Las causas de la crisis

Saqueo imperialista… y el chantaje alauita

¿Por qué ahora se ha disparado, sobre todo en los últimos meses, la llegada de inmigrantes a Canarias, procedentes de Marruecos, Mali, Mauritania o Senegal? 

Primero, no se puede desligar este hecho de la nueva guerra que ha desatado Marruecos por el control del Sáhara Occidental con el Frente Polisario, con el apoyo de Francia y Estados Unidos.

El Frente Polisario considera roto el alto el fuego con Marruecos y ha declarado el estado de guerra, en respuesta a la acción militar del Ejército marroquí, que disolvió a tiros una protesta de civiles saharauis. En este contexto, Marruecos está utilizando a los cayucos como “munición” en este conflicto, aprovechando la insoportable situación socioeconómica de la población marroquí y de los inmigrantes de los países vecinos, para presionar a nuestro país y que el gobierno asuma o cuanto menos acepte la situación de hecho impuesta por Marruecos y sus apoyos imperialistas de franceses y norteamericanos. 

En la crisis migratoria de Canarias el 60% de los migrantes son marroquíes, una diferencia sustancial con otras anteriores como la crisis de 2006, junto a malienses, mauritanos, senegaleses…

Y la crisis económica asociada a la pandemia ha agudizado la situación golpeando duramente el Sahel, sectores sin protección que se han visto arrojados a la miseria más absoluta, sin trabajo, sin oficio y sin recursos ni ayudas estatales. “Especialmente en países con una economía relativamente frágil como Senegal o Marruecos», señala Txema Santana, portavoz de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, donde uno de sus recursos, como es el turismo en Marruecos, ha caído un 70%.

Un secular saqueo imperialista sobre África

Aunque las maniobras de Rabat acentúen la crisis migratoria, actúan sobre un problema secular. Las crisis migratorias tienen su base en la explotación capitalista y el saqueo imperialista, la opresión y la guerra. Las masas populares luchan contra el hambre y la miseria, por unas mejores condiciones de vida para ellos y sus hijos y por su vida y la libertad frente a las guerras imperialistas. No solo son «seres humanos», son proletarios, desposeídos, son los parias de la tierra. Son nuestra clase. Española o extranjera, una misma clase obrera. Esta es nuestra posición de partida.

Hay que denunciar que se utilicen a los inmigrantes como “balas” por el régimen marroquí. Pero también la política de la UE. El cierre de fronteras confinando a los migrantes en auténticos “campos de concentración” como los de Turquía pagados por la UE o los de Lesbos, en las islas griegas, y que en eso puede convertirse Canarias bajo la teoría de que hay que “devolverlos rápidamente desde los lugares de llegada a sus países de origen”. 

Al mismo tiempo hay que exigir una nueva regulación europea basada en la acogida y la solidaridad; el estatuto de refugiado para los refugiados de países en guerra o por persecución política, ideológica o de género…; políticas integradoras que al mismo tiempo favorezcan el retorno voluntario a los países de origen.

Estamos por afrontar en nuestro país cambios legislativos para dar a los inmigrantes que lleguen a España el mismo tratamiento que proponemos para todos los sectores en peligro de exclusión social, con planes de acogida, solidaridad e inserción social y laboral, con los mismo derechos y obligaciones que los españoles.

Atender de forma especial a la legalización, aunque sea provisional, para que puedan ser contratados y perseguir la contratación sin derechos e ilegal, con implicación de los sindicatos en la defensa de sus derechos.

Promover la implicación solidaria de las CCAA en función cada una de sus posibilidades y la aportación de los inmigrantes a la creación de riqueza…

Y porque España defienda (y exija en la UE) una política de cooperación y beneficio mutuo con los países de origen en nuestro entorno, norte de África, y con Iberoamérica, con atención especial a defender una política de paz en los países en guerra.

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