Nuevo y serio enfrentamiento en la Unión Europea, esta vez a cuenta del plan de ayudas diseñados por Sarkozy para la industria automovilística francesa. 6.000 millones de euros que tienen como condición que ni Renault ni el grupo PSA cierren ningún centro de producción en suelo francés y que mantengan el nivel de pedidos a sus suministradores franceses, a fin de evitar que estos cierren también.
Pero como exlica el diario francés Le Monde en su edición de ayer, el problema es que la industria automovilística mundial, y muy en particular la europea, tiene unas capacidades productivas muy por encima de la demanda del mercado. Por lo que necesariamente, de acuerdo a la lógica del capital y su necesidad de revalorización, se imponen los despido masivos y el cierre de fábricas. Le Monde calcula que alrededor de 20 fábricas de automóviles sobran en Europa. Lo que a una media de 6.000 trabajadores por fábrica significan 120.000 obreros que sobran. Más 4 o 5 por cada uno de ellos en la industria auxiliar de componentes. Más de 600.000 trabajadores en total. Las ayudas de Sarkozy, al imponer la condición de que si sus monopolios automovilísticos tienen que cerrar plantas, lo hagan fuera de Francia, significa una medida tan proteccionista como los aranceles Smott-Hawley de 1930 que condujeron al colapso del comercio mundial. La reacción alemana ha sido fulminante. Y desde el gobierno hasta las asociaciones de industriales germanas se han lanzado contra ella. La medida, como acertadamente señala Le Monde, indica “el peligroso viraje que está a punto de emprender Europa: el del repliegue nacional, de cada uno para sí mismo”. Una política que, como venimos repitiendo en estas páginas, hace pensar cada vez con más fuerza lo que hace sólo un año era inimaginable: las fuertes tendencias centrífugas que la crisis está desatando en la UE hacen pensar en, como dice Le Monde, “una crisis política superior”. En Rusia, RIA Novosti, la agencia oficiosa de noticias de Kremlin, empieza a insinuar que el deterioro de la economía rusa pueden llevar en el corto plazo a una situación de insolvencia, no sólo de sus grandes empresas, sino del mismo Estado. Lo que no haría sino añadir leña al fuego de la crisis que asola los mercados financieros. Pues estamos hablando de una deuda cercana al medio billón de euros. Francia. Le Monde CADA UNO PARA ÉL Después de haber mostrado su pasión por ayudar a los bancos, el gobierno francés ha decidido ayudar a otro sector clave de la economía: el automóvil. Ya dejó una prima en su caja, pero ésta no era suficiente. Será necesario, estima Nicolás Sarkozy, hacer más, en este caso prestar a 5 años 9.000 millones de euros al sector. En contrapartida, Renault y PSA se comprometen a no cerrar centros de producción en Francia y a presionar menos a sus proveedores. Si el automóvil no sufriera más que un problema coyuntural, este intercambio estaría justificado. Desgraciadamente, no es el caso. Se han vendido 68 millones de vehículos en el mundo en 2008. Y no se venderán más que 55 millones en 2009. Si todas las fábricas se pusieran al máximo de su capacidad, producirían, según los especialistas, más de 95 millones de vehículos. Sabiendo que como media cada año salen 300.000 vehículos de un centro productivo, la reestructuración que se anuncia va a ser severa. Sólo en Europa, habrá una veintena de fábricas de más. En este contexto, el plan francés y la hostilidad del presidente de la República hacia las deslocalizaciones, incluso dentro de la Unión Europea, ilustran el peligroso viraje que está a punto de emprender Europa: el del repliegue nacional, de cada uno para sí mismo. Actualmente, de manera astuta, los bancos han dejado casi de prestar dinero a empresas extranjeras, y los industriales privilegian a sus proveedores locales (…) Tanto las críticas de Nicolás Sarkozy en su viaje a la República checa como de Gordon Brown a la decisión alemana de salir del capital de Areva [el monopolio público de la energía nuclear francesa] para privilegiar una alianza con Rusia en lo nuclear, muestra que la Unión Europea atraviesa un mal paso. Último contencioso a la fecha: el desacuerdo franco-alemán acerca de la lista de países que deben participar en la próxima cumbre europea anticrisis. Al ritmo que van las cosas, la Europa, que rehusó en otoño de 2008 liderar políticamente la crisis económica, corre el riesgo de dirigirse ella misma hacia una crisis política superior. LE MONDE. 10-2-2009 Francias. Les Echos EL PLAN FRANCÉS PARA EL AUTOMÓVIL ACUSADO EN EUROPA El plan de ayuda al automóvil ideado por el gobierno francés y presentado ayer, está lejos de satisfacer a todo el mundo, empezando por la Comisión Europea. “A la vista de lo que hemos visto en la prensa, la Comisión tiene ciertas preocupaciones”, declaro Jonathan Todd, uno de los portavoces de Bruselas (…) Al otro lado del Rhin, también inquieta el plan francés. La Federación de la Industria Alemana se dijo “alarmada al extremo por el plan de ayudas públicas que acaba de ser adoptado, y por las condiciones ofrecidas a la industria automovilística francesa”, según un comunicado. “Una política de subvenciones en provecho de los constructores nacionales conduce a distorsionar la competencia que no debemos autorizar en Europa”, prosigue el BDI, que “asegura todo su apoyo” al gobierno alemán en su oposición al plan. El ministro de Finanzas alemán, Peer Steinbrück, criticó con medias palabras la iniciativa francesa. Juzgando que el proteccionismo de hoy no pasa ya “por los instrumentos de tortura de siglos pasados” como los derechos de aduana, pero llamó a “estar muy atentos (…) a qué medidas recogidas en los programas de relanzamiento son utilizadas” con intenciones proteccionistas. LES ECHOS. 10-2-2009 Inglaterra. Financial Times EL PLAN DE OBAMA NO RESCATARÁ A LOS BANCOS ¿Podemos pensar que la presidencia de Barack Obama ya ha fracasado? En cualquier otra época, esta pregunta resultaría absurda, pero el periodo que atravesamos no está dentro de la normalidad. Hay momentos en los que los riesgos se multiplican. Aunque ahora mismo, la nueva Administración de EEUU puede negar la responsabilidad de la situación que ha heredado, mañana no podrá hacerlo. En este momento, puede ofrecer soluciones, pero mañana se habrá convertido en parte del problema. Aunque actualmente controla los acontecimientos, mañana estos podrían tomar el control. Una falta excesiva de iniciativas entraña muchos más riesgos que el exceso de éstas. Si el presidente no consigue actuar con determinación, podría verse abrumado por el peso de los acontecimientos, como su predecesor (…) Esperar el mejor de los resultados es una insensatez. Deberíamos prepararnos para lo peor y actuar en consecuencia. El programa de estímulos refleja una importante dosis de optimismo, y, a juzgar por las breves declaraciones realizadas ayer por el Secretario del Tesoro, Tim Geithner, el sentimiento también se traslada a los nuevos planes de intervención bancaria. Me parece sorprendente que el nuevo presidente, que se enfrenta a una crisis económica que ocurre una vez cada ocho décadas, haya confiado estos planes al Congreso . El programa bancario parece ser otro retoño de las fallidas intervenciones del último año y medio: optimista e indeciso. Si esta “progenie del programa de eliminación de activos tóxicos” fracasa, la credibilidad de Obama se desmoronará. Es hora de tomar medidas que incidan en la resolución del problema; éste, sin embargo, no parece ser el caso (…) Se han planteado dos visiones opuestas sobre qué es lo que provoca la enfermedad del sistema financiero. La primera es que se trata esencialmente de una situación de pánico. La segunda es que estamos ante un problema de insolvencia. Según el primer punto de vista, los precios de un conjunto de “activos tóxicos” han caído por debajo de su valor a largo plazo y, en algunos casos, su venta se ha hecho imposible. La solución, sugieren muchos, es que los gobiernos creen un mercado, compren activos o aseguren a los bancos frente a las pérdidas. Ésta era la base para el plan (…) propuesto por Henry Paulson, el anterior secretario del Tesoro, en 2007. El segundo punto de vista apunta a la insolvencia de una considerable cantidad de instituciones financieras: sus activos tienen un valor inferior al de sus pasivos. Según los cálculos del FMI, las pérdidas de los activos crediticios originados en EEUU se han disparado en el último año, previsión que coincide con la última de Goldman Sachs. Afortunadamente para EEUU, la mitad de estas pérdidas las sufrirán otros países, pero el resto del mundo se verá obligado a contraatacar: a medida que la economía mundial implosiona, las cuantiosas pérdidas de deuda soberana y corporativa recaerán sobre las instituciones de EEUU, con desastrosas consecuencias. Personalmente, creo que el segundo punto de vista es correcto; así quedará demostrado cuando la economía mundial se deteriore aún más (…) un político sensato debería prepararse para lo peor. Si se equivoca, el resultado sería un sistema financiero sobrecapitalizado. Pero, si el dirigente de un país opta por mostrarse optimista y se equivoca, perdería toda credibilidad y tendría que hacer frente a una catástrofe bancaria. El nuevo plan tendría sentido si, y sólo si, el principal problema fuera la falta de liquidez. Ofrecer garantías y comprar una parte de los activos tóxicos mientras las nuevas inyecciones de capital se limitan a menos de 350.000 dólares no soluciona un problema de insolvencia detectado por algunos expertos. De hecho, la compra de activos tóxicos y el programa de garantías pueden resultar una forma ineficaz de rescatar de forma no adecuada a las instituciones financieras capitalizadas. El Gobierno tendrá que comprar cantidades ingentes de activos tóxicos a precios excesivos o proporcionar garantías demasiado generosas para rescatar a los bancos insolventes. ¿Por qué insiste la Administración Obama en cometer lo que parece ser un grave error? (…) ¿Por qué la nueva Administración no cambia los términos del debate? (…) EEUU debería recordar el consejo que dio a Japón y otros países en la década de los noventa: admitir la realidad, reestructurar los bancos y, sobre todo, acabar con las “instituciones zombis”. Obama arriesga mucho con su error de planteamiento. Debería replantearse sus decisiones, si no es demasiado tarde. FINANCIAL TIMES. 10-2-2009 Rusia. RIA Novosti LA CITY PONE EN DUDA LA SOLVENCIA DE RUSIA(….) La banca europea está poco dispuesta a concederle créditos a Rusia, porque su calificación de riesgo ha descendido, y sin créditos, esa calificación descenderá todavía más, formando un círculo vicioso. En general, en la City de Londres ya se habla de que Rusia puede afrontar otra suspensión de pagos por deuda externa (…) Así, el vicepresidente del Gobierno y titular de Finanzas de Rusia, Alexei Kudrin, después de todas sus intervenciones oficiales, tuvo que convencer a la City de que Rusia no descenderá hasta los niveles de default, y la misma tesis expuso el gobernador adjunto del Banco Central de Rusia (BCR), Alexei Uliukayev, en encuentros con representantes de la banca británica. (…) A la City nunca le ha interesado el destino o los negocios de sus clientes. A las entidades financieras que operan en la City sólo les importa lo que pueden hacer sus clientes para devolver los créditos concedidos, el pago a tiempo de los intereses correspondientes, y lo que pueden proponer esos clientes en el caso de que no puedan devolver en el plazo establecido el dinero prestado por la City. Los británicos no son los primeros, tampoco los segundos y ni siquiera los terceros en la lista de los acreedores importantes de Rusia, pero (…) aquí comprenden muy bien que además del gas, el petróleo, los misiles y la incomprensible "naturaleza rusa", Rusia ahora cuenta con un arma temible: su deuda externa. Y con la crisis financiera mundial como telón de fondo, la potencia de esa arma todavía será mayor (…) Por sus propios medios, los británicos intentan calcular la deuda rusa, así por ejemplo The Economist Intelligence Unit reveló que para el 31 de enero la deuda externa de Rusia equivalía a 465.000 millones de dólares. Y como informó Kudrin el pasado 4 de febrero en la City, las reservas internacionales de Rusia para el 27 de enero equivalían a 427.000 millones de dólares. En base a datos anteriores y añadiendo los pagos corrientes a créditos, la prensa británica afirma que en realidad las reservas rusas quedarán reducidas a 400.000 millones de dólares (…) independientemente de cómo sumen y se resten las reservas con la deuda, de ninguna forma resulta saldo positivo. Para completar el cuadro, de cara a la visita de Kudrin a Londres, la compañía internacional de riesgo Ficht redujo la calificación de riesgo de Rusia desde BBB+ hasta BBB, esto es en dos posiciones por encima del estatuto "Junk" o basura. Es de suponer que los expertos de Ficht tienen serias sospechas de que las reservas de Rusia no son suficientes para salvar a todos sus bancos y compañías con deudas hasta las orejas (…) Para finales de enero, la agencia internacional de riesgo Moody´s redujo la confianza crediticia de Rusia de estable a negativa, y de forma casi simultánea, la agencia Standard & Poor´s también redujo a negativo la calificación del riesgo crediticio ruso (…) También de manera vertiginosa está cayendo para Rusia otro instrumento financiero, que en la sesuda terminología bancaria denominan CDS (Credit Default Swaps), derivados de crédito destinados a cubrir el impago de la deuda soberana de un Estado. Más exactamente, lo que se desploma son los spread de los CDS, considerados los indicadores más exactos para determinar el grado de tolerancia de riesgo de los créditos asumidos por un país. Por ejemplo, el spread de CDS del banco Bear Stearns, uno de los más reconocidos en Wall Street, equivalía a 740 puntos dos semanas antes de declarar su bancarrota. Y si es cierto el resumen económico del diario británico Daily Telegraph, ¡este indicativo para Rusia se encuentra sobre los 1.123 puntos! Es mucho más alto que la puntuación que tenían los bancos islandeses antes de declarar su bancarrota y ser nacionalizados por el gobierno de este país, hasta el momento, el más afectado por la crisis. "Todo dependerá de cuánto dure la crisis", opina el presidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, Thomas Mirow, "si la crisis se prolonga durante los años 2009 y 2010, todas las reservas de Rusia quedarán agotadas" (…) En el centro financiero europeo tienen temor de que los bancos privados y empresas rusas en las próximas semanas empiecen a pedir a los acreedores reestructurar sus deudas. Esto sería un procedimiento muy normal, si no fuera por la crisis y la aguda falta de liquidez. En las actuales circunstancias, la reestructuración de la deuda rusa seria un factor que puede desestabilizar los mercados financieros mundiales y el sistema bancario global, es decir, la prolongación de la agonía de la crisis. Sin intención de difundir pánico, pero mirando la situación desde la óptica de la City de Londres, da la impresión de que la crisis todavía no ha golpeado de lleno a Rusia. Las convulsiones más fuertes todavía están por llegar (…) RIA-NOVOSTI. 10-2-2009