Semana Santa

Sangre, Zambras i Oaxaca

El Triduo Pascual – jueves, viernes, sábado/domingo – es sin duda el tiempo litúrgico que se vive con más intensidad, y no sólo por los católicos, aunque culturalmente lo seamos prácticamente todos. De hecho el calado popular que tiene transciende lo religioso hasta convertirse en pasión compartida por lo mí­stico y la belleza que se despliega. Desde la austeridad y el silencio de las celebraciones de los pueblos castellanos hasta el derroche de luz y color de las celebraciones andaluzas y levantinas. Sangre derramada en «una fantasí­a gemela de las grutas de la muerte y las apoteosis del teatro» Federico Garcí­a Lorca.

Las diferentes cofradías resonsables de las procesiones representan a los sectores sociales y profesionales de cada ciudad, que tienen su origen en los gremios medievales. Los cofrades levantan los pasos y los transportan con movimientos exactos y precisos, obedeciendo la voz de un capataz.Desde la Calanda de Teruel a las 60 hermandades de la “Mariana” Sevilla – única ciudad del mundo con dicho título -, de la austeridad y el laberinto de callejuelas toledano a la Archicofradía de la Sangre de Málaga – la más antigua de España -, el Sermón de las Siete Palabras de la Plaza Mayor de Valladolid y la imaginería de Juan de Juni y Gregorio Fernández.No hay condición que impida a nadie ser parte de la pasión “santa” de esta semana de sangre que prepara lo que más tarde será la explosión de la carne.La procesión de Granada es una de las más largas de España, un total de 12 horas de recorrido. A la altura del Sacromonte los vecinos encienden hogueras a partir de la una de la madrugada, y los espontáneos empiezan a florecer a toque de cante que a más de uno ha hecho entrar en trance en pleno Valparaíso, frente a la Alhambra y el Generalife.Entonces las cuevas y el flamenco mandan. Marina Heredia, Enrique y Estrella Morente o Curro Albayzín están entre las voces que cada año se arrancan desde cualquier sitio o desde donde siempre. A parte del estremecedor espectáculo que suelen ofrecer las “zambras” – reuniones habitualmente familiares formando un cuadro flamenco -, con diferente suerte pero siempre estremecedor.Por la mañana del Viernes Santo, en el otro extremo del mundo hermano, se celebran las ceremonias del Encuentro en Santa Cruz Xoxocotlán – entre otros templos -, las ceremonias de Las Siete Palabras y el Descendimiento en todos los templos. Por la tarde del mismo Viernes, se realiza la procesión de Dolores en varias calles de la Ciudad de Oaxaca, partiendo del templo de la Preciosa Sangre de Cristo con imágenes y estandartes coloniales.Por la noche, ceremonia de El Pésame en honor de María en su advocación de la Virgen de la Soledad – Patrona Espiritual de Oaxaca -, en la Basílica de la Soledad. Desde su atrio parte la Solemne procesión de Pésame que transcurre por las principales calles del Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca. Y así también en Tlalixtac de Cabrera, Zimatlán de Álvarez, Etla, Santa María Gertrudis, Zimatlán, San Francisco Telixtlahuaca…

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