En abril de 2024, a lomos de un masivo movimiento popular, el tándem Diomaye Faye (presidente) y Ousmane Sonko (primer ministro) llegaba oficialmente a la presidencia de la República de Senegal. Lo hacían después de ganar las elecciones, con el 54%, recién salidos de la cárcel en la que los había metido el corrupto, autocrático y profrancés gobierno de Macky Sall.
Desde entonces, en sólo un año, Faye y Sonko han enfilado a Senegal por el camino de la soberanía y del propio desarrollo, zafándose de los hilos de dependencia con Francia y otras potencias occidentales, recuperando en manos nacionales el control de las materias primas, sacudiéndose la lacra de la corrupción, y convirtiéndose en una punta de lanza del poderoso movimiento panafricanista que recorre el continente.

La trayectoria de los dos jóvenes líderes del partido Patriotas por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (Pastef), de izquierda panafricanista, Diomaye Faye y de Ousmane Sonko representa la voluntad del pueblo senegalés de romper con el dominio político, militar y económico ejercido por Francia sobre el país de África occidental desde su independencia en 1960.
“Nosotros, el pueblo senegalés, anhelábamos una ruptura, un cambio de gobierno, para finalmente encaminarnos hacia la soberanía nacional. Es una victoria contra las estructuras neocoloniales”, afirma a Brasil de Fato Khady N’diaye, miembro de la Organización de los Pueblos de África Occidental (OPAO).
La herencia recibida por Macky Sall era pavorosa. Con sus políticas serviles ante París y el FMI, el anterior gobierno había dejado un agujero de 7.000 millones de dólares, y una deuda del 99,67% del PIB nacional.
El gobierno de Faye-Sonko ha lanzado la ambiciosa Agenda Senegal 2050, con los que buscan alcanzar un crecimiento anual del 6,5% y triplicar el PIB per cápita a mediados de siglo. Han lanzado proyectos como el yacimiento petrolífero de Sangomar y el proyecto de gas Grand Tortue Ahmeyim (GTA), compartido con Mauritania. Senegal ha comenzado a refinar su propio petróleo, con una producción inicial de 90.000 toneladas. El objetivo es reducir la dependencia de las importaciones.

El gobierno progresista ha realizado auditorías en sectores como petróleo, gas y minería, así como en las cuentas públicas de los ministerios, manifestando su voluntad de promover la transparencia y revisar contratos considerados ilegales con empresas extranjeras.
Otra medida soberanista fue el fin del Acuerdo de Colaboración de Pesca Sostenible, firmado con la Unión Europea. La no renovación del acuerdo fue recibida con gran satisfacción por los pescadores senegaleses, que se enfrentan a la competencia de barcos extranjeros.
Además, Faye ha ordenado la retirada de los militares franceses de Senegal, alineándose con los gobiernos de Mali, Burkina Faso y Níger, naciones vecinas que forman la Alianza de Estados del Sahel y que han tomado la misma medida.