Roser Font y Patricio Martí­nez

Sanidad y Educación… ¿al servicio de quién?

Semana tras semana las manifestaciones contra los recortes se suceden. Los ejemplos de lucha unitaria son cada vez más y mejores. Las exigencias pasan por la defensa de nuestras condiciones de vida, pero también porque sean profesionales y familias los que tengan capacidad de decisión en la gestión.

Roser FontSec. Gral. FETE – UGT Catalunya¿Cómo valora el resultado de la manifestación del sábado?Nuestra valoración es positiva. Llenamos la Plaza de Sant Jaume, y ese era el objetivo. Además vinieron muchísimas familias, aglutinando el movimiento que hay en las escuelas en el que se unen profesores, padres y madres, y alumnos. Esto es muy interesante, porque se trata de defender la escuela pública desde la fuerza que nos da la unidad. Es un ejemplo para toda España la unidad de acción tal y como se está construyendo en Cataluña…Sobretodo en determinados centros. Aunque se da más en unas zonas que en otras yo creo que es un modelo que hay que imitar en más sitios. Un movimiento de base que une a profesores y familias. Es una línea de actuación que hay que extender a otros sectores, y a toda la lucha contra los recortes…En Cataluña siempre ha existido un movimiento de unidad de la comunidad educativa, pero por determinadas circunstancias parecía que nos habíamos dividido, que los objetivos parecían diferentes. Pero ante la magnitud de los recortes hay que unirse, sumar fuerzas, porque al final los recortes en Educación influyen en las condiciones laborales, pero sobretodo en la calidad de la educación, por eso tenemos que responder todos los ciudadanos, y especialmente aquellos que pertenecemos a la comunidad educativa. ¿Qué papel ha de jugar el Observatorio de la Educación que han propuesto?Se trata de tener un espacio y una oportunidad para revisar qué esta pasando con los recursos en el sistema educativo. De alguna manera hay que seguir como influyen las partidas presupuestarias en el día a día de los centros. En qué programas de apoyo se invierte y en cuáles no… tener la letra pequeña, la foto afinada de lo que está pasando en el sistema. Porque cada uno conoce lo que está pasando en su centro, pero hace falta tener una visión más general. Esto hay que hacerlo como trabajadores y como ciudadanos. El Gobierno da sus datos y nosotros debemos poder manejar nuestros datos. «El déficit debe atacarse con una reforma fiscal»Uno de los puntos que exigen en el manifiesto es que la participación en los centros sea más democrática…Las últimas modificaciones introducidas en el sistema educativo catalán le dan más poder a las direcciones de los centros. Nosotros reclamamos que el sistema se base más en decisiones democráticas tomadas en el seno de los consejos escolares. Potenciar la participación en ellos, que sea allí donde se debatan las ideas y se tomen las decisiones, en contrapartida al poder que se les está dando a las direcciones. ¿Qué datos conocen ya de los efectos de los recortes…?Ahora los gastos de funcionamiento están en el límite, ya estamos en precario. Lo que hacen ahora los colegios es utilizar la imaginación, es decir, utilizar recursos organizativos para no gastar tanto. Todo se ha reducido a un mínimo de gasto en el que desaparecen gastos comunes como la organización de festivales u otras actividades. Pero luego está también la ampliación de centros, se han parado las obras y las mejoras de algunos centros. Esto se aguanta porque tratamos con niños, es decir, porque los profesionales no dimitimos, sino que ponemos mucha voluntad y organización para salir adelante sin recursos…¿Podemos decir que el problema es doblemente de redistribución de la riqueza?, es decir, recortan para apropiarse de mayor porcentaje de nuestros salarios, y no recortan de grandes bancos y monopolios, dinero con el que incluso aumentaría la inversión en Educación…Hay un recorte general en el Estado de Bienestar, en Educación, Sanidad, y ahora con la Reforma Laboral. El déficit debe atacarse con una reforma fiscal, no con una reforma del mercado laboral ni del Estado del Bienestar.Además es que el Estado del Bienestar es nuestro, de los ciudadanos que lo pagamos con nuestros impuestos, y nos lo están robando. Con una reforma fiscal se manejarían cantidades con las que no harían falta estos recortes que están imponiendo. Lo justifican por el déficit, porque resulta que en Cataluña “somos más papistas que el papa”, y se ponen a recortar para dar ejemplo. Pero no recortan de donde deben recortar, claro. Lo que pasa es que en esto ya sabemos quién manda y que a ellos no les van a recortar.Patricio MartínezSec. Gral. CESM (Sindicato Médico)En el último Foro de la Profesión Médica han dicho que no se plantean la huelga inmediata. ¿Cómo entienden la respuesta a los recortes?Seguimos llamando la atención a los médicos y a los ciudadanos para que denuncien si hay una falta asistencial por los recortes. Y al mismo tiempo vamos recogiendo de las comunidades autónomas cuál es la situación que se vive con los recortes, porque lo que es un hecho es que han cerrado quirófanos, centros y eliminado camas….«Hay que devolverle al médico la gestión médica»Desde CESM hemos dicho que la convocatoria de huelga a nivel de toda España, que es lo que nos compete, de momento no la vamos a hacer, lo que no quiere decir que en cada una de las comunidades, y dependiendo de la tensión y los recortes que se vivan, los sindicatos autonómicos que son soberanos e independientes, convoquen huelga. Ahora mismo en Castilla y León hay un anuncio de huelga general, además de las movilizaciones en varias comunidades y ahora especialmente en la Comunidad ValencianaUstedes denuncian que los médicos han perdido hasta un 20% de retribuciones… ¿cobran una quinta parte menos que hace un año?Efectivamente, desde el 2010 a ahora hemos perdido cerca del 20% de las retribuciones. En junio del 2010 aparece el primer recorte presupuestario aplicado por el gobierno de Zapatero. Los médicos tienen un descenso de sus retribuciones desde un 7% hasta un 12%. Después llega una congelación, por lo que perdemos el IPC. En el 2012 lo primero que hace Mariano Rajoy es prorrogar los recortes del 2011, por lo que empezamos el año con una pérdida de poder adquisitivo importante. Pero además cargamos con dos puntos de aumento en el IRPF. Claro, estos recortes son sobre el sueldo base, pero es que una buena parte de las retribuciones en concepto variable, por las guardias, la antigüedad o por la productividad variable, de las comunidades han entrado también en la tijera. Todo esto nos coloca en una pérdida del 20%. ¿No son necesarias medidas de redistribución de la riqueza que permitan, incluso, aumentar la inversión en Sanidad?Seguramente, pero, nosotros no somos expertos en ellas. Sobre lo que sí sabemos es sobre las medidas estructurales que hacen falta en Sanidad para hacer viable el Sistema Sanitario. Hemos dicho al Gobierno que paren los recortes, que nos sentemos para ver cuáles tienen que ser las medidas de sostenibilidad y perdurabilidad. Y éstas pasan por un adelgazamiento importante de la estructura político-administrativa del Sistema Nacional de Salud, en cada uno de los 17 servicios nacionales de salud, mas Ceuta y Melilla. En el cambio de las infraestructuras hay que buscar una financiación estable que haga perdurar el sistema, y vigilar el techo presupuestario en cada comunidad. Y hay que saber la forma y manera en la que se gasta realmente el dinero en el capítulo de sanidad en los presupuestos. Y, por último, hay que devolverle al médico la gestión médica, que conlleva también un gran ahorro presupuestario. Hace falta otro modelo de retribuciones distinto, una sola tarjeta sanitaria, una sola historia por paciente… cosas que han de ir dentro del Pacto por la Sanidad.¿Cree que Cataluña es un ejemplo de lucha para toda España?Mire, el camino que necesitamos es el que nos lleve a una mesa de representación del médico para el médico y con el médico. Para nosotros el ejemplo es Cataluña porque es donde el Sindicato está en pie de guerra, en un pulso para buscar la mesa propia. Han habido obstáculos, pero este es el camino para resolver una injusta participación de los médicos en las mesas de Sanidad.

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