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Silban las cobras

Cuando Federico Garcí­a Lorca estuvo en Nueva York coincidió con el ‘Martes Negro’ de Wall Street y la desintegración de billones de dólares. Vio a los banqueros arrojarse al vací­o desde los rascacielos entre los gemidos de los obreros parados y oyó cómo las cobras silbaban en los pisos altos.

Cuando Federico García Lorca estuvo en Nueva York coincidió con el ‘Martes Negro’ de Wall Street y la desintegración de billones de dólares. Vio a los banqueros arrojarse al vacío desde los rascacielos entre los gemidos de los obreros parados y oyó cómo las cobras silbaban en los pisos altos.

Ahora, las cobras de Wall Street silban cada semana. «La gente se llevará el dinero fuera si viene un Gobierno PSOE-Podemos. Las inversiones extranjeras empiezan a irse, las españolas se están frenando. Si Mariano Rajoy, en un acto de generosidad, ofreciera el Gobierno a alguien del perfil de De Guindos sería bien visto en Europa y aceptado por el PSOE. Se serenaría el panorama». Esto lo piensa y lo dice un ilustre maestro de Economía porque observa el pavor de los mercados. Algunos diarios hablan de Frente Popular. España vuelve a ser por unas semanas madre de encinas y de rojos. El Ibex quiere un Gobierno formado por los tres partidos que creen en Europa. Francisco González, presidente del BBVA, ha declarado: «No vengan con utopías diciendo que vamos a proteger a no sé quién sin crear riqueza».

Durante unos meses más, oiremos el sonido de la cobra: corralito, rebaja de pensiones, la prima desbocada. Escucharemos a Pablo Iglesias diciéndole a los señores del Ibex que ellos van de cine, pero que hay 13 millones de ciudadanos en riesgo de pobreza. Después del 24-M ya les avisó de que si querían gobernar, fundaran un partido político y que Podemos había llegado, no para tomar caviar y vinos caros con los banqueros, como los partidos de la casta. «Nosotros nos reunimos en una mesa con una botellita de agua, que puede ser del grifo. A nosotros no se nos compra».

No sé por qué los del Ibex se sorprenden. Fueron los indignados españoles los que inspiraron el ‘Occupy Wall Street’ del parque Zuccotti de Nueva York. Nunca ocultaron los de Podemos su desprecio a los políticos instalados.

Aquí tomó la marea antieuropea la forma del populismo de izquierdas inspirado enGramsci y Ernesto Laclau: malos contra buenos, adoración al líder. La actitud contra la revuelta de la clase dirigente ha sido la adoptada por Coriolano.

En la versión de Fermín Cabal, en el Teatro Romano de Mérida de hace un par de años, se actualizaba la obra más política de Shakespeare dándole un toque de posmodernidad: la casta contra el pueblo. Nemesio, el político corrupto, les dice a los indignados de Roma que la escasez la mandan los dioses, no los patricios. «Difamáis a los pilotos de la nave del Estado. Os voy a contar un cuento: una vez todas las partes del cuerpo se enfrentaron al estómago y le acusaron de estar siempre ocupado en tragar, mientras el resto trabaja. Y respondió el estómago: soy el primero en recibir el sustento, soy el taller y el almacén de todo el cuerpo. Sin embargo, recordad que lo mando por los ríos de la sangre al corazón».

Los políticos no pudieron convencer a los indignados de que ellos eran el buen estómago, siguieron enfrentándose con los de arriba y la cobra empezó a silbar.

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