Tragedia en los Alpes

Solidaridad con las ví­ctimas, exigencias a los responsables

La redacción y los trabajadores del grupo editorial De Verdad queremos transmitir todo nuestro apoyo y solidaridad a las familias de las ví­ctimas del trágico accidente de Airbus de la compañí­a alemana Germanwings, que realizaba el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf y se ha estrellado en los Alpes franceses, provocando la muerte de sus 150 viajeros, entre ellos 50 conciudadanos.

Estamos ante una de las mayores catástrofes aéreas de los últimos años, una tragedia que ha conmocionado a toda Europa, también y especialmente a nuestro país. «No es admisible ni un sólo muerto por la desidia de unas empresas que ponen sus beneficios por delante de cualquier otra cosa»

Desde el grupo editorial De Verdad compartimos el dolor de las familias de la víctimas y queremos transmitirles todo nuestro apoyo y solidaridad.

Pero al mismo tiempo exigimos también que se esclarezcan de forma rápida y concluyente las circunstancias, más oscuras cuanto más se conocen, que han hecho posible esta tragedia. Controles sobre el estado físico y mental de los trabajadores prácticamente inexistentes. Trabajadores altamente cualificados que en las líneas low cost cobran sueldos mileuristas, encadenando horarios incompatibles con el descanso y la seguridad necesarias. Medidas que se aplican en el resto del mundo pero que en Europa, por razones que nadie hasta ahora se ha dignado a explicar, fueron desdeñadas. Laxitud en la contratación y la formación de los profesionales, con unos niveles de preparación muy inferiores a los de otros muchos lugares. Alguien tiene que responder y dar explicaciones por esto. Pone los pelos de punta oír a los especialistas afirmar que dentro de las aerolíneas de bajo coste, la compañía accidentada, la alemana Germanwings, es la que más confianza les ofrecía. ¿Qué no estará pasando entonces en las otras?

El argumento de que es la primera catástrofe que implica a una de estas compañías no es de recibo. No es admisible ni un sólo muerto por la desidia de unas empresas que ponen sus propios beneficios por delante de cualquier otra cosa, ni la negligencia de unas autoridades que hacen la vista gorda.

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