SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Soy un 30% más pobre

Soy un 30% más pobre pero estoy contento porque estoy vivo. No he tenido la suerte de ser uno de los 31 españoles que han encontrado trabajo de camarero en este mes de agosto a razón de 400 euros por 14 horas diarias, y menos mal que sigo cobrando el subsidio del desempleo gracias a la generosidad del Gobierno con lo que había cotizado antes. No sé yo si voy a encontrar curro en los próximos meses porque ya se ha acabado el efecto verano, según ha informado el Instituto Nacional de Estadística, y ya me pilla mayor para emigrar y rebajarles las cifras del paro. Por lo menos no he tenido que darme de baja en la Seguridad Social, como lo le ha ocurrido a 99.000 inscritos con peor fortuna.

Pero no me puedo quejar: la pensión me la van a subir el 0,25% pase lo que pase, no como Zapatero que las congelaba, aunque en el total de sus legislaturas las subió bastante más que estos de ahora. Pero bueno, un 25% es un 25%, ay, perdón, un 0,25% es un 0,25%, menos da una piedra, al que cobre, verbigracia, la media, que son 900 euros, le subirán 2 euros y 22 céntimos, y en lugar de 900 cobrará 902,22 euros, que no está mal, aunque la vida o IPC suba seis o siete veces más. Tendré que administrarme mejor y apagar por la noche el pilotito roo del televisor. Tengo la dicha de que a mí ya no me va a afectar lo de la esperanza de vida, que es lo otro que barajan nuestros gobernantes para cuadrar las pensiones e ir reduciéndotelas.

He leído que rescatar a la banca a fondo casi perdido ha costado el doble que el subsidio de seis millones de parados. Los 61.366 millones de euros que nos ha costado (de momento) la broma también suponen siete veces el gasto sanitario de Catalunya y cinco el de Madrid y Valencia juntas. Pero no tiene importancia, no seamos envidiosos ni rencorosos, pelillos a la mar. Seguro que los de los bancos no son felices. Cierto es que se podrían haber subido un punto o dos la tarifa del impuesto sobre la renta de los que ganen más de 50.000 euros, que son un montón, y no pasaríamos esta amargura de no estar entre los 31 ni el 0,25%. Pero ya sé que eso no entra en las coordenadas morales del Gobierno. Así que a apechugar. También podrían aplicarle el 0,25% a las pensiones máximas y por el contrario subirlas un poco más, poco, no se alarmen, a las pensiones mínimas, porque no es lo mismo cobrar 2.400 euros que 600 y que a las dos les suban el 0,25%. Pero sería un lío y los de 2400 protestarían, ellos quieren lo suyo, que no es un regalo, sino que lo han sudado.

En fin, que lo importante es poder contarlo. Lo que tenemos que hacer es distraernos y divertirnos con cosas menos tristes, hay donde elegir: ahora van a hacer la golfada de pasar el asunto de Urdangarin ¿y la Infanta? Al Tribunal de Valencia, con la disculpa de que pueden encausar a Rita Barberá y reencausar a Francisco Camps, que todo quedará en nada. La Cospedal sale cada dos por tres, y si no le sustituye el palmero Floriano, para amenizarnos con sus grotescos argumentos. Bárcenas pierde fuelle y se queda sin munición, no se sabe si por la ingenuidad o descuido del juez Ruz por no haber acordado antes lo de los ordenadores borrados, todo es nuestro Sálvame de luxe político, Catalunya y su cadena independentista para la Diada, Gibraltar, yo es que no duermo con lo de Gibraltar, los toros otra vez en TVE, incluso puede ocurrirnos la desgracia de que nos den los Juegos Olímpicos de 2020 (¿cuánto cuesta el desplazamiento a Buenos Aires y estancia de la legión de propagandistas enviados?), el aborto en octubre, la enseñanza, la sanidad mermada, todo, todo está en el nuevo orden ético y moral y nos aleja de la tristeza de ser un 30 o un 40% más pobres o incluso pobres del todo, pero con la alegría de vivir, porque estos miserables no nos la van a arrancar.

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