Agustín Sciammarella, caricaturista

Sciammarella es la caricatura

Sciammarella forma parte de la memoria y la historia visual de los últimos 30 años. Si te ha hecho una caricatura es porque has construido la actualidad

Agustín Sciammarella inició sus estudios artísticos en el Instituto Superior de Arte Pablo Pereyra y posteriormente en la Escuela Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires. Publicó sus trabajos en periódicos argentinos como el Buenos Aires Herald o La Prensa, así como en la revista Comments. Después trabajó en Italia, en Il Messagero y Corriere Adriático. En España es conocido por sus trabajos en El País, y algunas colaboraciones en revistas como Jot Down.

Ha recibido numerosos premios, reconocimiento y su trabajo ha participado en multitud de exposiciones, tanto en Argentina como en Bélgica, Bulgaria, Italia, Portugal, Japón y España.

Sus personajes son inolvidables y reconocibles en cualquier contexto, como las primeras notas de las canciones más icónicas de la historia de la música. Con una mirada bondadosa no deja de radiografiar al personaje captando la esencia del momento, sin el que es imposible entender cada detalle y las formas estructurales e intuitivas con las que trabaja.

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¿Cómo llegas a la caricatura?

Leo Messi

Empecé a estudiar dibujo, en los 80’s, con un ilustrador que se llamaba Pablo Pereira, un dibujante de raza, un maestro de vida. Te enseñaba también a moverte, a valorar.

Cuando empecé a trabajar en El País, allá por el 92, lo primero que me encargaron fueron caricaturas, pero también empecé a hacer ilustraciones, por ejemplo, en reportajes de Juan José Millás. Pero era lo que más me costaba.

Me sentía más cómodo con la caricatura, y empecé a trabajar en eso y a desarrollar mi propia manera de ver el personaje. No sé si es un estilo, pero es como entiendo yo el trabajo.

Dices que lo importante es la forma, los elementos que permiten recordar a un personaje, ¿qué parte hay de técnica y qué parte de intuición?

Todos conservamos en la memoria a un personaje. A medida que va pasando el tiempo ese recuerdo se va borrando, pero te van quedando imágenes. Y las imágenes que te quedan son rasgos. Yo trabajo en ese sentido. No me ciño a una foto, o a un momento. Me gusta mezclar ideas en la cara del personaje, en el cuerpo, en las manos. Todo forma parte del personaje.

Procuro que haya un encuentro con el espectador, con su memoria. Y si eso sucede hay una comunión que es bonita.

También hablas de trabajar a primera vista como si estuviera desprovista de otros elementos racionales que se añaden después y que pueden distorsionar la realidad.

Sí. Los estudios en mis cuadernos los hago con pluma, a tinta. O sea, no tengo la opción de volver atrás. Creo que con el lápiz borras y vuelves atrás. Con la tinta recuperas sobre una misma imagen y puedes volver a cambiarlo. A lo mejor entre tres dibujos, llego a una definición que unifico.

¿Prefieres un trabajo de horas o de los que hay que invertir mucho tiempo?

El problema del tiempo es que hay otras cosas que te lían y te confunden. Empiezas con una idea que a lo mejor termina siendo otra. A veces está bien y otras es mejor saber que tengo una hora límite y listo, que no haya posibilidad de volver. Otras veces estás meses y al final decís, ¿cómo sigo lo que empecé?, has visto otras cosas que te han entrado, has procesado y dices bueno, tengo que cambiarlo todo, no me sirve lo que hice.

Dice que los rostros no mienten. Has dibujado a un personaje que se ha transformado con el tiempo, y no me refiero solo al envejecimiento, claro.

Sí, claro. Cuando dibujas a alguien estás hablando de un momento de su vida, no de su vida. Ahí es donde no hay mentira. Puede estar eufórico o muriéndose. Es un momento único. No es lo mismo hacer a Messi cuando empezaba, que ahora.

¿De que manera influye la situación política?

Artur Mas

Sí. No es lo mismo un triunfador que alguien al que han pillado por corrupción. Los polémicos, en este sentido, son muy agradecidos, porque de una semana a otra te dan tantas posibilidades…

Obama era un personaje que al retratarlo pensabas en el momento histórico. Al principio podía ser un cantante de jazz, pero al final del mandato ya tiene otra cara. No podía ser un cantante. Los políticos se van quemando. El otro día estaba haciendo un dibujo a raíz del aniversario de los atentados del 11M, y estaba revisando dibujos de Aznar de aquel momento, y claro, la cara de ‘pipiolo’ que tenía era importante. Ahora revisas las fotos y es una pasa que ha vivido lo que ha vivido. Ahora es alguien que habla desde un púlpito que no tiene.

Eso es lo que cambia en los políticos, que de pronto terminan una etapa y parece que pasaran a un estado superior, a otro nivel humano que los ciudadanos no somos capaces de alcanzar. Entonces, en ese sentido primero se venden mucho, y después son estrellas.

¿Hay alguien que nunca retratarías?

No. Si el periódico me pide un personaje poco interesante, es mi trabajo. Y si es para una exposición elijo lo que quiero hacer.

¿Hay un personaje que nunca te han encargado y sin embargo te gustaría retratar?

Siempre aparece una persona interesante que no conoces o que en algún momento se te cruzará por la vida. Y los que no conozcas, pues no los conociste y ya está. Y se pasó la vida. Pero bueno, ahora estoy haciendo una serie de músicos muy interesante.

Trabajando en prensa he dibujado un montón de gente que ni se me hubiera ocurrido que iba a dibujar en la vida, pero ahí está. Vas conociendo y vas avanzando. La la vida es eso que te lleva por muchos lugares conociendo gente, dibujando gente…

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