Nadie con un salario por debajo de 1.000 euros mensuales, nadie por encima de 10.000.

Sí­, ustedes ya no pueden «seguir viviendo tan bien»

El presidente ejecutivo del grupo PRISA (editor del diario El Paí­s o la cadena SER, entre otras), Juan Luis Cebrián, acaba de hacer públicas unas declaraciones en las que justifica el nuevo ERE que va a suponer el despido de otros 150 trabajadores con el argumento de que «ya no podemos seguir viviendo tan bien».

El señor Cebrián cobró en 2011 un sueldo de 13 millones de euros, mas de un millón de euros de nomina mensual. Pero los que “no pueden seguir viviendo tan bien” son sus trabajadores. Por eso lleva ya despedidos en los últimos dos años a cerca de 2.000 de ellos. Muchos de los cuales serán sustituidos por becarios y jóvenes con contratos de aprendizaje por los que no llegan a ganar ni 400 euros al mes. «Esa ínfima minoría multimillonaria no puede seguir viviendo tan bien como hasta ahora»

Es ley de vida. Para que el señor Cebrián pueda seguir cobrando esos 13 millones de euros anuales –a pesar de haber conducido a la ruina a una empresa otrora boyante– sus trabajadores ya no pueden seguir viviendo tan bien. Y si es necesario, se reduce sus nóminas a poco menos que un contrato de esclavitud.

Aunque bien visto, en realidad no le falta parte de razón. Sólo hay que cambiar los términos en los que el señor Cebrián plantea la ecuación para que todo cuadre.

Para salir de esta, esa ínfima minoría multimillonaria no puede seguir viviendo tan bien como hasta ahora. Ellos mismos, al regalarse sueldos tan escandalosos nos ponen la solución a mano. No es, como nos repiten constantemente, que no haya dinero. Sus sueldos lo demuestran fehacientemente. Es que lo que nos roban de los salarios se concentra en otras manos. Mejor dicho, en las de siempre.

En las del gran capital extranjero dueño de la deuda, en las cuentas de beneficios de las multinacionales, las grandes corporaciones y los bancos o en los sueldos que se autoconceden sus altos ejecutivos.

Por eso la alternativa es tan sencilla: nadie con un salario por debajo de 1.000 euros mensuales, nadie por encima de 10.000.

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