El FMI y Berlí­n exigen a España más reforma laboral y menos salarios

Sólo acabaremos con el paro si nos libramos de la troika

La Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2013 confirma que la reforma laboral no sólo no sirve para crear nuevos puestos de trabajo, sino que está acelerando la destrucción de empleo y la precariedad laboral. Pero para Washington y Berlí­n todaví­a no es suficiente. Por eso exigen una nueva vuelta de tuerca en la reforma laboral, y otro descenso de los salarios.

La EPA no es una buena noticia como pretende hacernos creer el gobierno porque haya descendido unos miles el número de parados. Al contrario, los números de la EPA demuestran con toda crudeza el abismo cada vez más profundo del mercado de trabajo: paro, precariedad, subempleo y miseria salarial. Gracias a la reforma laboral para abaratar el despido y flexibilizar el mercado de trabajo al margen de los convenios. «Quieren una segunda fase de reforma laboral para que sólo haya un tipo de contratos “simplificados y flexibles”, o sea precarios y despido prácticamente gratis»

La EPA demuestra, en primer lugar, que sigue la destrucción masiva de empleo y desapareciendo la población activa. En 2013 se han destruido 198.900 puestos de trabajo, y la población activa ha descendidoen 267.900 personas, sobre todo por los inmigrantes que se fueron y los aproximadamente 100.000 españoles (jóvenes) quehan emigrado al extranjero en busca de trabajo.

En segundo lugar, el acelerado aumentode la precariedad y el subempleo. Han caído en picado tanto los empleos fijos (casi 340.000), como los contratos indefinidos (269.500 menos en 2013) y los contratos a tiempo completo (menos 218.100); mientras aumenta la contratación temporal (81.300 más que en 2012) y a tiempo parcial (153.100 más). La duración media de los contratos temporales ha pasado de 65,8 días al inicio de la crisis a 44,7 días, los contratos contienen condiciones cada vez más leoninas y salarios empobrecidos. El 2013 acabó con 2,4 millones de trabajadores subempleados, empleados por horas.

En tercer lugar, el auténtico infierno al que están condenados la mayoría de los parados y sus familias: el 55% de los jóvenes –casi 900.000- en paro; seis de cada diez parados (3,5 millones) son ya parados de larga duración, y de ellos 2,3 millones llevan más de 2 años sin encontrar trabajo; el número de hogares con todos sus miembros en paro supera ya los 1,8 millones.

¿Otra ronda de reforma laboral?

La EPA refleja el abismo social que la reforma laboral no ha hecho más que acelerar.

Pero para los grandes monopolios y banqueros alemanes y yanquis, o los Botín y CEOE de aquí, no es suficiente, quieren más.

La ofensiva para una nueva ronda que ahonde aún más la reforma laboral está en marcha. El presidente del Eurogrupo, JeroenDijsselbloem, dice que España debe “ahondar en la reforma laboral… para incluir una simplificación y una flexibilización de la contratación”; y el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dice que “hay que seguir con las reformas”, dando por hecho que serán ellos los que dicten su contenido, “les daremos nuestra asistencia en los próximos pasos de la reforma”.

Y el FMI opina, con vergonzosa sinceridad, que “en España los salarios se han moderado, pero la caída no ha sido suficiente”. Por eso su directora, Christine Lagarde, defiende que “se refuerce la reforma laboral con medidas destinadas a equiparar la protección de los trabajadores temporales y los indefinidos” (es decir, que se degrade a los fijos al estatus de temporales), y aplaudió “la indexación salarial” (o sea, desligar el alza de los salarios de la subida del IPC para poder bajarlos).

Se han hartado de decir que hay que acabar con la “dualidad” del mercado laboral español, con la diferencia entre contratos fijos y temporales, y ahora sabemos que sus recetas no son para acabar con la temporalidad sino para eliminar los contratos indefinidos y los empleos fijos. Quieren una segunda fase de reforma laboral para que sólo haya un tipo de contratos “simplificados y flexibles”, o sea precarios y despido prácticamente gratis.

Cada vez está más claro que las “recetas” del FMI y Bruselas sólo buscan garantizar que España surta de mano de obra barata a sus monopolios. O que paguemos las deudas con los bancos alemanes o norteamericanos a base de recortes a la mayoría.

Lo que necesitamos es una política que ponga los enormes recursos que dispone España –y que ahora se apropian un pequeño puñado de bancos y monopolios extranjeros y nacionales- al servicio de impulsar la economía y crear empleo.

Y para ello es imprescindible librarse del dictado de la troika, desobedecer los dictados del FMI o Merkel que tan sumisamente aceptan De Guindos o Rajoy.

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