SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Se abre España

EL ¡Santiago y cierra España! sufre un temblor de tierra que abrirá puertas y ventanas, arrasando fronteras. Los judíos sefardíes añoran su Sefarad: nuestra España. No se sabe por qué, pero ellos sí lo saben. Preguntémoslo. Ya llaman a la puerta: los seduce la nueva personalidad. Sin que renuncien a su pasaporte, cualquiera que sea el Gobierno que lo emitió, se les ofrece el mismo que tuvo algún antepasado suyo -en la sangre más que en la mano- y hoy nosotros tenemos. Alegra que nuestra nacionalidad sea tan codiciada que se colapsen, en Israel por ejemplo, nuestros consulados. Parece que aún canta Manolo Escobar, que fue andaluz y catalán: lo que hoy añoran ser todos los sefardíes. «Quiero ser español, español, español.» Sin renunciar a otra sangre, a otra devoción, a un dios más o menos distinto. Por fin en este mundo ser mujer o ser hombre es lo que diferencia -y no demasiado-: ni el color, ni el ayer, ni los ideales, ni dios mismo separan. Qué alegría. Ser mujer o ser hombre. Haber vivido una Historia en común, aunque seamos los vencidos en ella. Que opinen los rabinos, los apellidos más o menos próximos, la llave conservada de la casa, la sangre que fue o no derramada… No importa que nos echemos a llorar, o no, para la bienvenida. Que reflexione toda la ancha España: estamos para más; no para un Mas que es menos.

Deja una respuesta