El gobierno de progreso en España y Portugal

Similitudes y diferencias

¿Por qué la posibilidad de un “gobierno a la portuguesa”, aunque ha sido una de las opciones que han aparecido cada vez que se han puesto sobre la mesa la posibilidad de un gobierno de progreso y regeneración democrática en nuestro país, no ha llegado a cuajar?

España y Portugal son dos de los países del flanco sur de Europa especialmente sometidos al saqueo y la intervención del FMI y Bruselas. Y, al mismo tiempo, donde los gobiernos gestores de la Troika han cosechado un amplio rechazo social, traducido en mayorías sociales de progreso en las elecciones de 2015 y 2016.

Esta es la primera similitud: el cambio en la correlación de fuerzas. Las elecciones generales de octubre de 2015 en Portugal y en diciembre de ese mismo año en España trajeron un cambio en la correlación de fuerzas parlamentarias. Los partidos de la derecha, de Coelho y Rajoy, principales gestores de la Troika perdían la mayoría absoluta y se creaba una nueva mayoría parlamentaria de las fuerzas que recogían el voto de una mayoría social de progreso contra los recortes y el rechazo a las políticas de “austeridad” impuestas desde el exterior.

Un gobierno alternativo a los principales gestores de FMI, Bruselas, la banca y los monopolios era posible. Esta es la segunda semejanza entre la situación en los dos países. En Portugal en base a los 2,8 millones de votos y los 122 diputados del Partido Socialista, el Bloco de Esquerdas y el Partido Comunista. Y en España con los casi 14 millones de votos y los 188 escaños de PSOE, Unidos-Podemos y Ciudadanos.

Pero son las diferencias las que lo han hecho posible en Portugal y aún no lo han hecho en España.

Diferencias que están concentradas fundamentalmente en las posiciones de las fuerzas políticas que podrían hacerlo posible. Diferencias en la voluntad política y en la línea a seguir.

La primera y principal diferencia está en la línea, en cómo las fuerzas emergentes de la izquierda han afrontado la nueva situación.

En Portugal el Bloco de Esquerdas establecía una línea de unidad para aprovechar la nueva situación que posibilitara un gobierno de progreso para cambiar el rumbo del país y crear unas nuevas condiciones favorables al pueblo y desfavorables a la Troika.

Mientras que en España, especialmente en Podemos, se han antepuesto otros intereses y otra línea de actuación.

No han partido de que sólo con un acuerdo de PSOE, Unidos-Podemos y Ciudadanos es posible un gobierno alternativo de progreso.

Ni de que, por encima de las posiciones y los programas de cada uno, las tres fuerzas han concentrado el voto de la mayoría social que pide el fin de los recortes y la corrupción, un cambio de políticas y de gobierno. «Necesitamos una línea de unidad amplia que haga posible un acuerdo de mínimos para dar una salida a la situación «

Y que por lo tanto sólo con una línea de unidad amplia, que hiciera posible un acuerdo de mínimos, es posible dar la salida a la situación que pide esa mayoría social de progreso y regeneración democrática.

Una línea de unidad paras sentarse a negociar aparcando las diferencias máximas de programa y sin más líneas rojas que el rechazo a los recortes y la corrupción y la voluntad de cambiar el rumbo del país, frente a las políticas de “dura austeridad” impuestas desde el exterior y la banca, para que la incipiente recuperación empiece a llegar al 90% de los ciudadanos.

Todo el país gira en torno a la necesidad de una alternativa de gobierno de progreso y regeneración democrática. Y en nuestros hermanos portugueses tenemos un ejemplo: también aquí es posible.

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