Guerra en Sri Lanka

Sri Lanka, El baño de sangre no cesa

La guerra civil en Sri Lanka que opone al gobierno central de la capital, Colombo, con la guerrilla separatista de los Tigres Tamiles, de la etnia tamil, tuvo ayer uno de los dí­as más sangrientos de su historia luego de que unos 378 civiles, que quedaron atrapados en lo que se conoce como la «zona de conflicto», fueron masacrados bajo el fuego de la artillerí­a gubernamental, hiriendo además a unas 1100 personas

Exertos de la ONU pidieron hoy al Consejo de Derechos Humanos (CDH) analizar la crí­tica situación en Sri Lanka, luego de meses de enfrentamientos armados que han provocado muertes de civiles y miles de desplazados.A juicio de estos expertos, la actual crisis humanitaria en Sri Lanka provoca gran preocupación, no solo en cuanto al número de civiles que pierden la vida sino por lo que llaman «falta de transparencia y responsabilidad».Existen buenas razones para creer que miles de civiles han perdido la vida solo en los últimos tres meses y, sin embargo, el gobierno de Sri Lanka no ha dado a conocer el número de ví­ctimas ni ha permitido el acceso a la zona de guerra, el gobierno Ceilanes esta imponiendo un silencio mediático, quiere terminar cuanto antes con la guerrilla Tamil a sangre y fuego.Un equipo de reporteros británicos detenidos por las autoridades ceilandesas tras la emisión de su reportaje, en el que se criticaba duramente la condición de los prisioneros rebeldes, han sido liberados y se encuentran fuera del paí­s, según informó la productora del reportaje a la cadena CNN.Los tres periodistas de la emisora Channel 4 se encuentran ya en en la sede de la cadena en Bangkok, según informó la productora ITN, encargada del reportaje divulgado el pasado martes, en el que se detallaban graves abusos contra los prisioneros en el campamento de Vavuniya, en el norte del paí­s. La pieza mostraba «cuerpos muertos tirados en la carretera, privación de agua y comida para los prisioneros y abusos sexuales» a los detenidos rebeldes, enfrentados con el Gobierno de Sri Lanka. A juicio de los Relatores de la ONU, es de gran importancia enfrentar la mantenida situación catastrófica de los civiles atrapados en un área de menos de 10 kilómetros cuadrados en esa isla del océano Índico. Esos civiles no tienen suficiente acceso a los alimentos, suministros médicos indispensables, agua potable y saneamiento, precisaron los expertos .Agregaron que incluso si esas personas escapan la muerte y las heridas a las manos de las fuerzas hostiles, su presencia en esa región sin acceso a esos derechos básicos constituye una sentencia de muerte.Un médico que trabaja en la zona de conflicto, el minúsculo pedazo de tierra que aún continúa bajo control rebelde en el sector noreste de la isla, señaló que el fuego de artillerí­a que el gobierno niega se produjo, como una cortina de balas ininterrumpida, desde las 5 pm del sábado hasta las 9 am de ayer. «Durante la noche el tiroteo fue aún más intenso», precisó el doctor V. Shanmugarajah. Desde el hospital en la zona de conflicto en la que trabaja, el doctor señaló que las instalaciones hospitalarias se encuentran completamente colapsadas. «Es muy difí­cil trabajar en estas condiciones. No tenemos suministros, los equipos no funcionan y no paran de entrar decenas de heridos a cada hora», detalló. «La gente llega con heridas abdominales, piernas mutiladas y aperturas en el cráneo: son consecuencias de las esquirlas», explicó el médico.A pesar de que no existen verificaciones independientes sobre el terreno acerca de la cantidad de muertes ya que el ingreso al área del conflicto está prohibido tanto para los trabajadores humanitarios como para los periodistas, de confirmarse, esta cifra podrí­a marcar una de las fechas con mayor cantidad de muertos en la historia de un conflicto que ya lleva más de 30 años de duración y que, según la ONU, ya se cobró la vida de más de 6500 personas solamente en lo que va de este año. Según el sitio web de la guerrilla Tamil (Tamilnet), el número de muertos ascenderí­a a unas dos mil personas en los ultimos combates. Se estima que unas 50 mil personas aún viven en el área controlada por la guerrilla Tamil.La muerte en esta isla del Índico es un goteo casi diario que apiña los cadáveres en el absoluto olvido de la atención internacional. El pasado año murieron más de 4.000 personas, según diversas organizaciones humanitarias. Y este año la cifra es e más de 6.500. Es una realidad incrustada a la piel de Sri Lanka, cuyos habitantes no recuerdan un solo año de paz. Después de más dos décadas de lucha, son más de 70.000 muertos, 600.000 desplazados, 200.000 refugiados en la India y otros tantos por el mundo.1983, la violencia creció notablemente y no se detuvo hasta el dí­a de hoy. Muchos tamiles emigraron hacia la India, uniéndose con los tamiles indios (Tamil Nadi) cuya capital es Madrás. Los tamiles de Sri Lanka, reciben apoyo de sus hermanos indios.En estos 25 años se les atribuye una docena de magnicidios, entre ellos, además de parlamentarios y ministros, los de dos jefes de estado. En mayo de 1991, después de una fallida intervención de Nueva Delhi con el envió de fuerzas de paz que salieron en medio de una escalada de violencia, asesinaron al ex primer ministro indio Rajiv Gandhi. Y en 1993, al presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa. También se les atribuyen unos 200 ataques suicidas.Miles de civiles tamiles estarí­an en los territorios aún controlados por los tigres. El gobierno acusa a los rebeldes de usar a los civiles como escudo, y los guerrilleros al gobierno de convertir a los civiles en objetivo.

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