Ciencia y Salud

Saltos tecnológicos, ciencia jibarizada

De los 10 hitos cientí­ficos que destaca la revista Science, 6 pertenecen al terreno de la biologí­a y, de ellos, 4 relacionados con la salud, como el tratamiento preventivo del SIDA o la nueva vacuna contra la malaria. Foros 21 aportamos otros. Porque la ciencia es neutra pero no lo es su uso, ni el acceso a ella. Y sí­ existen aportaciones de gran valor cientí­fico de paí­ses emergentes, de cientí­ficos que no están «en nómina» o que lo están pero se rebelan contra «la fascinación tecnológica».

Países emergentes

El primero fue la identificación por el el Instituto de Genómica de Pekín (BGI) de la cepa de E. coli letal en el brote en Alemania:

“La peculiaridad del trabajo que desarrolló el BGI es que los científicos chinos lanzaron un llamamiento a la colaboración de científicos de todo el mundo (lo que se conoce como crowdsourcing) para reunir información sobre cepas anteriores y obsevaciones sobre la actual. El objetivo es escribir la historia de esta nueva cepa, cómo se formó. La genética y la bioinformática van de la mano en esta investigación. (…) cualquiera puede ir introduciendo las aportaciones bajo una licencia de dominio público, lo cual permite citar datos antes de su publicación formal. Esta nueva forma de publicar información ha permitido la participación de un grupo creciente de investigadores y una rápida comprensión de la genética de la infección. El resultado fue la secuenciación completa, en tres días, presentada en forma de borrador a la comunidad científica, de la E. coli alemana y la conclusión, que rápidamente saltó a los titulares de prensa, de que la nueva cepa era un híbrido, el resultado de un cruce.”Ciencia española que produce y sana

Producir ciencia y salud para salir de la crisis era el reto que proponíamos en estas páginas hace ahora un año. Foros 21 ha insistido tanto en el potencial de España en áreas como la Nanotecnología como en que los recortes presupuestarios en ciencia son el síntoma de la falta de voluntad de desarrollar ciencia productiva.

Y así hemos descubierto a Mª Cinta Castelló, una modelista tarraconense que se hizo técnica en ortopedia para desarrollar y patentar un soporte cervical revolucionario en el tratamiento del dolor de espalda. Trató inútilmente de ceder la patente a la administración a cambio sólo de que le siguieran financiando sus investigaciones. O el kafkiano enfrentamiento de Mariano Barbacid con el gobierno: “se están poniendo trabas a uno de los científicos más reputados de nuestro país, recuperado en 1998 de su exilio norte americano para la dirección del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas), en su intento de convertir el centro de investigación en centro productor de medicamentos.(…) En 2004 se descubrió (relata el propio Barbacid) otra diana atractiva en tumores de mama y colon. (…) No pregunté. Poco a poco, sin que nadie se enterara, convertimos una planta del CNIO en una pequeña biotech para sintetizar inhibidores de PI3K, entre otros proyectos. En 2010, el CNIO consiguió patentar un número de fármacos al nivel de las mejores compañías farmacéuticas. Esto sin duda encendió alguna alarma. Un descubrimiento del propio CNIO en 2010 abrió la posibilidad de desarrollar fármacos contra el cáncer de pulmón. Cuando a los dos meses presenté este proyecto al FIS, un organismo financiador dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN), se nos dijo que ya no podían darnos más préstamos públicos, algo bastante sorprendente cuando, como hemos sabido recientemente, el 25% del presupuesto del Ministerio ha quedado sin ejecutar”«Los recortes presupuestarios en ciencia son el síntoma de la falta de voluntad de desarrollar ciencia productiva.»Romper la fascinación tecnológica

En el fondo de la fascinación tecnológica sobre la resolución de problemas de la salud está la medicalización de la sociedad… y el saqueo de las arcas públicas por parte de los grandes monopolios, especialmente los farmacéuticos. A este problema hemos dedicado varios artículos y entrevistas, entre las que destacamos dos.

Entrevista a Carlos Ponte, coordinador de la Plataforma “NO GRACIAS”, por la transparencia de las relaciones con la industria farmacéutica; Medicalización de la sociedad. Mecanismos

“Cuando hablamos diagnósticos médicos aparecen cuestiones que son propias de lo personal, de la vida laboral de la gente que no entran dentro del campo de la medicina. Este es un fenómeno fundamental en los sistemas sanitarios.”

“El principal motor es la gran industria farmacéutica. (…) En la comercialización de los medicamentos hay varios métodos para ampliar el mercado. La forma más común es la de ampliar la indicación de ese medicamento para que tenga mayor número de pacientes. Por ejemplo: se consideraba una persona diabética cuando tenía más de 146 miligramos de glucosa en sangre, pero con el paso de los años el punto de corte se bajó a 130. Después se puso en 110 en otra conferencia de consenso, de forma que el número de diabéticos aumenta. En estos momentos ya se está planteando que entre 100 y 11o ya son pre-diabéticos. Esto también pasa con la presión arterial, o el colesterol en sangre. En estas conferencias de consenso los expertos que participan se ha demostrado que tienen relación financiera con la industria. Se produce un conflicto de intereses.

“Otro mecanismo es utilizar los medicamentos para indicaciones no aprobadas. Cuando un medicamento es aprobado, por ejemplo, para el tratamiento de la epilepsia, la corporación anima a los médicos, a través de los visitadores, para que este medicamento se utilice además para el dolor neuropático. Así se amplia el número de consumidores.”

“Y luego está el invento de enfermedades. Uno de los casos más conocidos es el de la “fobia social”. Lo que hasta ahora era timidez o dificultad para las relaciones sociales se convierte en una enfermedad. Otro ejemplo es el de la eyaculación precoz. “ «La forma más común es la de ampliar la indicación de ese medicamento para que tenga mayor número de pacientes»

Cuentas públicas y fascinación tecnológica

“La industria farmacéutica tienen un enorme poder económico y político que subordina a los Estados, provocando un grave problema de sostenibilidad. En España uno de cada tres euros en la Sanidad se dedican a medicamentos. El problema es que los organismos reguladores no son independientes. Y tampoco lo son los medios de comunicación que promueven la fascinación tecnológica como la fuente de la vida eterna. “La referencia a la dieta Budwig contra el cáncer.

Mientras nos deslumbran con la inminente “medicina individualizada” gracias a experimentos genéticos usando virus, los presupuestos hospitalarios se van en tratamientos carísimos contra el cánce. El conocimiento “no oficial” y sus resultados no es ni tan siquiera considerado. La siete veces nominada al premio Nobel de Medicina Dra. Johanna Budwig (1908-2003), trató a 2.200 pacientes de cáncer con una alimentación adecuada que incluía requesón y aceite de lino o linaza. El lino aporta los ácidos omega-3 y el requesón las proteínas sulfuradas que multiplican su efecto. Su combinación con una adecuada oxigenación y alcalinización del cuerpo proporciona herramientas al alcance del enfermo. Científicos que no están “en nómina”Entrevista al Dr Manuel Patarroyo Vacunas sintéticas: la gran revoluciónSin duda uno de los mayores hitos del año, sino el primero, fue la presentación por parte del científico colombiano Manuel Patarroyo de la más avanzada metodología para obtener vacunas sintéticas contra más de 500 enfermedades infecciosas (hoy las hay para 17). Sus respuestas a Foros 21 transpiran la sabiduría y solidez de quien camina al límite del conocimiento sin otra fidelidad que las necesidades del conjunto de la humanidad, un terreno “no rentable” para otros. He aquí algunos retazos de la entrevista.

La razón de su éxito

“Para poder desarrollar vacunas hay que buscar los fragmentos con los cuales los microbios se agarran a las células sanas para invadirlas y matarlas. Hemos identificado esos fragmentos y descubierto que el sistema de defensa es ciego ante estos, no nos podemos defender de ellos. Es entonces necesario transformar químicamente estas proteínas para que el sistema inmunológico cree anticuerpos que las neutralice y esa es la razón de nuestro éxito (…) Sustituyendo los aminoácidos, letras con las que están escritas estas moléculas, encontramos que hay unas reglas propias de las moléculas independientemente de la enfermedad. Por ejemplo: la alanina, solo puede ser cambiado por la serina y viceversa; la prolina solo por el ácido aspártico y viceversa y así sucesivamente.” «La fidelidad a las necesidades del conjunto de la humanidad es un terreno “no rentable” para algunos»

“Esto lo descubrimos a lo largo de un estudio de unos 16 años y pudimos establecer que esos cambios mantienen el volumen, la superficie, la masa e invierte la polaridad, fundamental esto último. Esto hace que la molécula sea presentada en la forma apropiada para que el sistema inmunitario sea capaz de responder y destruir ahora a los microbios.”

¿No lanzar campanas al vuelo?

“La vacuna de la malaria funciona con éxito en monos en más el 90% de los casos. Estamos, por todo lo explicado, muy seguros de los resultados. La experiencia con la vacuna anterior nos mostró que el mono nunca dice mentiras, si tenemos una capacidad prescriptiva como pasó en la anterior vacuna del 30 al 40 % en los monos ocurre lo mismo en humanos.”

“Hace 22 años creímos haber encontrado la respuesta. Pero como el sistema inmunitario es ciego a estos fragmentos estuvimos 7 años totalmente perdidos dándole vueltas y vueltas al problema hasta que se me ocurrió modificarlas químicamente. Sintetizamos 38.000 moléculas, realizamos cerca de 4.000 ensayos en monos revisando cada día en 10.000 glóbulos rojos de cada mono si había o no el parásito sólo para llegar a esa conclusión. Nadie puede decir que no hemos sido prudentes en nuestro trabajo.”

Un gran avance a muy bajo coste

Claro que es una alternativa, por ejemplo aplicar la vacuna del papiloma que es biológica cuesta de de 200 a 300 euros, nuestro objetivo es que nunca llegue a costar un euro, porque los costos ya están cubiertos. La diferencia es monstruosa. El costo real tampoco es demasiado comparado con los miles de millones que invierte hoy la UE, a lo largo de estos 33 años he recibido de Colombia y España aproximadamente unos 32millones de euros, casi 1 millón de euros al año. Con ese dinero hemos construido dos institutos, educado a cerca de 1000 investigadores en Colombia, además de financiar todas las investigaciones y ensayos (…) Aquí no tenemos ni estructura ni presupuesto para los ensayos con todos los microbios, ese trabajo le corresponde ya a otros laboratorios que si tienen infraestructura.”

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