrario el gobierno será incapaz de cumplir sus planes de universalización.Para conseguirlo, Sudáfrica echa mano de su soberanía nacional. El ministerio de Sudáfrica ha introducido una nueva política de patentes que se transformará próximamente en ley. Esta ley tiene como objetivo examinar las solicitudes para evitar el registro redundante de productos, evitar los derechos de exclusividad que limitan la importación a precios más bajos y abrir la posibilidad de encargar la fabricación a terceras compañías con una compensación al propietario de la patente.“Las farmacéuticas pretenden lograr la perennidad de sus patentes bloqueando injustamente la competencia genérica. Las farmacéuticas consiguen así mantener los precios de los medicamentos muy altos y limitan la capacidad de los pacientes para acceder a los mismos”Esto es un golpe a los intereses de las farmacéuticas y a la cruzada mundial que EEUU está haciendo para asegurarse, a través de los derechos de propiedad intelectual, el expolio de muchos países en áreas como la farmacéutica, la agroalimentaria, etc.La prensa sudafricana sacó a la luz las actividades corruptas de la industria farmacéutica, que trató de influir en la redacción final de la ley a través de una compañía de “relaciones públicas”, la norteamericana Public Affairs Engagement, con un presupuesto de casi 400 mil euros. Una auténtica operación de intervención. Nada nuevo.Los documentos filtrados llevaron al ministro de Salud de Sudáfrica, Aaron Motsoaledi, a calificar la campaña de “genocida” y afirmó que “este documento puede sentenciar a muerte a muchos sudafricanos”.El documento de la campaña de Public Affairs Engagement se centraba en mostrar el posible impacto negativo de un cambio en la ley de propiedad intelectual, que podría provocar la salida de inversiones y una pérdida de innovación en el sector farmacéutico. Además, afirma la importancia estratégica de Sudáfrica para los planes de los gigantes farmacéuticos. Sudáfrica es “el nivel cero” en el debate sobre la protección de patentes. “Si se pierde la batalla aquí, sus efectos resonarán… Proporcionará un modelo a seguir para otros países en desarrollo dentro y fuera de África, incluidos India y Brasil”.La Asociación Farmacéutica de Innovación de Sudáfrica (IPASA) reconoció haber recibido la propuesta, pero aseguró que fue rechazada. Su director, Novo Nordisk, dimitió por sus diferencias con el contenido de la campaña.Una fina y lucrativa línea entre la vida y la muerteMientras un alto directivo de Bayer reconocía que no fabrican medicamentos pensando en los países pobres, como India, sino para países occidentales que pueden pagarlos, Médicos sin Fronteras denunciaba directamente a ciertas farmacéuticas norteamericanas (Merck, Pfizer) y europeas (Sanofi, Novartis), afirmando que hace más de una década, cuando la epidemia estaba en su máximo apogeo, “intentaron negar el acceso de los surafricanos a antirretrovirales asequibles… la historia se repite ahora con los medicamentos para tratar la tuberculosis resistente, el cáncer y otras enfermedades, ya que muchos de los medicamentos continúan patentados y cuentan con precios que están fuera del alcance de los pacientes y del departamento de salud”.Para Yuan Qiong HU, asesora de Propiedad intelectual de Médicos Sin Fronteras (MSF), se trata de imponer un sistema más restrictivo en el registro de patentes. «La flexibilización en el uso de patentes no es debilitar el sistema, sino hacerlo más fuerte, para asegurar la innovación y las necesidades de salud pública», aseguró a ABC.«Dada la prevalencia de enfermedades como el Sida, la malaria o la tuberculosis, y el número de pacientes en los países en desarrollo, este es uno de los mercados más importantes para las farmacéuticas, pero las compañías investigan a menudo en función de las necesidades de los mercados desarrollados, no de las necesidades de salud. Solo ahora vamos a tener un nuevo tratamiento para la tuberculosis, 48 años después».

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