Reacciones en España ante la investidura de Obama

Salvas al nuevo emperador

La investidura de Obama ha desatado desorbitados elogios de la clase polí­tica española. Desde Zapatero a Rajoy, desde Llamazares a los diputados del PP, todos se han rendido ante el nuevo emperador. Parece que las nuevas y suaves formas de Obama -en comparación con la zafiedad de Bush- borran la sustancia imperial de Washington, y hemos pasado a ser, bajo el nuevo «Cesar bueno», una satisfecha y orgullosa colonia del imperio.

Para Zaatero, la elección de Obama “mantiene vivas las esperanzas para lograr un orden internacional más justo y para que el reparto de la riqueza sea más equitativo”. Miguel Angel Moratinos –el ministro de Exteriores que no tiene problemas en definirse como “un afrancesado”- declara que “Estados Unidos puede seguir contando con Europa y con España”. En un momento de fervor, la diputada del PP Beatriz Rodríguez pide “a Dios que proteja al nuevo presidente”. Pero inmediatamente, Llamazares se une al coro de aduladores y declara que con Obama “por fin se abre una nueva era tras una época de derecha extrema, propiciando así unas relaciones internacionales más humanas”.Paradójicamente, es ABC, tradicional órgano de expresión de la derecha española, quien introduce un poco de sentido común, afirmando en su editorial que “Obama asumió sin rodeos la herencia de los Padres Fundadores, es decir, la idea del destino de los Estados Unidos como país de la libertad, evitando de este modo desde su raíz cualquier lectura de su elección presidencial en un sentido falsamente progresista”.El “destino manifiesto” de EEUU como nación que debía liderar “el mundo libre” –que Obama reclama sin ambages- fue el leiv motiv ideológico de la primera oleada de expansión imperialista norteamericana.ABC vuelve a recalcar que “el nuevo presidente puso énfasis en el poder blando como fórmula de liderazgo universal”. Como explican importantes estrategas norteamericanos –entre ellos Brzezinski, asesor de Obama-, el “poder blando” son los instrumentos de intervención y subversión políticas –al margen del empleo de la fuerza- que EEUU emplea para mantener el dominio sobre sus territorios coloniales.Justamente, los que emplea EEUU en España. ¿O es que la presencia de bases norteamericanas en España no es una palanca de poder sobre nuestro país? ¿Y la supeditación del ejército español a la cadena de mando de la OTAN, con sede en Washington? ¿O el carácter de franquicia de la CIA de los servicios secretos españoles, cuyas primeras nóminas estaban pagadas por EEUU?¿Acaso todo eso va a cambiar con Obama? ¿Entonces qué significa el ofrecimiento de Moratinos para que “EEUU cuente con España? ¿Una genuflexión ante la exigencia de Washington de incrementar el número de soldados españoles en Afganistán, sacrificando sus vidas en una guerra a mayor gloria del imperio?

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