Un programa contra la crisis en beneficio de la mayorí­a (I)

¡Sí­ hay alternativa!

¿Cómo que, ahora que padecemos la crisis, sólo existen pérdidas que todos debemos cargar? ¿Cómo que, tal y como afirma el gobierno, sólo nos resta aguantar, y esperar a que la crisis internacional escampe? ¡No es verdad! ¡Claro que hay recursos para enfrentar la crisis! El problema es para quién y para qué. ¡Claro que sí­ se puede! Es posible un programa de verdad contra la crisis, que tenga como eje principal la redistribución de las rentas, y el ahorro para invertir en economí­a productiva. Porque hay muchos recursos para desarrollar la economí­a si se redistribuyen y se administran de otra manera.

1.- 10 niveles salariales Ningún salario or debajo de 1.000 euros. Ninguno por encima de 10.000 Millones de parados y pensionistas cobran mensualmente menos de 600 euros, casi un millón de familias tienen a todos sus miembros en el paro, el 40% de los trabajadores no llegan a mileuristas, 1,5 millones de parados no cobran prestación alguna… Y mientras los 19 miembros del consejo de administración del Banco de Santander ganaron en 2008 hasta 189,4 millones de euros, 10 millones por cabeza. Con el sueldo del presidente del BBVA, 19,7 millones de euros, se pagaría la pensión de 37.000 viudas. Si el Estado tiene legislada la cuantía del salario mínimo para evitar que ningún desaprensivo pague a sus trabajadores menos de lo que se necesita para subsistir físicamente, ¿por qué no ha de tener capacidad para limitar sueldos a todas luces injustos e inmorales? ¿No estamos participando con nuestro dinero en el rescate de los bancos, a través de las multimillonarias inyecciones públicas? Pues que empiecen a devolverlo. Apliquemos una sencilla medida. Y no sólo con los banqueros. Con todas las grandes empresas españolas. Que todos los altos directivos de bancos y monopolios se ajusten a esta escala salarial: nadie por debajo de 1.000 euros mensuales, nadie por encima de 10.000 euros al mes. Lo que supondría, por abajo, una subida espectacular para muchos trabajadores, pensionistas o parados. Y por arriba, una reducción drástica para unos cuantos. Si aplicáramos esta escala salarial, sólo con los consejos de administración del Santander y el BBVA se liberarían 42.000 millones de pesetas que han cobrado de más. Con ese dinero se podrían crear más de 10.000 empleos. Es una medida de justicia. Entre los años 2000 y 2007, donde el PIB español se ha duplicado, los trabajadores hemos perdido 3,24 puntos de la riqueza nacional, al avanzar un injusto reparto de ésta. Casi nueve billones de las antiguas pesetas que ha pasado a embolsarse el capital. 2.- 10 niveles de impuestos sobre rentas individuales Que las grandes fortunas paguen el 90% de impuestos, y quien no posee rentas el 0% España es uno de los países donde las rentas del trabajo contribuyen en mayor medida a sostener los impuestos, y donde las rentas del capital obtienen mayores beneficios fiscales. Según el Informe sobre la riqueza mundial, preparado por el Banco de Inversiones Merrill Lynch y la consultora Cap Gemini, hay en España 1.500 españoles que ganan más de 24 millones de euros al año, aun cuando, según la Agencia Tributaria Española, sólo 65 ciudadanos declaran tal nivel de renta. Según la mencionada Agencia Tributaria, el fraude fiscal alcanza el 10% del PIB y se concentra en los grupos más pudientes de la población. La expresión popular de que "los ricos no pagan impuestos" se corresponde a la realidad. Además de este fraude, hay gran cantidad de desgravaciones fiscales que benefician primordialmente a las rentas superiores y que equivalen a subsidios públicos puesto que las personas que no gozan de tales privilegios fiscales ven aumentar sus impuestos para cubrir el vacío fiscal creado por aquellas desgravaciones. Frente a esta insoportable realidad, establezcamos un sistema de imposición fiscal dividida en 10 tramos, del 0 al 90%. Quien más rentas disfruta, que pague más. Quien más se ha llevado en todos estos años de crecimiento, que ahora devuelva más en forma de pago de impuestos. Que la escala impositiva arranque, por abajo, con el 0% de impuestos para quien no dispone de rentas. Que por arriba, las grandes fortunas tengan un nivel impositivo del 90%. Y por en medio, una escala impositiva que crece 10 puntos en cada escalón de rentas. A más renta, más impuestos. Potenciar el ahorro de las economías modestas, gravar las grandes fortunas improductivas. Este es el segundo aspecto de la redistribución de las rentas. 3.- 10 niveles de impuestos sobre beneficios empresariales Que bancos y monopolios tributen un 90% de sus ingentes beneficios, y las pymes queden exentas de impuestos ¿Cómo podemos soportar un sistema fiscal tan radicalmente injusto que obliga a los pequeños empresarios a entregar a hacienda un tercio de sus modestos beneficios, mientras permite a los principales oligarcas tributar sólo el 1% de las ganancias de las sicavs donde invierten sus fortunas? ¿Cómo es posible que en los registros oficiales de cuentas de bancos y monopolios se declararan inversiones en paraísos fiscales por valor de 20.000 millones de euros –los analistas afirman que la cifra real multiplica por siete estos números-, y el Estado no haya movido un dedo para cortar con este astronómico fraude fiscal? Los beneficios acumulados por las empresas del IBEX 35 en los últimos 8 años suman una cantidad prácticamente idéntica (alrededor de 213.000 millones de euros, 35 billones y medio de las antiguas pesetas) a lo que el Estado va a tener que endeudarse en los próximos 3 años. ¿No es de justicia que quienes más se han llevado en estos años de crecimiento sean ahora los que lleven la carga principal de los gastos que su desenfrenada voracidad ha provocado? Impongamos también una escala de 10 niveles de tributación fiscal. Que la escala impositiva sobre los beneficios de las empresas arranque, por abajo, con el 0% de impuestos para las pymes, autónomos etc… que acumulan muy pocos beneficios. Que por arriba, los grandes bancos y monopolios tengan un nivel impositivo del 90%. Por en medio, una escala que crece 10 puntos en cada escalón. A más beneficios sobre capital, más impuestos. La banca tuvo en 2008 unos beneficios de 27.828 millones de euros. Subiendo un 50% los impuestos sobre esos beneficios, el Estado podría disponer de 13.000 millos de euros más para afrontar la crisis. Con esto se podrían sacar adelante 100.000 pymes y salvar unos 350.000 empleos. O crear 500.000 nuevos puestos de trabajo. 4.- 10 niveles de estímulo para la reinversión en las empresas Ahorrar para invertir en la economía productiva La oligarquía y los sucesivos gobiernos han aceptado para España el papel de una especie de “Florida europea”, desmantelando buena parte de los sectores productivos nacionales (automoción, astilleros, minería…), y convirtiéndonos en un país de servicios dependiente de la financiación exterior para subsistir. Es necesario cortar ese círculo vicioso, potenciando el ahorro nacional, y la reinversión de ese capital en la economía productiva. Que los impuestos sobre los beneficios a las empresas puedan desgravar si éstos se dedican a la reinversión y recapitalización para mejorar la productividad. Si una empresa dedica una parte de los beneficios a reinversión, que entonces esa inversión desgrave sobre el impuesto sobre beneficios. Si una multinacional repatría la mayor parte de sus ganancias, o un banco las dedica a operaciones financieras de las que sólo ellos salen beneficiados, entonces que paguen. Estableciendo una escala de desgravación y estímulos dependiendo del % sobre beneficio que se dedique a la reinversión. Que el nivel de estímulo mayor sea cuando entre el 90% y el 100% de los beneficios se destinen a la reinversión. Y que no haya estímulo ni desgravación posible para el que no se reinvierta en la mejora o modernización de la empresa. 5.- 10 medidas para acabar con el despilfarro público Una reducción del 10% de los gastos superfluos del Estado Todos hemos contemplado indignados el despilfarro de los recursos públicos practicado en gobierno central, comunidades o ayuntamientos. Carod Rovira inaugura una “embajada catalana” en el Rockefeller Center, el edifico más caro del mundo, Touriño se gasta 4 millones de euros en muebles, la Generalitat catalana factura millones de euros para informes inútiles o inexistentes, Zapatero ha duplicado el número de asesores del gobierno… ¡Basta ya! Hay que imponer una reducción de un 10% en los gastos del Estados, empezando por la supresión inmediata de todo el despilfarro en gastos innecesarios, superfluos y suntuosos. Que estos gastos se mantengan congelados durante los próximos 4 años, y que el ahorro se destine a ampliar los gastos sociales en servicios básicos y a inversión pública productiva. Una reducción del 10% en los gastos del Estado, y dejando fuera de ella los gastos de ministerios como los de Igualdad, Vivienda, Sanidad, Ciencia, Trabajo y, por supuesto, la Seguridad Social, significaría un ahorro anual de al menos 15.000 millones de euros, 2 billones y medio de las antiguas pesetas. Lo suficiente para conceder durante 15 meses un subsidio de desempleo de 800 euros mensuales a los 1,2 millones de parados que en la actualidad no cobran nada. O para pagar una prestación extra de 600 euros mensuales durante 22 meses a las 827.000 familias que tienen a todos sus miembros en el paro. O para construir cada año 1.632 hospitales de tamaño medio, con 200 camas hospitalarias y capacidad para atender a miles de visitas y urgencias diarias. O para cubrir durante 4 años un incremento de las pensiones no contributivas y de invalidez desde los 327 euros actuales hasta los 1.000 euros mensuales. Una reducción de gastos que implica, por tanto, una nueva fuente de ahorro nacional y que, junto a una nueva prioridad en la distribución de los gastos restantes, permita destinar esos recursos a atender más y mejor las necesidades de la colectividad.

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