El globo sonda del gobierno de la Comunidad a los médicos sobre la posibilidad de privatizar sólo uno de los seis hospitales previstos y siete u ocho de los veintisiete Centros de Atención Primaria es entendido como una conquista de las movilizaciones y sólo un paso más hacia un objetivo final: la sanidad no se vende.
Los manifestantes de la “marea blanca” se cuentan por miles. Aranjuez, Rivas-Vaciamadrid, Majadahonda, Parla, Madrid… y, a medida que se multiplican las movilizaciones con un claro carácter unitario (personal sanitario + la población general) más sale a la luz la realidad de una degradación y descapitalización sanitaria rayando el delito y el trasvase de recursos a los grandes fondos de inversión, más se pone en evidencia los responsables políticos y sus mentiras, más se les obliga a recular y extender la conciencia de que sí se puede parar sus planes. «La Comunidad les garantiza un 11,22% anual de rentabilidad sin pagar impuestos hasta pasados 17 años»
Divide y vencerás
Ni uno ni medio. Los jefes de servicio de los hospitales madrileños han acordado en asamblea no bajar la guardia y mantener la unidad puesto que no tiene sentido que privaticen tan sólo un hospital si la justificación era el ahorro y la sostenibilidad del sistema público. La Consejería pretende romper el frente de unidad por un punto fuerte. Afirma ahora que quiere contar con los profesionales para acometer el plan, cosa que antes de las movilizaciones ni se había planteado. El pasado 31 de octubre, tras el anuncio del plan de privatizaciones, ninguna organización sanitaria ni colegio profesional o sociedad científica había sido consultada. Dos meses después se aprobaba el plan en la Asamblea de Madrid con su rotundo rechazo, sólo con la mayoría absoluta del PP.
Los jefes de servicio son uno de los colectivos más activos durante las huelgas. De hecho la Consejería tiene abiertas dos mesas de negociación, una con los sindicatos y otra con el Comité Profesional de médicos de Madrid en el que están incluidos. Hace unos días acusaron a la Consejería de Sanidad de infrautilizar los recursos públicos al suspender toda la actividad de tarde, cerrar camas y unidades especializadas y permitir una desviación sistemática de pacientes hacia hospitales privados con la excusa de reducir las listas de espera. Según un acuerdo opaco que ha sido criticado incluso por la Cámara de Cuentas, la Comunidad de Madrid derivó en 2012 operaciones por valor de 16,5 millones.
Ocultar las cifras del saqueo
Para llevar adelante sus planes la información sobre la rentabilidad o no de la gestión privada de la sanidad tiene que ser ocultada. Se han comprometido con la rentabilidad de la gestión privada aunque sea a golpe de excluir colectivos “no cotizantes”, incrementar el copago, disminuir personal y aumentar las listas de espera… y saquear las cuentas públicas. El contrato a las empresas concesionarias de siete hospitales en la región les garantiza un 11,22% anual de rentabilidad sin pagar impuestos hasta pasados 17 años desde el inicio de la concesión.
Auditoría, punto cero
El hospital de Collado Villalba es uno de los cuatro centros con gestión enteramente privada que el Gobierno Regional ha promovido en los últimos años, y va a costar este año más de 900.000 euros al mes pese a estar cerrado, o sea sin prestar servicio, y construido. Cada mes la empresa Capio (o sea, el fondo de inversión CVC Capital Partners) recibe 938.465 euros en concepto de seguridad, desinfección y desratización, limpieza, mantenimiento de viales y jardines, reparaciones, seguros, suministros, tributos, amortización y costes financieros. La mayor parte (680.000 euros mensuales) corresponde a la amortización que debe pagarse a la empresa una vez entrega la obra terminada. Con el dinero de un mes, se podría construir un centro de atención primaria.
El hospital ha costado 108 millones de euros, pero se paga por él 337,5 millones por culpa de un sistema de canon, concesiones y adjudicaciones a empresas privadas.