Informe del Fiscal General del Estado

Si es privado, agreda a su médico… sin miedo.

Hoy pegarle a un médico del sistema público es un delito penalmente clasificado como atentado. Sin embargo, si la sanidad pública le deriva a usted a un centro privado con el que tiene un concierto y agrede usted al médico, la opinión del fiscal es que el estado no debe cubrir jurí­dicamente al médico clasificando la agresión como atentado.

Público, rivado o realEl debate abierto sobre si estos médicos deben tener una cobertura penal igual a la de los funcionarios públicos desvía el problema principal. No se trata de un agravio basado en la rigurosidad de la ley. Si la ley no ataja las causas de por qué se producen las agresiones entonces la ley no sirve, se pierde en los entresijos de la legalidad para permitir que el problema continúe. Una ley que no contempla que la agresión a los médicos se alimenta con el deterioro de los servicios asistenciales, sobre todo en urgencias, donde se crean las situaciones necesarias para que ocurran. Ni contempla las situaciones de desamparo e indefensión por parte del paciente. Entonces una ley así está resbalando por la contradicción público-privado pasando por encima de la realidad. El blindaje del estamento médico no es un problema de su integridad física únicamente, en parte comprensible, sino de su impunidad, sellada por el corporativismo que suele acompañar a las negligencias médicas, lo cual va creando la sensación de que son intocables, pero hagan lo que hagan.¿En defensa propia?Los agresores de médicos, dadas las condiciones en las que se desenvuelve la sanidad hoy en día, no pueden ser de entrada tratados prácticamente como delincuentes o terroristas. El pasado día siete pudimos leer en la prensa que un pediatra fue agredido en un centro de salud de Motril (Granada) por el familiar de un menor al que quería que se atendiera de forma inmediata, “sin respetar el turno y a pesar de no haber solicitado cita.” La información decía que desde enero a octubre de 2008 se habían registrado en la provincia de Granada un total de 56 agresiones a profesionales sanitarios (7 físicas, 49 verbales). Sin embargo, en ningún momento aparecía ni qué le pasaba al niño, ni como se contestó al requerimiento de atención inmediata, ni la versión de quien agredió. SE da por supuesto que era una persona impulsiva, caprichosa y violenta. Toda agresión contra las personas debe ser castigada si no es en defensa propia. Pero tampoco se dice cuántas de las 56 fueron en defensa propia, sobre todo si son verbales.

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