corresponsalí­a Euskadi

sanidad, ¿al servicio de quién?

Este dato pone de manifiesto la contradicción principal de la sanidad, una sanidad al servicio de los intereses populares o una sanidad al servicio de un enorme aparato burocrático como el Estado y de lo monopolios, que en vez de prevenir la enfermedad se orienta por curar y recetar.

Así or ejemplo llevamos años ya donde la sanidad pública no cubre un empaste de muela pero si que te la quiten. Ahora con la crisis sube el peligro de mayor cantidad de recortes que supongan peores condiciones de vida para la gente, así se ve por ejemplo con la polémica suscitada por la medida de cerrar ambulatorios de urgencias los sábados y concentrarlo solo en algunos centros. O como hace poco han eliminado la revisión ginecológica de prevención y solo cubren cuando se diagnostica algún problema. Es la cuestión de medir si un médico cura muy bien o mantiene sanos a sus pacientes porque les previene y no enferman. El problema de que nuestra salud se mida en euros. Ante esta situación la denuncia de los médicos vascos de atención primaria señalan un problema proveniente de esta contradicción, pero la medida se queda corta y según como se resuelva podría ser contraproducente para la gente. La iniciativa se basa en rechazar llevar adelante todas las cuestiones que consideran propias de un administrativo y no de un médico. Y así lo anunciaron ayer los colectivos que representan al sector: Osatzen por los médicos de familia; AVAP por los de pediatría, la Asociación en Defensa de la Salud Pública (Osalde) y el sindicato UMAP. Se trata de eliminar 23 trámites “burocráticos”, que van desde ciertas recetas prescritas de ámbito privado, de estupefacientes, así como justificantes de asistencia a consulta para colegios o empresas, como certificados para permisos de armas, adopciones, colonias infantiles, guarderías y oposiciones entre otras, trámites que como ellos mismos dicen las resolvería una mayor contratación de auxiliares de administrativos, y a ellos les dejaría más tiempo para atender las dolencias de los pacientes, con los cuales “apenas estamos diez minutos con cada uno. Que no se lo lleve la burocracia”.Destacaban que ese papeleo acapara el 30% del trabajo de los médicos del ambulatorio. Es lo mismo que hace unos años cuando la asociación de consumidores FACUA denunciaba que una parte de la jornada del médico la dedicaba a atender a los comerciales de las farmacéuticas a costa de tiempo de atender a los pacientes. En una situación de falta de médicos y de saturación de consultas esta medida pone un pequeño parche a la contradicción principal cuando el problema es que se plantee una reflexión general de a que interés responde la sanidad.Los médicos han planteado que no actuaran de forma drástica, sino que irán advirtiendo a los pacientes que estos trámites será la última vez que se lo firme. Ahora depende de que los Osakidetza resuelvan esto contratando a personal diferente para esta tarea, o ponga las medidas necesarias, porque un justificante de asistencia médica puede ser un trámite burocrático pero también de gran importancia para la gente,

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