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Santander y BBVA se ‘borran’ de la puja por NCG

La subasta de NCG Banco (Novagalicia) se quedó ayer sin las dos principales entidades españolas, Santander y BBVA. Aunque formalmente presentaron sendas ofertas, no están a la altura de las que tienen posibilidades de ganar, según fuentes conocedoras de la situación. Esta retirada se debe a que el FROB no ha aceptado su propuesta de una oferta conjunta por la entidad gallega y por Catalunya Banc. De esta formas, la única entidad nacional que sigue en liza es La Caixa, que se jugará la victoria con el fondo Guggenheim y el venezolano Banesco, en una segunda fase de la subasta que difícilmente concluirá antes del próximo año porque la Comisión Europea, que debe aprobar las ayudas para esta venta, se toma vacaciones por Navidad.

Según comunicó el fondo de rescate, ayer se presentaron seis ofertas vinculantes por la entidad nacionlaizada: Santander, BBVA, Caixa, Banesco, Guggenheim y una conjunta de los fondos JC Flowers y Oaktree. Sin embargo, las de los dos grandes se limitan a cubrir el expediente y sus exigencias son tan altas -y el precio ofrecido tan bajo- que están muy lejos de las que podría aceptar el FROB para vender NCG. El banco que preside Emilio Botín nunca ha tenido interés real en la fusión de las antiguas cajas gallegas y ha participado en la puja por petición del fondo de rescate. El de Francisco González sí ha estado más interesado hasta el punto de que otros candidatos se temían que se descolgara con una oferta ganadora a última hora como hizo con Unnim.

Sin embargo, los dos gigantes sí tenían interés en el caso de que pudieran hacer una puja conjunta por NCG y por la otra entidad nacionalizada que tiene que vender el FROB a corto plazo, Catalunya Banc. Ellos conseguirían una fuerte inyección de capital por vía de los activos fiscales diferidos (DTA) y con la posibilidad de importantes ayudas en ambos casos, similares a las obtenidas por Sabadell en la CAM o por La Caixa en Banco de Valencia, gracias a un EPA (esquema de protección de activos). A cambio, el Estado se libraría de un plumazo de las dos entidades sin tener que acometer una nueva subasta.

Pero este planteamiento de «dos por uno» no ha convencido a Economía, que ha rechazado estos planteamientos. Ante esta negativa, Santander y BBVA se han limitado a cubrir el expediente y sólo mantiene posibilidades reales de victoria La Caixa, que es la única entidad que anunció que estaba dispuesta a pujar por NCG independientemente de que incluyera o no a Catalunya Banc. Según los observadores, su oferta pasará a la segunda fase de esta subasta sui generis junto a las de Guggenheim y Banesco. De estos tres nombres saldrá el ganador.

Las normas del proceso -que han cambiado en incontables ocasiones- establecen que, si una oferta no supera en 200 millones de euros y es un 50% mejor que la segunda mejor valorada, las tres ofertas más altas tendrán que presentar una mejora, sobre la que se decicirá el vencedor. En eso consiste la segunda fase Para decidir las ofertas finalistas, los candidatos deberán aceptar las las mejores condiciones ofrecidas por sus competidores… condiciones que sólo conocerá el FROB, por lo que puede pedirles lo que quiera, dentro de las acusaciones generalizadas de falta de transparencia y de ‘cambalache’ político.

Sin un favorito claro

La batalla final será reñida, según todos los observadores, sin que haya ningún favorito claro. Por un lado, los bancos han sufrido el varapalo de la nueva normativa de DTA, que sólo permite que computen como capital unos 2.300 millones de los 4.500 que tiene NCG (inicialmente se les dio a los candidatos a elegir entre cuatro tramos, el más alto de unos 2.900 millones, pero después el FROB ha cambiado también de criterio en esto). Eso hace que La Caixa tenga menos incentivos para hacer una puja elevada.

Sin embargo, el importe de los DTA no se restará del precio de la oferta -en contra de lo que opinó públicamente el ministro Luis de Guindos-, y eso perjudica a Guggnheim, que no pueden aprovechar ese volumen tan elevado de créditos fiscales. Lo mismo ocurre con los 750 millones que han tenido que poner como depósito los fondos y que no se le ha exigido a los bancos: tampoco contarán como parte del precio ofrecido. En medio de Guggenheim y La Caixa se sitúa Banesco, que puede esquivar los problemas de ambos pero cuyo origen venezolano juega en contra dada la situación política de ese país; no obstante, la entidad insiste en que su sede está en Madrid y que una eventual nacionalización de su negocio en Venezuela no alteraría su capital ni su accionariado.

El EPA, clave de los precios… y del retraso

El FROB sí ha aceptado garantías similares a las otorgadas en otras operaciones como la de Unicaja-Ceiss, como las del ‘riesgo Sareb’ (posibles diferencias en el valor de traspaso de los activos tóxicos al banco malo), las del impacto de las preferentes y las cláusulas suelo, o la resolución de los acuerdos de seguros, aunque estas se aplican a todos los candidatos por igual. Otra clave para fijar el precio definitivo será el tamaño de las garantías que soliciten los candidatos, es decir, los EPA. Todas las ofertas han solicitado uno esquema de este tipo; cuanto mayor sea la garantía, mayor es la pérdida que asumirá el Estado en el futuro, pero también mayor es el precio que puede pagar el comprador, y viceversa.

Precisamente, la cuestión del EPA es lo que va a retrasar la adjudicación definitiva puesto que Bruselas debe autorizar cualquier ayuda pública en este tipo de procesos. «Y la Comisión Europea se toma vacaciones en Navidad», según fuentes de uno de los candidatos. Por tanto, nadie se cree que NCG pueda estar adjudicada antes de fin de año, tal como pretendía el Gobierno, sino que habrá que esperar como mínimo hasta después de Reyes.

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