Sudáfrica le niega el visado al Dalai Lama

Sudáfrica mantiene una postura independiente

Consultado por comentarios sobre por qué el gobierno le rechazó la visa, el portavoz de asuntos exteriores, Ronnie Mamoepa, aclaró que «el gobierno de Sudáfrica no extendió ninguna invitación para que el Dalai Lama venga a Sudáfrica».

Sudáfrica le rohibió al lí­der espiritual del Tí­bet, el Dalai Lama, ingresar al paí­s para participar de una conferencia de la paz, informaron hoy domingo un medio y un grupo de presión.El Dalai Lama se reunirí­a con sus amigos galardonados con el Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, Martti Ahtisaari y FW de Klerk, al igual que con el Instituto Nobel de Noruega, en la conferencia programada para el 27 de marzo, reportó el periódico Sunday Independent.Consultado por comentarios sobre por qué el gobierno le rechazó la visa, el portavoz de asuntos exteriores, Ronnie Mamoepa, aclaró que «el gobierno de Sudáfrica no extendió ninguna invitación para que el Dalai Lama venga a Sudáfrica».Sobre las supuestas presiones del Gobierno de Pekí­n, Mamoepa indicó que «no estoy al corriente de ninguna petición china» y recalcó que «esta decisión es independiente y soberana». Una prioridad para la polí­tica exterior de China es movilizar el apoyo africano en el campo internacional, especialmente en las Naciones Unidas. Beijing activa el apoyo africano arguyendo que tanto China como África pertenecen al mundo en desarrollo y, por tanto, no tienen disputas sino solamente intereses estratégicos comunes, con una visión compartida sobre los principales temas internacionales.Durante la cumbre de Pekí­n, el primer ministro Wen Jiabao habí­a anunciado que China prevé al menos duplicar sus intercambios comerciales con Africa, para que lleguen hasta los 100.000 millones de dólares anuales en el año 2010.»Sudáfrica es el socio clave de cooperación estratégica de China en Africa», dijo el primer ministro chino, Wen Jiabao, cuando elogió la asociación de su paí­s con Sudáfrica. Desde que ambos paí­ses restablecieron relaciones diplomáticas, en 1998, cuatro años después de las primeras elecciones multirraciales de la historia sudafricana, los intercambios bilaterales se han desarrollado considerablemente.Las inversiones directas de China en Sudáfrica son de unos 6.000 millones de dólares, mientras que las de Sudáfrica en China ascienden a unos 2.000 millones de dólares, mientras que el flujo comercial entre los dos paí­ses supone el 20,8 por ciento del de China con todo el continente africano.Sudáfrica fue uno de los principales aliados comerciales y diplomáticos de Taiwan. Su alianza era natural. La polí­tica del apartheidmantení­a a Sudáfrica separada de la comunidad diplomática internacional, mientras Taiwan era considerada una provincia renegada de la República Popular China (China Continental).En 1995 la inversión de Taiwan en Sudáfrica fue de 1.600 millones de dólares. Más de 600 hombres de negocios habí­an invertido en Sudáfrica en alrededor de 280 empresas del sector manufacturero, supliendo alrededor de 40 mil puestos de trabajo.En noviembre de 1996, el presidente sudafricano, Nelson Mandela, anunció el final de su larga relación diplomática con Taiwan y presentó a la comunidad internacional el establecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China. Los argumentos de Mandela fueron simples y directos: «China es una de las naciones más pobladas del planeta, es miembro de las Naciones Unidas, miembro permanente de Consejo de Seguridad. Es el interés de Sudáfrica mantener relaciones con esta nación».Fue una pérdida significativa especialmente porque vení­a seguida de Korea del Sur y Arabia Saudita.Taiwan sabe que en la medida en que los paí­ses maduran polí­ticamente, o cambian su condición socioeconómica, también modifican su visión global que naturalmente los llevará a mantener relaciones diplomáticas con China Continental.El acuerdo entre los gobiernos de India, Brasil y Sudáfrica para impulsar el llamado G3, bautizado por algunos como «el G7 de los pobres», supone el más ambicioso viraje de largo aliento desde que hace casi medio siglo se celebrara la Conferencia de Bandung.La apuesta arriesgada que tomo Sudáfrica hacia las llamadas relaciones Sur-Sur, Apostando por un acuerdo estratégico con China y estableciendo relaciones preferenciales con los demás paí­ses emergentes como Brasil e India con los que ha aumentado considerablemente su intercambio comercial y tecnológico. Le ha otorgado ha Sudáfrica independencia para recuperar su posición en la Organización de paí­ses Africanos como la mayor economí­a de África y el único asiento de este continente en el G-20.Recientemente Sudáfrica rechazo la orden de captura por parte de el Tribunal Penal Internacional contra el presidente de Sudan y potencia una vuelta a la polí­tica de los llamados paí­ses no Alineados y en consecuencia es normal que no permita que se instrumentalice el tema del el Tí­bet, utilizado reiteradamente siempre por EE UU y Europa en contra de China.

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