La crisis, más allá de las palabras de Ibarretxe, llega a Euskadi

Siderurgia, ataque al corazón

La crisis de la construcción y del automóvil ha llegado ya al corazón de la industria vasca: el sector siderúrgico que depende, en gran parte, del hierro y el acero que necesitan estos sectores y otras industrias vinculadas, como la fabricación de electrodomésticos. El sector siderúrgico representa el 14% del valor añadido bruto (VAB) de la Comunidad Autónoma Vasca, da empleo a 28.000 personas y, con 8 millones de toneladas anuales, representa el 40% de la producción total en España.

El ERE de la fábrica de Mercedes en Vitoria, ara 2.800 trabajadores, de una plantilla total de 3.300, supuso el primer gran aviso de cómo está llegando la crisis a las grandes empresas industriales vascas (Cegasa, Bridgestone…), y por extensión al resto del tejido productivo de centenares de pymes que dependen de ellas.Ahora, sobre varios miles de empleos de la siderurgia pende ahora una auténtica espada de Damocles. Y lo que ocurre en las dos principales siderurgias, dependientes del capital extranjero, es anuncio de que lo peor está por llegar.Arcelor Mittal, la mayor compañía siderúrgica del mundo, que absorbió a la española Aceralia, con tres acerías en el País Vasco (Olaberria, Zumarraga y Bergara) ya ha reducido la producción un 50% desde octubre, sin perspectivas a corto plazo de que esta situación cambie. Arcelor Mittal ha iniciado ya una primera fase de despidos mediante “bajas incentivadas” hasta 416 trabajadores; aunque la dirección de la multinacional siderúrgica ya ha anunciado que si no hay un cambio de tendencia rápido, recurrirá a presentar un ERE que dispararía el número de despidos por encima de los 600.El segundo gran grupo en importancia, Sidenor, con instalaciones en Elgeta, Eibar, Azkoitia y Legazpi, del grupo brasileño Gerdav, con participación del Santander de Botín, ya ha presentado un primer expediente de regulación de empleo (ERE) para 500 trabajadores que llegará hasta finales de junio.En el tercero, el extremeño Gallardo, al que pertenece la antigua Marcial Ucín de Azpeitia, ya suenan también los primeros avisos de ERE.La crisis toca el corazón industrial vasco. No es de extrañar que la crisis, por sus consecuencias directas sobre el empleo, se haya convertido en la principal preocupación de los vascos, por encima incluso del terrorismo de ETA.

Deja una respuesta