Opinión

«Si me necesitas silba»

«Cuando estás con un hombre, permaneces con él. Si no lo haces eres como un animal. Estás acabado.» (mutatis mutandi). í‰sta es una de las frases de una de las más grandes obras cinematográficas de todos los tiempos, «Grupo Salvaje». Un grupo de hombres se enfrenta a un ejército poderoso por defender a un solo compañero, por defender lo que es justo. El fragmento aquí­ traí­do pertenece a una de las primeras escenas que preparará la esencia del trágico y épico final.

No es necesario volver la vista atrás ara encontrar el antagonismo con el camino que nos propone la producción made in Hollywood, y que se presenta (o se ha presentado, depende de cuando lea este ejemplar) en la gala de los Oscar, ejemplos los hay en nuestro cine, en las excluídas y, por su puesto, en las nominadas. Pero este año, más que nunca, Hollywood se ha alineado con las necesidades imperiales. Independientemente de los resultados el mensaje ha quedado claro. Hollywood desenfunda sus viejas armas, con viejas o nuevas formas, para recuperar el crédito perdido: “poli bueno, poli malo”, “aún podríamos estar peor”, “es todo por el bien de la sociedad y el progreso”. Los medios de comunicación, la “cultura de masas” y, especialmente el cine, han sido siempre en manos de las grandes majors una herramienta fundamental, una fábrica de crear climas de opinión a escala planetaria. Pero sumergirse en el filo de cada mensaje, en la orientación que recorre las historias, pone de manifiesto el abismo que se abre ante dos destinos y dos formas de ver el mundo. El de los principales “think-tanks” y centros de poder, y el del torrente creador que recorre el planeta en todas sus expresiones. En esta edición abordamos solo algunos aspectos, pero los suficientes para poner de manifiesto la necesidad de devolver constantemente al arte su verdadero papel transformador, su capacidad para enfrentarse a la realidad y ponerla patas arriba, recogiendo lo mejor de la humanidad, a veces, en detalles insignificantes. En una de las escenas de “Up in the air”, el protagonista, representado por George Clooney, se dirige a una audiencia ávida de recibir lo último en técnicas de ejecutivo agresivo. Clooney depósita una mochila encima de la mesa y comienza a enumerar lo que compone la vida de cualquier persona, la pareja, los hijos, la familia, los amigos, la casa, el coche… “cada vez pesa más, ¿verdad?”. Hay que soltar lastre… como si la situación en la que nos vemos tuviera algo que ver con eso y no con los ingentes beneficios de un grupo de monopolios a expensas del conjunto de la humanidad. Clooney interpreta, además, a un “despedidor” en masa. En 1944 se estrenó “Tener o no tener”. En una de sus escenas más memorables, “la flaca” – Lauren Bacall – mira fijamente a los ojos a Harry – Bogart – y le dice: “si me necesitas silba”. Aquella frase cambió el sistema de valores hasta entonces otorgado a las mujeres en Hollywood. Un posición de principios en una escena de una composición impecable. Pero no hay que irse tan lejos. “Celda 211” o “El secreto de sus ojos”, que compite también en los Oscar, son excelentes ejemplos de otra manera de hacer cine, de entender el arte. Otros principios y otra posición ante el mundo. Ésta sigue siendo la marca del pensamiento único y su antagonismo con la riqueza de pensamiento que se encuentra en cada rincón del planeta y de nuestro país. Es imprescindible señalar constantemente esa diferencia y dotarnos de medios de expresión independientes. Ahora más que nunca.

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