«Ha llegado el momento de invertir en Irak y de reinsertarlo en la comunidad mundial», ha afirmado el presidente francés durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro iraquí
El residente de Francia, Nicolas Sarkozy, llegó a Irak en una visita sorpresa, la primera del mandatario francés a este país desde que fue elegido jefe de Estado en mayo de 2007.Sarkozy fue recibido en el aeropuerto por su homólogo iraquí, Yalal Talabani, y se espera que se reúna con el primer ministro del país, Nuri al Maliki.La visita del presidente galo refleja el interés de Francia por reforzar las relaciones con Irak, país al que apoyó militarmente durante la guerra contra Irán entre 1980 y 1988.En 2003, durante la presidencia de Jaques Chirac (1995-2007), Francia fue uno de los principales opositores a la invasión anglo-estadounidense de Irak y se negó a enviar tropas.La visita de Sarkozy fue realizada en el marco de una gira regional en la que tiene previsto visitar Omán, Bahrein y Kuwait.La gira por la región de Sarkozy, en la que viaja acompañado por su ministro de Exteriores, Bernard Kouchner y el de Defensa, Hervé Morin, tiene como objetivo el refuerzo de las relaciones bilaterales con estos estados árabes del golfo Pérsico.»Ha llegado el momento de invertir en Irak y de reinsertarlo en la comunidad mundial», ha afirmado el presidente francés durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki.Sarkozy ha informado de que una delegación de su país visitará en el futuro el estado árabe para participar en su reconstrucción, aunque no precisó la fecha.Francia construirá una nueva embajada en Bagdad y abrirá dos consulados, uno en Erbil y otro en Basora, en el Kurdistán iraquí y en el sur respectivamente, «para facilitar las labores de la compañías y empresarios franceses, y desarrollar los lazos con Irak».»Dígan lo que necesita», respondió Sarkozy cuando un periodista iraquí le preguntó qué puede hacer Francia para ayudar a Irak en el camino hacia la paz y la estabilidad económica. «Mi visita es para decir a las empresas francesas: es el momento, vengan a invertir», proclamó en presencia de un complacido Nuri al Maliki, primer ministro iraquí.Queremos un Irak donde se respete a las minorías», un país «democrático y soberano que resuelva sus asuntos por sí mismo».Al hilo de esta referencia a la soberanía, Maliki no dudó en recoger el guante: «La aplicación de una política inflexible hacia el Gobierno iraquí en asuntos que son de su competencia es algo que ya pertenece al pasado», afirmó el primer ministro, que respondía así a las recientes declaraciones del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, pidiendo imperativamente a Bagdad que acelere las reformas.Washington exige avances en el reparto de poderes entre las comunidades y la ley sobre el petróleo, todo ello bloqueado porque el Parlamento no se pone de acuerdo para elegir a su presidente, puesto que debería ocupar un suní. Mientras, el chií Maliki, reforzado por su doble éxito en las elecciones locales, su desarrollo pacífico y el buen resultado de su partido, da tibias muestras de impaciencia por volar solo.Sarkozy ofreció ayer a Irak una colaboración «sin límites» y un apoyo «constante y sin injerencia». «Es ahora cuando hay que comprometerse», afirmó el presidente francés, dispuesto a cooperar «en la economía, en materia energética, en la reconstrucción», así como en la formación y el equipamiento de las fuerzas de seguridad y del Ejército y también en el ámbito diplomático. La firma francesa Total está ya en la puja por los contratos petroleros.Sarkozy no quiere perder el tiempo y recuperar la posición que tenia en el reparto de intereses en Irak antes de la invasión de EE UU.