Josep Jover (EXGAE)

¿Servirá para algo la Ley Sinde?

Para tener una visión clara del tema, creo que debemos resonder una pregunta esclarecedora ¿Qué pasó en esa reunión, para hablar de la Ley Sinde, en la Academia de Cine?, que tanto revuelo ha causado. Pues simplemente, fue que se sentaron una serie de señores capaces de verbalizar sus visiones del conflicto y capaces de entender las posturas de los demás, aunque no forzosamente obligados a compartirlas. Por la Industria de Contenidos Cinematográficos, nominal promotora de la susodicha Ley estaban representados a su máximo nivel los tres sectores de la industria. : Los cineastas, los productores y los exhibidores cinematográficos. Postura de los cineastas: Cada vez hay que hacer películas con menos presupuesto. No hay financiación adecuada, y si no la hay, no se puede competir en el mercado. Postura de los productores: Producir en España, no es negocio. Si esto sigue así, se acaba. Postura de los exhibidores: “El dinero lo ganamos con las palomitas”. Salvo los grandes estrenos …. poca rentabilidad dan las películas. El espectador del cine prefiere una película americana antes que una española. Se puso sobre la mesa un primer axioma: Sólo tienen descargas las películas que son éxito de taquilla. Las demás… es que ni las encuentras en internet. A partir de ese momento se dejó de hablar de “piratas” y se empezó a hablar de cómo sentar las bases de el modelo de la industria de contenidos para el Siglo XXI, modelo en el que los internautas se beneficiaran de los contenidos a precios razonables y los industriales ganen dinero. Y ese fue el mensaje que escoció. Expliquemoslo: Las “Major” los grandes estudios norteamericanos tienen para los “países colonizados” la misma política. La producción se compra por lotes de peliculas, Para comprar un exitazo, el exhibidor viene obligado a comprar entre 13 y 26 films de los llamados de “serie B”. La finalidad es clara: dar salida económica a muchas películas de segunda fila al mismo tiempo que colonizan los gustos de los espectadores y ahogan la producción nacional al ocupar las salas de proyección. Pero negocio más grande aún, es el negocio de las series de TV. Las Majors estaban acostumbradas a vender en lotes, series y películas de las productoras americanas a las TV nacionales. Hasta ahora, las televisiones compraban a precio de oro “estrenas” de películas y series que exhibían y reciclaban… y volvían a exprimir. El ciudadano tenía que esperar a que las emitieran en algún canal de la cadena en cuestión y tragarse toda la publicidad. Esta es la base del concepto multicanal de TDT. Hoy, los fans de las series, las visionan por internet prácticamente en tiempo real, sin publicidad, a su estreno en los canales norteamericanos… y cuando llegan a España… ya son viejas. La Ley Sinde es la “Wiki-imposición” de “la Majors”. Servirá pues, en resumen, en la medida que al “amigo americano” le interese en cada momento. La industria nacional, en este velatorio, es mera comparsa. De ello que al día siguiente de la aprobación en el Senado nuestra “Trini” fuera recibida por la Secretaria de estado “Sra. Clinton”. La Sra. Sinde ha sido y es, como se ve, una mera lobbysta.

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