Se abre la puerta a curar la diabetes tipo I

El Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer) presenta una molécula capaz de curar la diabetes tipo I, deteniendo el proceso autoinmune y regenerando las células productoras de insulina. Se abre así una vía, mediante la reeducación inmunitaria, a la curación de la diabetes, la enfermedad con la prevalencia más alta del mundo.

El Cabimer sevillano, en colaboración con el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) ha probado con éxito el fármaco en ratones y en cultivos de células humanas, demostrando su eficacia en revertir los síntomas y las causas de la diabetes tipo I: se trata del tipo de diabetes minoritaria, una enfermedad autoinmune en la que los linfocitos células beta del páncreas, encargadas de almacenar y secretar insulina, creando una dependencia de por vida de la misma.

La molécula de los investigadores (el BL001) obra dos milagros biomédicos: frena el ataque autoinmune y regenera la población de células beta-pancreáticas destruídas, logrando nuevas células beta a partir de la transdiferenciación de sus parientes, las células alfa del islote de Langerhans.

“Para curar la diabetes hay que hacer las dos cosas: fabricar células que sustituyan a las que no funcionan y detener la causa”, explica Bernat Soria -autoridad mundial en el campo de la investigación con células madre, exministro de Sanidad, director del Departamento de Regeneración y Terapias Avanzadas de Cabimer y fundador del centro.

Ahora queda demostrar su eficacia y seguridad en pacientes humanos, pero si lo consiguen -algo que podría ocurrir en pocos años- puede suponer un tratamiento efectivo para la cura total de la diabetes tipo I, y abrir vías para sanar la diabetes tipo II (la más común, la que afecta a personas ancianas o con obesidad).

El estudio, cuya primera autora es la investigadora Nadia Cobo-Vuilleumier, es un luminoso ejemplo de la potencialidad de la terapia génica y celular. Un nuevo campo de la medicina que permite «reprogramar» el genoma, las células, o -en este caso- el sistema inmune, permitiendo la curación, de una vez y para siempre, de enfermedades antes crónicas o incurables. Una revolución biomédica al servicio de la humanidad que significa una enorme esperanza para millones de pacientes en todo el mundo.

El objetivo de los investigadores es que el tratamiento genere una tolerancia inmunitaria permanente, que los linfocitos «aprendan» a dejar en paz a la células productoras de insulina. “Las empresas farmacéuticas preferirían una pastilla que los pacientes tengan que tomar de por vida, pero mi deseo es que se pueda reeducar al sistema inmune”, sentencia el investigador principal de Cabimer, Benoit Gauthier.

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