Televisión

Sin olvidar a Ricardo Ortega

Ricardo Ortega fue el responsable de hacernos llegar a través de la pequeña pantalla las crónicas internacionales más relevantes de los últimos años, desde la elección de Bush o el atentado a las torres gemelas, hasta la guerra de Afganistán o el conflicto de Chechenia. Su profesionalidad le llevó a la primera lí­nea de cada conflicto, y en uno de ellos perdió la vida. Fue en Haití­, ahora hace cinco años, y como suele ocurrir cuando un periodista es asesinado en pleno ejercicio de la variante más arriesgada de su profesión, su caso sigue sin resolverse.

El caso fue reabierto en junio de 2008 or el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, después de que la justicia haitiana decidiera no procesar a los inculpados de la guerrilla, por ausencia de pruebas concluyentes y ante la posibilidad de que los autores del disparo que mató a Ortega fueran soldados estadounidenses, como ya ocurriera poco antes con el cámara de Tele 5 José Couso.Los familiares, amigos y miembros de la Asociación de Periodistas de Madrid (APM), de la que Ortega era miembro, se reunieron ayer como cada año en las puertas de la sede de la APM, para pedir que "no se olvide la causa por la que murió". Así mismo han remitido un comunicado al Ministerio de Justicia, solicitando que continúen las investigaciones y no se cierre el caso, que ahora se encuentra en punto muerto.Es lamentable asistir reiteradamente a la pasividad política de la que se hace gala cuando un periodista muere en un conflicto armado. La responsabilidad de los soldados norteamericanos salta a la vista en los casos de Couso y Ortega, sin embargo parece improbable que el Gobierno Español sea capaz de inculpar o ni siquiera plantear una queja formal ante los responsables de estos crímenes de guerra, cometidos contra ciudadanos españoles.Entre los actos de homenaje que preparan sus compañeros se incluyen la edición de un libro, recopilando sus crónicas más relevantes en acontecimientos históricos que Ortega vivió de primera mano y cuyo testimonio es de un valor incalculable. Entre las declaraciones de sus amigos personales destaca la de Guillermo Altares, director del suplemento ‘Babelia’ de El País, que ha destacado el ingenio y la ironía de Ortega, que "siempre hacía entradillas muy cañeras y críticas, desde el punto de vista de las víctimas".

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