La política exterior del gobierno Sánchez

Sánchez toma la iniciativa, también en política exterior

El gobierno Sánchez está lanzando una política exterior muy distinta a la de Rajoy y Zapatero. La visita de Sánchez a Cuba busca mejorar y normalizar las relaciones con la isla. La propuesta de que España, Portugal y Marruecos organicen de forma conjunta el mundial de fútbol persigue reforzar los vínculos con Portugal y relanzar las relaciones con la nación magrebí. Y la advertencia a Bruselas de que España vetará el acuerdo sobre Brexit si no hay cambios sobre Gibraltar, señalan que el gobierno de Sánchez busca una voz más fuerte en la toma de decisiones de la UE.

La visita de Sánchez rompe con una anomalía. Por razones históricas, culturales y de lazos familiares, los vínculos de Cuba con España son más intensos y profundos que los de cualquier país hispanoamericano. Y sin embargo las relaciones diplomáticas llevaban décadas oscilando entre la frialdad y en enfrentamiento, fruto de la orientación pronorteamericana de los gobiernos de Madrid. Las relaciones se agriaron especialmente durante el mandato de Aznar en 2003.

La política exterior de Sánchez -un presidente que hace pocos meses realizó una gira por América Latina, cuyo motivo declarado fue «rectificar el déficit de presencia» de España en el continente hispano- se ha marcado como objetivo la recuperación de las relaciones políticas e institucionales con Cuba. El primer memorándum de entendimiento, sellado por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y su homólogo cubano, contempla las consultas políticas dentro de un nuevo marco de relaciones. El acuerdo contempla que España y Cuba celebren una reunión bilateral con carácter anual, alternativamente en cada país, a nivel de ministros o secretarios de Estado.

La Unión Europea tiene un canal similar de relaciones con Cuba, pero España será el primer país de la UE en establecer bilateralmente un diálogo con La Habana. La comunicación entre Madrid y La Habana tiene un fuerte contenido económico -un buen número de monopolios y empresas del Ibex35 tienen importantes negocios en la isla o están interesados en invertir- pero también político. Moncloa asegura que este encuentro anual permitirá abrir “un diálogo franco” también sobre los derechos humanos, según se recoge “específicamente” en el documento.

Fortalecer las relaciones con Hispanoamérica es una de las prioridades de la política exterior del gobierno Sánchez. Así quedó patente en las dos giras que el pasado verano realizó Pedro Sánchez por varios países de este continente. Se escogieron cuatro paradas (Chile, Bolivia, Colombia y Costa Rica) con una clara intencionalidad política, para ejemplificar que su gobierno busca relanzar el diálogo y optimizar las relaciones con todo el continente: con gobiernos progresistas (Morales y Alvarado), o de derechas (Duque y Piñera), con países más desarrollados (Chile, Costa Rica y Colombia) o menos (Bolivia).

La candidatura conjunta al mundial de 2030

Con motivo de la celebración de una cumbre hispano-lusa en Valladolid, Pedro Sánchez y el Primer Ministro portugués, el también socialista Antonio Costa -cuya especial sintonía en lo personal es bien conocida- han confirmado que van a trabajar en una candidatura conjunta con Marruecos para organizar el Mundial de 2030. Aunque para ello, la FIFA tendría que cambiar sus estatutos para que dos continentes puedan albergar el campeonato.

Un mundial conjunto entre los tres países no es una propuesta meramente «deportiva». Se trata de una herramienta para tender puentes en política exterior. Por un lado con el vecino luso, tantas veces obviado, minusvalorado o soslayado por la diplomacia española a pesar del tupido conjunto de intereses comunes entre ambas naciones ibéricas. Por otro lado con Marruecos, un país con el que todos los gobiernos de Madrid buscan mantener una buena relación, por sus implicaciones económicas, sociales o incluso de seguridad.

Advertencia sobre Gibraltar

En su viaje a La Habana, Pedro Sánchez tiene un ojo puesto en el conflicto abierto con Reino Unido sobre negociaciones del Brexit y el estatus de Gibraltar. El gobierno socialista ha acusado a acusa a la primera Ministra Theresa May de cambiar el acuerdo del Brexit -en lo tocante a las exigencias españolas sobre Gibraltar- con “nocturnidad y alevosía”. España siempre ha mantenido firmemente que la negociación sobre el futuro de Gibraltar es un asunto bilateral entre Madrid y Londres, y que cualquier cuestión referente al futuro del peñón debe ser independiente de la negociación general del Brexit, y que además deberá contar siempre con el visto previo y el «nihil obstat» de España.

Después de hablar por teléfono con la primera ministra británica, Theresa May, Sánchez, ha reiterado su determinación de vetar el acuerdo sobre el Brexit alcanzado entre Londres y Bruselas. “Tras mi conversación con Theresa May, nuestras posiciones permanecen lejanas. Mi Gobierno siempre defenderá los intereses de España. Si no hay cambios, vetaremos el Brexit”, ha dicho Sánchez.

Independientemente de que el veto salga o no adelante, es significativa la firme voluntad del gobierno de Sánchez -un ejecutivo con un marcado perfil europeísta y nada dispuesto a dar quebraderos de cabeza a la UE- por defender los intereses nacionales en una reivindicación histórica. Nada que ver con la subordinación de otros ejecutivos socialistas mucho más «afrancesados» en política internacional. Recordemos la época de Zapatero y de su ministro Moratinos, siempre dispuestos a plegarse ante las directrices de Bruselas, de Berlín o de París en asuntos diplomáticos.

9 comentarios sobre “Sánchez toma la iniciativa, también en política exterior”

  • Sánchez está llevando adelante lo que decía su homólogo del PSOE Indalecio Prieto:»Abogamos por un imperialismo español, pero un imperialismo puramente interior, que es el que consiste en imperar sobre nosotros mismos. El pacifismo típico de nuestras ideas socialistas nos hace repugnar todo afán de imperialismo bélico, de dominio sobre otros pueblos, sobre otras razas, sobre otras tierras; pero, aun sin ese espíritu pacifista, la propia realidad económica y social de España empuja a la convicción de que España no puede tener un ideal internacional que no sea el de vincular fraternalmente con lazos más fuertes aquella solidaridad racial con los pueblos de América que España creo, y con respecto a los cuales era evidentemete una dificultad, un obstáculo un entorpecimiento, el régimen monárquico; que sobre esas apetencias de mayor solidaridad con los hombres de nuestra raza que habitan extensiones inmensas de territorios al otro lado del Atlántico, nosotros tenemos también la ilusión, la esperanza, de vivir en relaciones de franca y cordial amistad con los pueblos más próximos a nosotros, con aquellos que nos circundan.»

  • Y dice Pablo Iglesias que la posición gubernamental española en la escalada de Gibraltar, son «patrioterismos extraños» y que no cuenten «para ello» con Podemos. O sea, que la burguesía burocrática y su racismo al mando de un proyecto identitario segregacionista, eso es «el pueblo» contra el «Estado español». Pero recuperar la integridad española son «patrioterismos extraños». Este sirviente del Atlantismo sionista parece no querer percibir el carácter de clase del asunto: los españoles empobrecidos trabajando cada día y cada noche al servicio de colonos y de sus descendientes en Gibraltar. Podemos siempre por Andalucía, pero para debilitar más a España. Cuando se mete Inglaterra de por medio, entonces dejan de defender a los andaluces expropiados de una zona tornada un micro-super-primer-mundo aprovechándose del trabajo de los andaluces.

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