Televisión

Sorprendente Berto

En tan sólo 45 minutos el joven actor fue capaz de concentrar un programa de humor de origen teatral, en el que el monólogo del humorista sirve de hilo conductor de toda la acción. Un espacio «de autor», pero no por eso menos popular, que combina el discurso satí­rico con la interacción con el público, los sketches aparentemente improvisados, canciones compuestas para la ocasión y reportajes protagonizados por el alter-ego del conductor del programa, el reportero Stefano.

A sus 34 años Berto Romero se ha ganado ya un esacio privilegiado dentro de la nueva generación de humoristas españoles. Después de haber fundado la compañía teatral El Cansancio, se incorporó a la productora El Terrat como colaborador de Buenafuente, y sus constantes apariciones sorprendieron a propios y extraños. Su nuevo programa en solitario se aleja del formato de Late Show a la americana que dirige su mentor, y basa su propuesta en la experiencia que el actor tiene sobre las tablas.El propio formato comprimido es en sí mismo un acierto, pues otorga agilidad al programa, lejos de los largos magacines a los que nos hemos acostumbrado en el horario nocturno. Berto permanece de pie y en movimiento durante todo el programa, interactúa con el público, las secciones están difusas y aparecen interrumpiendo su discurso de manera espontánea, y sin duda el monólogo crítico e inteligente es la columna vertebral sobre la que se sostiene todo el espectáculo.“El programa de Berto” es un espacio confeccionado como un traje de alta costura a la medida del humorista. Pero en ningún caso se trata de algo ostentoso, la sencillez y la espontaneidad son los elementos que le confieren la frescura necesaria para conectar rápidamente con el público. Según el propio actor, su humor esta interesado en la realidad, pero no necesariamente en la actualidad. Su objetivo es centrar su sátira en problemas cotidianos que no sean necesariamente portada de los diarios, ya que considera que estar obligado a parodiar la actualidad “oficial” corta las alas a su libertad creativa.Una selecta especia que se nos sirve en un sencillo tarro de cristal, y que aporta luminosidad al panorama humorístico, satírico y de entretenimiento de la televisión actual. Si de algo podemos presumir en la televisión de nuestro país, es fundamentalmente de estos humoristas atrevidos que se no resignan a dejar de sorprendernos.

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