Cargando...
«¡Somos el 99%!». Esta consigna, popularizada por las movilizaciones del 15-M, pretendía evidenciar como somos una inmensa mayoría los que nos oponemos a los cada vez más draconianos recortes. Y estos días hemos podido comprobar hasta qué punto es cierta.
¿Un obispo de la mano de los sindicatos? Pues sí. Antonio Algora, obispo de Ciudad Real, se posicionaba en una carta dirigida a todos los fieles contra una reforma laboral que “rebaja claramente los derechos de los trabajadores”. Denunciando además que “en el río revuelto de la crisis están pescando los más poderosos”.
No es un hecho aislado. Se corresponde con una oposición cada vez más radical de los movimientos católicos de base a los recortes. La HOAC y las JOC anunciaron su apoyo público a la huelga general. Y la decisión de Rouco Varela en Madrid o del obispo de Bilbao, prohibiendo que se difundiera en las parroquias su comunicado ha provocado la rebelión de muchos fieles. «Debemos unir todo este caudal de rechazo en un frente amplio«
La oposición a los recortes está llegando ya incluso a importantes cuadros y organismos del Estado.
El presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, ha advertido que “los recortes presupuestarios en los servicios básicos indudablemente afectan a los derechos fundamentales”.
Es un posicionamiento importante, porque las denuncias sobre que muchos de los recortes y ajustes son inconstitucionales empiezan a ser legión.
La Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), que agrupa al 95% de los 1.500 inspectores, acaba de denunciar que la amnistía fiscal es inconstitucional. Le apoyan algunas de las más prestigiosas asociaciones de jueces y fiscales.
Un juzgado de Madrid y el Consejo de Garantías Estatutarias catalán han coincidido en denunciar que la reforma laboral contiene puntos claramente inconstitucionales, como la quiebra de la negociación colectiva o la entrega al empresario de carta blanca para fijar unilateralmente los salarios.
Todas estas posiciones forman parte también del frente de rechazo a los recortes. Verdaderamente, somos el 99%. Y nuestra tarea principal es unir todo este caudal en un frente amplio que pueda dar un cauce común a este rechazo aplastantemente mayoritario.