La administración Obama había descuidado las relaciones con Nueva Delhi, elevadas a rango de preferentes durante la época de Bush, lo cual había sido fuente de cierto aire de molestia en el gobierno hindú. La visita a India de la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha calmado la irritación. Las relaciones con Pakistán, los jugosos intereses comerciales con el inmenso mercado hindú, pero sobretodo el gigantesco peso específico -económico, político y militar- que ha adquirido India, hacía que esta visita no pudiera demorarse más.
La administración Bush, en su objetivo de contener or todos los medios la expansión de China, dio a India un trato preferencial y ventajoso. El gobierno de Obama ha puesto más peso en una relación directa con Pekín, significando eso un cierto distanciamiento de Nueva Delhi, vista con recelo por las elites dominantes hindúes. El Departamento de Estado no podía descuidar por más tiempo la relación con una de las grandes potencias emergentes de Asia.Clinton ha desplegado todos sus encantos diplomáticos y se ha llevado bajo el brazo importantes acuerdos y una nueva sintonía con el gobierno del primer ministro indio Manmohan Singh, al que invitó a devolver la visita oficial a Washington en noviembre. Los acuerdos económicos no son nada desdeñables, dadas las inmensas posibilidades de una nación de más de 1.100 millones de personas. Pero además cerró otros tratos no sólo de naturaleza comercial. Clinton consiguió para Lockheed Martin y Boeing un contrato para la construcción de 126 cazas de combate polivalentes –lo que significa una fuerte feunte de ingresos para dos compañías en dificultades económicas-. Pero no son los únicos monopolios del complejo militar industrial norteamericano que van a salir beneficiadas. La Secretaria de Estado ha cerrado acuerdos preferentes para que India compre a armamento EEUU por valor de 300.000 millones de dólares en los próximos cinco años. También la industria nuclear norteamericana sacará tajada: fabricantes de reactores nucleares como General Electric y Westinghouse Electric construirán sendas centrales por valor de 10.000 millones.Evidentemente no se tratan de acuerdos meramente comerciales, tratándose de suministro armamentístico o de aumentar la capacidad nuclear de una potencia atómica. ¿Se imaginan a EEUU haciendo lo mismo con Irán?. Tiene contrapartidas, y se miden en capacidad de control e injerencia. Hasta el momento el gobierno hindú se había negado en redondo a que los ojos norteamericanos verificaran en las bases indias los equipos y armamento de tecnología made in USA, pero los acuerdos firmados permitirán al Pentágono comprobar que India esté usando las armas para los objetivos acordados y evite que la tecnología se filtre a terceros. El acuerdo nuclear tiene contrapartidas parecidas. Y eso les permitirá hacerse una buena idea del grado de modernización –convencional y atómico- del ejército hindú.Hablando de potencia nuclear, Clinton tuvo que tratar con su homólogo S.M. Krishna, de las nuevas capacidades atómicas de Nueva Delhi –que acaba de inaugurar un submarino nuclear- y de su rival paquistaní. La secretaria de Estado insistió en la importancia que tiene para Washington que la siempre tensa relación entre ambos países baje de temperatura, en un momento en que EEUU necesita estabilidad en la frontera indo-paquistaní para que Islamabad centre sus esfuerzos en la lucha contrainsurgente en la frontera afgana y contra los talibanes en su propio territorio