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¡SÍ SE PUEDE! salir de la crisis y acabar con el paro

SÍ SE PUEDE, salir de la crisis y acabar con el paro. Dicen que esto significará para España un largo y doloroso camino. Que tendremos que rebajar nuestros sueldos un 15% en los próximos años. Que hemos de «purgar» ahora los «excesos» cometidos durante los años de bonanza económica.

La candidatura DE VERDAD CONTRA LA CRISIS, de Unificación Comunista de Esaña, decimos que si alguien tiene que “purgar los excesos” de todos estos años son los que han estado sacando multimillonarios beneficios a costa del esfuerzo y del trabajo (mal pagado) de los trabajadores y de un endeudamiento insostenible para la mayoría de la población. No es verdad que en España no existan recursos para salir de la crisis y acabar con el paro. Hay más que suficientes. Sólo que, como ocurre con tantas otras cosas, están mal distribuidos y además se despilfarran. Todo el problema para salir de la crisis y acabar con el paro reside en tomar las medidas necesarias en primer lugar, como ya os han explicado antes los compañeros que me han precedido, para redistribuir las rentas y los salarios. Y en segundo lugar para llevar una política de ahorro que permita dedicar recursos a la inversión productiva y la creación de riqueza y empleo. Con ese tipo de medidas de redistribución, ahorro e inversión, que son las que defiende nuestra candidatura, nosotros afirmamos que claro que SÍ SE PUEDE salir de la crisis y acabar con el paro. Medidas que al mismo tiempo han de suponer también una transformación de las estructuras sociales y económicas. Porque no se puede salir de la crisis sin cambiar un modelo de desarrollo que nos ha conducido a la quiebra y a un aumento desconocido de las desigualdades sociales. Redistribución de rentas y salarios, ahorro e inversión en un nuevo modelo de desarrollo. Con una política así, claro que SÍ SE PUEDE salir de la crisis y acabar con el paro. Me imagino que muchos de los que estáis hoy aquí visteis el pasado miércoles la exhibición del Barça ganando la final de la Champions. Una retransmisión que tuvo una audiencia arrasadora, casi 8 de cada 10 espectadores la vieron. Por contra, sólo 48 horas antes, apenas un 6% del electorado, 1 de cada 16 votantes, había seguido el debate entre los dos primeros candidatos de PSOE y PP. Este es el interés que su política y sus propuestas despiertan en la gente. ¿Apatía ante la política y pasión por el deporte? No. Cuando a 15 de cada 16 votantes no les interesa lo más mínimo lo que ambos candidatos tienen que decir es que algo funciona terriblemente mal en el modelo político y en el sistema electoral de nuestro país. El programa del PSOE, al igual que las medidas del gobierno de Zapatero son, en su inmensa mayoría, un puro espejismo. Crear puestos de trabajo subvencionados, coyunturales e improductivos no sólo no resuelve los problemas de fondo, sino que constituye un gravosa carga –en forma de deuda pública– para el futuro del país. Las propuestas de Rajoy, que aunque no se atreva a hacerlas explícitas, es incapaz de ocultar su simpatía por el programa de despido libre, reducción de gastos sociales y flexibilidad laboral de la gran patronal, se resumen en descargar el peso de la crisis todavía más en las espaldas de los trabajadores y las clases populares. Mientras el país rueda cuesta abajo y sin frenos por la pendiente de una crisis que se ha convertido ya en la más grave de su historia, PSOE y PP, PP y PSOE (tanto monta, monta tanto) se enzarzan en disputas tan broncas como estériles, más preocupados en mantener o conquistar sus parcelas de poder a cualquier precio que de aportar alguna idea nueva, alguna perspectiva distinta, algún horizonte capaz de arrojar luz sobre la salida a la crisis. Ningún voto consciente debe ir a ellos. Porque, ¿cómo nos van a sacar de la crisis las mismas fuerzas que con su política económica y su gestión de gobierno en los últimos 25 años nos han conducido a ella? Gran parte de las medidas que se proponen desde las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE navegan a mitad de camino entre la confusión y el desconcierto. Unos, Izquierda Unida, lo fían todo a un desmesurado aumento del gasto público que nadie, ni ellos mismos, sabe quién, cuándo ni cómo se va a pagar. Así parece fácil arreglar cualquier crisis. Pero, ¿puede ser creíble un programa que “no eche cuentas”, que no parta de estudiar objetivamente de dónde pueden y deben salir los recursos necesarios para hacer frente a la crisis desde los intereses de la mayoría? Proponer como toda alternativa el recurso al endeudamiento y el gasto público es el camino más seguro a la ruina del país y al empobrecimiento futuro de la población. Otros, la izquierda llamada anticapitalista, aparentando ser más radicales que nadie contra la crisis, en realidad no hacen sino proponer medidas de imposible realización, que en nada contribuyen a hacer avanzar los intereses populares. “Prohibir los despidos”, una de las principales medidas que proponen en su programa, no es otra cosa en realidad y dicho en pocas palabras, que querer ponerle puertas al campo. Y bien está, ya que no tienen mejores ideas, que ellos se dediquen a una tarea tan inútil como ociosa, pero al menos que no confundan a la gente. Porque pretender prohibir los despidos en el capitalismo es exactamente lo mismo que esperar –permitidme la broma, pero es que no hay forma de tomárselo de otra manera– que los leones africanos dejen de cazar cebras para comérselas porque el gobierno de Kenia ha sacado un decreto conminándoles a ser vegetarianos. Tras los repetidos varapalos electorales, las fuerzas nacionalistas que se denominan de “izquierdas” intentan ahora poner en primer plano un “discurso social” contra la crisis con el que atraer nuevamente los votos perdidos. Pero nadie debe llamarse a engaño. Su política de división y fragmentación, de insolidaridad y de enfrentamiento entre comunidades no hace más que crear las mejores condiciones para que el gran capital, tanto nacional como extranjero, imponga sus intereses sobre la mayoría del pueblo. Cuanto más dividido el pueblo, tanto mejor para banqueros y monopolistas. Cuanto más débil la unidad de España y más enfrentados sus territorios, tanto mejor para que las grandes potencias europeas nos dicten sus imposiciones. Ningún voto consciente de izquierdas para una gente que sólo buscan la división del país y el enfrentamiento entre el pueblo. Algunas fuerzas democráticas y progresistas, amigas de nuestro partido, se presentan a estas elecciones sin conciencia de la nueva situación en la que ha entrado el mundo, y de forma muy especial nuestro país. Concurrir a unas elecciones en junio de 2009 y no proponer ninguna alternativa, ninguna medida contra la crisis es vivir en un mundo alejado de las preocupaciones y las necesidades de la mayoría de la población. Empeñarse en mantener sin variaciones el mismo discurso cuando la situación económica, política y social ha variado –y de forma vertiginosa– en el último año y medio es, tarde o temprano, darse de bruces contra la realidad. Los hechos son tozudos, dice un proverbio inglés. Con el estallido de la crisis, el mundo ha entrado en un período de convulsiones y cambios. Las fuerzas políticas que sepan verlo y sean capaces de formular alternativas acordes con esta nueva realidad, tienen todo un mundo por ganar. Las que se queden rezagadas, corren el riesgo de perder mucho. Esta es una de las verdades más antiguas e incontrovertibles de la lucha política. Más del 60% de los votantes piensa abstenerse el próximo 7-J. Y no por apatía o desinterés, sino por el rechazo que provoca un modelo y unas fuerzas políticas cuyos programas y actuación consideran ajenas a sus intereses. Por el contrario, las 7 medidas económicas y las 5 medidas políticas que presenta nuestra candidatura, DE VERDAD CONTRA LA CRISIS, constituyen un programa y una alternativa que responde a las principales demandas de la mayoría de nuestro pueblo y están basadas en números concretos, en datos y cifras reales que cualquiera puede conocer y comprobar. Claro que SÍ SE PUEDE salir de la crisis y acabar con el paro desde los intereses de la mayoría. Lo que hace falta es tener la voluntad y organizar la fuerza política necesaria para llevar adelante estas medidas. SÍ SE PUEDE porque los más de 4 millones de parados, que pronto rebasarán el dramático listón de los 5 millones, exigen un cambio profundo en un modelo de desarrollo incapaz de proporcionarles un puesto de trabajo y un futuro para ellos y los suyos. SÍ SE PUEDE porque los millones de trabajadores, parados, pensionistas, con míseros salarios inferiores a 1.000, a 800, incluso a 500 euros mensuales reclaman ya una redistribución de los salarios que impida que una minoría hiperprivilegiada cobre sueldos de varios millones, o decenas de millones de euros cada año y que se ponga fin a este abismal incremento de las desigualdades sociales. SÍ SE PUEDE porque millones de pequeños y medianos empresarios y autónomos, imposibilitados de sacar adelante sus negocios ante la falta de liquidez y de créditos, demandan medidas urgentes para que desde los poderes públicos democráticos se ponga fin a los desmanes de una banca que ha hecho su agosto durante la época de bonanza, y ahora pretende seguir haciendo lo mismo, a costa de la sociedad, en medio de la crisis. SÍ SE PUEDE porque hoy es ya un clamor nacional y popular que se acabe inmediatamente con el despilfarro de la administración, con los gastos innecesarios, superfluos y suntuarios de una clase política acostumbrada a utilizar el dinero ajeno, el dinero de todos, sin tener que rendir cuentas ante nadie. SÍ SE PUEDE porque no es posible seguir manteniendo por más tiempo en medio de una crisis devastadora un sistema fiscal en el que las rentas del trabajo cargan con la mayoría de los impuestos. Y en el que se permite la aberrante situación de que mientras un pequeño comerciante debe pagar más del 30% de sus beneficios en impuestos, las grandes fortunas del país disfrutan del privilegio de pagar en impuestos un miserable 1% de los beneficios que reciben por sus multimillonarias inversiones. SÍ SE PUEDE porque ningún país puede aspirar a construir un futuro de progreso permitiendo, como ocurre hoy en España, que desgrave más comprar deuda pública desde paraísos fiscales que invertir en Investigación, Desarrollo e Innovación. SÍ SE PUEDE porque la crisis ha multiplicado la conciencia entre la gente de que hay que ampliar y profundizar la democracia, porque no puede ser que la voz, las demandas y los intereses de la mayoría no estén representadas en las instituciones democráticas ni en el gobierno de la nación. Por eso, este 7-J os llamo a transformar toda esta energía, todo este rechazo, en gran medida todavía pasivo, que existe en amplísimos sectores de nuestro pueblo en un voto activo y consciente. Haciendo crecer entre el pueblo la fuerza política que necesitamos para abrir este camino. Ellos tienen la financiación de la banca y el Estado, tienen todos los medios de comunicación a su servicio, disponen de unos inmensos aparatos burocráticos para llegar a todas partes. Pero sus propuestas sólo consiguen reunir ante la televisión a 1 de cada 16 votantes. Esa es su mayor debilidad. Y esa es, justamente, nuestra fuerza. Esos 15 de cada 16 votantes hartos de unas fuerzas políticas que nos han conducido a la peor crisis de nuestra historia. A ellos tenemos que dirigirnos. A ellos tenemos que hacerles llegar nuestras propuestas. A ellos tenemos que movilizarlos, ofreciéndoles otra alternativa. Una alternativa que, como la de nuestra candidatura DE VERDAD CONTRA LA CRISIS, afirma que SÍ SE PUEDE salir de la crisis y acabar con el paro tomando medidas de redistribución de la riqueza, de ahorro y de inversión productiva. Hacer que estas medidas, que este programa, que esta candidatura llegue hasta el último rincón de nuestro país. Que quien la conozca la pueda hacer suya, tomarla en sus manos y contribuir de forma consciente y organizada a la lucha por abrir este otro camino. El camino de una salida a la crisis favorable a los intereses de la mayoría del pueblo y no de unos cuantos banqueros y monopolistas. Este es el objetivo con el que nos presentamos a estas elecciones. Y la razón por la que te llamo a que nos des, no sólo tu voto consciente, sino también tu apoyo organizado a la candidatura DE VERDAD CONTRA LA CRISIS, la candidatura de Unificación Comunista de España.

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