Se ahonda el reparto desigual de la riqueza

Siempre los mismos

Telefónica repartirá 6,5 millones de acciones entre sus directivos. Las eléctricas cobrarán después del verano los primeros 10.000 millones del «déficit de tarifa»… No hay semana que no aparezcan noticias indignantes al poner de manifiesto que, mientras unos siguen repartiéndose beneficios, son siempre los mismos, las clases populares y trabajadoras las que corren con el peso de la crisis y sus consecuencias.

Los altos ejecutivos se siguen reartiendo suculentos beneficios. Así lo ha anunciado Telefónica que repartirá 6,5 millones de acciones, más de 100 millones de euros, entre sus directivos. Cesar Alierta, su presidente será el máximo beneficiado, se llevará más de 300.000 euros (50 millones de las antiguas pesetas). Los accionistas de las eléctricas, Endesa, Iberdrola y Unión Fenosa ya se preparan para el reparto de beneficios a final de año, gracias a que en otoño las empresas cobrarán los primeros 10.000 millones del llamado “déficit de tarifa” que les regala el gobierno a costa de endeudarnos aún más. En el otro extremo también se acumulan las noticias. La semana pasada era la EPA de los 4,1 millones de parados. Esta son los préstamos al hogar concedidos por bancos y cajas de ahorros han caído otro 16% en el mes de junio. O cómo la crisis no sólo ha disparado la tasa de paro juvenil hasta el 36,5% sino que está rebajando los sueldos a los 800 euros, los jóvenes no son ya ni siquiera “mileuristas”. La redistribución de rentas y salarios fue uno de los puntos del programa con que presentamos a las elecciones la candidatura “De Verdad contra la crisis”. Un punto que cada vez, y a la vista de estas noticias, se hace más necesario. Proponíamos como medida una redistribución salarial: Nadie por debajo de 1.000 euros de salario mensual, y nadie por encima de 10.000. Hay cerca de 400.000 consejeros, ejecutivos y altos cargos de las grandes empresas y del Estado que si le aplicara esa redistribución salarial permitiría ahorrar lo suficiente para que ningún trabajador cobrara menos de 1.000 euros y aún quedarían más de 3.500 millones de euros para crear 250.000 puestos de trabajo. Ante este ahondamiento del abismo social por un cada vez más desproporcionado reparto de la riqueza, el gobierno “socialista” de Zapatero sigue sin hacer nada por una redistribución más justa. Porque nada son las medidas vergonzantes como los 420 para los parados desahuciados sin prestaciones. Aquí siempre les toca a los mismos apretarse el cinturón. ¿Y qué decir de los grandes sindicatos? Con una palabra casi queda todo dicho: ¡desaparecidos! Cuando más necesarios eran para los trabajadores los dirigentes de estos sindicatos han desaparecido de la escena. Frente a las exigencias de las bases de afiliados y líderes de base en los centros de trabajo, las cúpulas dirigentes están actuando como bomberos, utilizando el diálogo social como coartada y las limosnas del gobierno de Zapatero como la zanahoria para frenar cualquier intento de rebelión social. Sin embargo esta se masca en los ríos subterráneos de la sociedad, un runrún que puede emerger con fuerza, si este otoño, como se espera, todo va a más y la crisis golpea con más fuerza a los mismos de siempre.

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